Mientras ETA siga viva.

MADRID, 11 (OTR/PRESS)

Hasta ahora regía el mantra formulado por el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en los siguientes términos: urnas o pistolas. De ese modo quedaban sometidas las aspiraciones de blanqueo de la izquierda abertzale a la disyuntiva de tener que elegir entre desmarcarse de ETA o conseguir su desaparición.

Eso parece haber empezado a cambiar. Me refiero a la rueda de Prensa del presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, junto a su colega polaco, Donald Tusk, el pasado jueves en Moncloa. Zapatero dijo claramente que será muy difícil la legalización de Sortu o de cualquier otra forma continuista de Batasuna mientras la organización terrorista siga viva.

De que sigue viva hemos tenido suficientes pruebas durante estos últimos días, con la detención de un comando «legal», la del último jefe operativo de la banda (lo que ellos llaman «militar»), y, en fin, la intervención de una considerable cantidad de explosivos y medios suficientes para ser utilizados en cualquier momento.

A lo que iba. En esa rueda de prensa hemos escuchado por primera vez al presidente del Gobierno vincular la legalización de los amigos políticos de ETA con la desaparición de la banda terrorista. Me parece de una lógica aplastante. Y, si se confirma que no ha sido una improvisación palabrera de Zapatero sino una corrección de rumbo en la política antiterrorista, estamos ante un punto de inflexión.

Ya no se trataría de que la izquierda abertzale eligiese las urnas y rechazase las pistolas para legalizarse. Ahora se trataría de esperar a la desaparición de las pistolas (por derrota policial, por desistimiento, por extinción, por lo que sea, pero que desaparezcan) como condición previa de un eventual proceso legalizador de la izquierda abertzale.

Me parece una excelente noticia. Con una saludable derivada política: la coincidencia de Zapatero (y se supone que de todo el Gobierno, aunque la sombra de la descoordinación siempre planea sobre Moncloa) con las tesis del Partido Popular en este punto concreto. Recuérdese que mientras en Moncloa y Ferraz se esforzaban por saludar como un paso adelante los esfuerzos de la izquierda abertzale por volver a la senda legal, aunque aún los tuviera por «insuficientes», la línea oficial del PP siempre fue que no hay nada que hacer si ETA sigue ahí.

Esperemos que esta novedad sirva también para frenar a quienes siguen echando leña al fuego de esa hoguera en torno a la que danzan los conspiranoicos de un supuesto entendimiento del Gobierno Zapatero con ETA por debajo de la mesa. Treinta y dos etarras detenidos desde que la banda declaró su táctica tregua «permanente y verificable» no parece que case muy bien con tan maliciosa sugerencia.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído