Una propuesta: que a los católicos nos traten como el poder y la prensa de izquierdas tratan a los gays
Vender izquierda es como vender dietas milagrosas o crecepelo, productos que dependen de la infinita credulidad humana y en los que el vendedor no tiene que creer en absoluto para hacer negocio con ellos.
En otras ocasiones hemos hablado de lo carcajeante que resulta la furia igualitaria de los periodistas de ‘Público’ al servicio de un multimillonario o a los medios de Prisa redactando el epitafio de un capitalismo del que su dueño, Liberty, extrae pingües beneficios con la vieja y buena especulación financiera.
Otro campo de disonancia cognitiva se da en los tocante al mercado laboral, bramando contra las empresas que despiden y despidiendo a mansalva, o criticando los contratos basura mientras se reparten entre sus trabajadores como caramelos.
“Prisa venderá activos no estratégicos por valor de más de 500 millones de euros y emitirá, ‘si las condiciones de mercado lo permiten’, otros instrumentos de deuda no bancaria por una cantidad similar que permitan reestructurar a largo plazo las obligaciones de este grupo con los bancos”, leo en EFE.
Y no hay nada especialmente raro en ello, sino que contrasta con el mensaje sonriente con todo lo alternativo y ceñudo con lo conservador.
GUSANOS
Pero la noticia se pone más divertida hacia el final:
“Durante el turno de ruegos y preguntas de los accionistas, el presidente del comité de empresa del diario ‘El País’, José Manuel González, ha criticado el convenio colectivo por el que, según ha indicado, ‘se condena a los periodistas a ser mileuristas’ y se recortan los derechos de la plantilla. Ante esta situación, los redactores del periódico han decidido no firmar sus artículos hasta el próximo jueves como protesta ni tampoco los del suplemento especial que conmemora los 35 años de este medio. Juan Luis Cebrián ha dicho al respecto que la junta de accionistas no era el lugar adecuado para debatir estas reivindicaciones”.
Si es que no conocen su sitio, Janli, que va a haber que prohibirles leer ‘El País’. A la derecha, ni agua. No en lo ideológico o en lo político: en lo personal, absolutamente en todo.
Son subhumanos. Gusanos, como los llama el autor del ‘blog’ de ‘Público’ “Ruido de fondo”, en una columna titulada “No es malo que gane el PP”, de una ironía excesivamente elemental:
“Y es bueno también que el PP haya arrasado de ese modo, porque así los gusanos pierden sus complejos, salen a la superficie y es más fácil identificarlos”.
Sí, y pasarles la lista a los ‘abertzales’, que seguro que harán bueno uso de estos ‘gusanos’.
En La Gaceta estamos hechos a esos descamisados que cenan ‘sushi’ de pez mantequilla con trufa negra y sindicalistas que preparan huelgas generales en cruceros o se quitan el hambre y sed de justicia en El Bulli.
Que yo sepa, los políticos de izquierda y sus voceros en prensa son los únicos magos que, después de descubrírseles los trucos, siguen teniendo parroquia que engañar. Haced lo que yo diga, no lo que yo haga.
Ignacio Escolar se ponía el otro día pesadísimo en Twitter en su indignación contra quienes insinúan que los genes existen también para la inteligencia, y no sólo para la diabetes.
“Supongo que la genética explica determinados éxitos. Llamándose Botín, normal que uno acabe siendo banquero (como su padre o su abuelo)”.
¿Y llamándose Ignacio Escolar? Últimamente, Ignacio Escolar ha dejado fluir en Internet su santa ira ante la intolerable idea de que miles de extranjeros que llegarán en agosto puedan dormir bajo techo, que no sobre colchón.
A los ‘okupas’ hay que entenderles y protegerles, pero si vienes del otro lado del mundo para ver al Papa, a la p… calle.
“El otrora laicista Zapatero, la supuesta liberal Aguirre y el teórico moderado Gallardón se han dado la mano al fin en algo: firmar un generoso convenio con la Iglesia católica que para sí ya quisieran los organizadores de otros ‘happenings’ capitalinos, como el Orgullo Gay o el Festimad”.
¿Dónde hay que firmar, Ignacio? No, en serio, de verdad. ¿Dónde tenemos que firmar los católicos para ser tratados como los colectivos gays?
LA FE LAICA
También ‘El País’, cómo no, arremete contra la Iglesia, usando su sistema habitual: un cura rebotado. En “Capillas en la Universidad”, Juan José Tamayo nos recuerda que
“En España no hay igualdad de religiones. La Iglesia católica es una privilegiada”.
Sí, y el fútbol es un deporte privilegiado, y el PSOE es un partido privilegiado y, en un régimen en el que se toma mínimamente en serio la soberanía popular, hay siempre opciones más populares que otras y, en consecuencia, más aventajadas de facto.
Estoy seguro de que Tamayo no encontrará nada extraño en el hecho de que, en las democracias de Oriente Próximo, el islam empape la vida pública e inspire leyes e instituciones, con independencia de que se declare la aconfesionalidad oficial.
Pero no hay laicismo, y los menos laicistas de todos son los izquierdistas. No son indiferentes ante la Iglesia, sino fervorosamente hostiles, y no tienen nada en contra de que la ley consagre sus dogmas, creencias y cultos, que los hay en abundancia.
Pero para privilegiados, Tamayo y todos esos teólogos ‘católicos’ que viven de apalear a la Iglesia en una cómoda postura de ‘disenso’ que les presta todos los laureles de la rebeldía sin uno solo de sus inconvenientes, como sería que se les obligara a renunciar a una etiqueta que arrastra por el barro.