A ver, ¿qué les dije ayer? ‘Público’: «La tregua que olvida el PP», dos páginas para recordar las conversaciones de Aznar con la banda terrorista aunque, curiosamente, la foto con que se ilustra el texto no es de Aznar, sino de Rajoy. Rajoy, Rajoy, Rajoy, venga o no a cuento. Ya no es una noticia vieja de dos años, sino de trece. Y no es que se hayan cansado de la foto del yate, que la vuelven a sacar bajo el titular «El Gobierno ve poco ‘edificante’ la foto de Rajoy en un marco de narcos».
Espero que hayan comprado la foto en vez de pagarla cada vez, porque les va a salir por un pico. Pero el gran tema del día, lo que abre el diario, vuelve a llevar el nombre del partido de la oposición en su titular: «El Gobierno acusa al PP de airear ‘la bazofia de ETA». Ante la imposibilidad de seguir ninguneando el tema del momento, ‘Público’ le da la vuelta y adapta a la letra las consignas del Gobierno, a saber: ETA es una banda criminal, ergo nada de lo que diga merece confianza. Por engañarse, se engañan a sí mismos en las actas internas.
Vamos, que de tratarse de una terrible acusación contra el Gobierno se ha pasado a transformar el tema en una denuncia contra el PP, que tiene la vileza de creer en la «bazofia de ETA». basurillas varias Hay, naturalmente, un pequeño problema, un detalle, una nimiedad, una minucia. Si ETA engaña hasta cuando habla consigo misma, ¿qué sentido tenía negociar con ella?
Cuando la banda anunciaba una tregua y el Gobierno lo celebraba, ¿no estaba admitiendo una ‘bazofia’, con consecuencias mil veces más letales que en el asunto de ahora? Seguimos preguntando: si la banda nunca es de fiar, ¿por qué el Gobierno ha hecho referencia a esas mismas actas cuando el resultado parecía favorecer sus tesis o su buena fe? Más: si el carácter criminal de un individuo, su baja catadura moral, destruye hasta tal punto su veracidad que ni siquiera sus comunicaciones internas son fiables, ¿por qué tenemos que creer las conversaciones de Correa? ¿No podría el PP acusar al Gobierno de airear «la bazofia de Correa»? Es una pena ver a gente inteligente agarrarse a un argumento tan débil que, si en el caso del Gobierno es su única salida, en el de unos periodistas supone un medio de ponerse en ridículo y perder cualquier rastro de credibilidad.
ETA mata, pero en más de 30 años no ha dado indicios de ser mentirosa, y menos con sus actas internas. Intenten otra, porque la indignación fingida les queda grande. La cosa es tan de vergüenza ajena que Manuel Rico, subdirector de ‘Público’, necesita recurrir a la misma retórica ampulosa y grandilocuente para ocultar la vaciedad del argumento: «Mariano Rajoy se ha quitado la careta de la moderación en la política antiterrorista y ha regresado al discurso ultra que le hizo perder las elecciones generales de 2008». Relájese usted, señor Rico, que le va a dar algo. Y, ya de paso, ¿de qué ‘careta de la moderación’ habla, si nunca ha bajado de extremista y ultra en su periódico? ¿O sólo le ponen careta cuando van a quitársela?
Por lo demás, si tan seguros están de que esto le hace perder elecciones, albricias dadle, ¿qué más pueden desear? Y hablando de fantasmas de la Ópera, Manuel Saco invoca otro: la Inquisición, que como todo el mundo sabe funciona como en sus mejores tiempos bajo el Gobierno socialista. «El cómico italiano Leo Bassi empieza a comprobar en persona que el brazo secular de la Inquisición goza de buena salud en España».
Pero ¿qué se han fumado estos para andar tan decimonónicos y dramáticos, que parecen Castelar invocando al «Dios grande del Sinaí a quien el rayo precede y el trueno acompaña La cosa es más sencilla: Bassi ha sido acusado de un delito con indicios suficientes como para que se haya admitido la denuncia. Venga, hagan gala de ese respeto a los tribunales que siempre exigen a la oposición y tengan paciencia. Seguimos, también, con el dilema libio. Apoyar la guerra es delito de lesa rojez, pero insinuar que se parece en algo a lo de Irak es aún peor. En «Libia no es Irak, pero…», Luis Matías López sostiene: «Invadir Irak fue decisión de EE UU, sin respaldo de la ONU, y los pretextos esgrimidos, como las armas de destrucción masiva, eran falsos. En Libia, en cambio…».
Pues mire usted: Bush se arropó con una resolución de la ONU que, como casi todas, parecía que sí, pero que no, aunque mirando de costadillo podía interpretarse que… Como Obama. Sin contar con que la fe de estos progresistas en la ONU es irracional y conmovedora. ¿De dónde procede su misteriosa infalibilidad? Por lo demás, la falsedad de las armas de destrucción masiva no se conoció sino bastante después de la invasión. Algunas de las excusas de Obama se están desmontando ya y otras exigen una fe de carbonero para mantenerlas.
Diga que Obama y Zapatero son de los suyos, y acabamos antes. Aquí manda el PP ¿Y qué más le dará a ‘Público’ que gane el PP las elecciones, si en su particular imaginario periodístico ya gobiernan? Así, al menos, su labor de oposición quedaría menos ridícula teniéndolos de hecho en la Moncloa. «La Justicia reabre el ‘caso del espionaje’ del Gobierno de Aguirre» y «El imputado Camps reprocha a Cospedal su trato al PP valenciano». Se ve que la estrategia de ocultar a Rodríguez Zapatero no es cosa sólo de los estrategas del PSOE, sino también de ‘su’ prensa. Aquí gobierna el Partido Popular, con la impagable ayuda de la Inquisición.
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