Vale, soy un paranoico. Pero es que leer en ‘Público’ que Rajoy pasa todo su discurso sin hacer una sola propuesta concreta y, al rato, volver a mirar la página de Roures en la web y ver “Zapatero reprocha a Rajoy que no presente ni una propuesta” me da toda la sensación de que se entienden. Bromas aparte, es como un minué. Los discursos de nuestros representantes son inefablemente predecibles, pero no tanto como la prensa que tiene que informar sobre los mismos. “Zapatero defiende sus reformas y propone repartir el coste de la crisis”. ¿Alguien podía esperar otra cosa, tanto de ZP como de su gacetilla, ‘Público’?
Yo no creo que la derecha –los políticos y los medios– sean necesariamente lo más; pero sí que la izquierda está en Belén con los pastores. No sé, cualquier otro día a lo mejor aciertan más: hoy informan desde el Planeta Raticulín. Y más la izquierda ‘enragée’ de ‘Público’; hasta ‘El País’ de Liberty se corta un tanto y le da menos cuartelillo al presidente saliente, con un mero: “Zapatero pide un esfuerzo más allá de marzo de 2012” o, en la cadena SER, “Zapatero pide apoyo a sus reformas más allá de las próximas elecciones”. Pero, ¿qué esperar de un periódico para el que la noticia de primera es que “Otegui presume de sus discrepancias con ETA”? Vamos a ver, lo que ha dicho Otegui es que “nuestra estrategia es diametralmente opuesta”, que no es lo mismo: mantener dos estrategias, esperando que dé una de ellas el fruto que no dio la otra, es perfectamente razonable y no indica ‘discrepancia’, sino más bien acuerdo.
‘FARCISTAS’
Pero es que son así en todo. Un tal Bob Pop, que define como “lector, escritor, consumista y fetichista”, se permite ningunear a Amando de Miguel –que si deja caer su peso intelectual sobre este indocumentado, lo aplasta– en un telegrama ‘blog’ titulado “Oiga usted, no se ría, que es pura sociología”. Eso, hagan caso a ‘Público’, que son todos Nobel. Dice: “Qué noche la de anteayer en la tertulia de la tele de PedroJota, donde empezaron señalando al PSOE como instigador de Democracia Real Ya y acabaron por relacionar las acampadas con el 11-M. Un delirio, donde Amando de Miguel lo dio todo y quiso dejar claro que esta #spanishrevolution es cosa de izquierdistas extremos, fascistas y nazis. ¡Toma castaña!”
Es lógico que, enamorados como están del 15-M –del que son, en buena medida, creadores de imagen– no quieran recordar que, a lo que más se parecen tanto sus propuestas como su supuesta legitimidad es a la actitud de izquierdistas extremos, fascistas y nazis. La marcha sobre Madrid no fue la ‘Marcia su Roma’ porque las cosas nunca son idénticas, pero subyace la idea de que es en la ‘movilización callejera’, más que en las urnas, donde reside la legitimidad.
Por ese extraño amor, ajeno a la noticia, tienen, como una de las ‘noticias’ enlazadas al asunto del Debate sobre el Estado de la Nación, esto: “El debate alternativo sobre el Estado de la Nación de los indignados”. ¡Oh, Dios, parecen uno de esos padres que cuelgan en sus despachos los espantosos cuadros de su hijo de cuatro años! Va con foto, y así al pronto, no creo que lleguen al millar. ¿En qué sentido, queridos colegas de ‘Público’, son esos chicos más representativos que una asamblea de COU, salvo por el hecho de que les mola lo que dicen y les devuelven a su juventud rebelde?
Es periodísticamente cuestionable halagar a los grupos que nos gustan y convertir en noticia sus pronunciamientos. Decir que el Orgullo Gay de este año hace de la lucha contra el sida una prioridad es aburrido, por inmensamente previsible y repetido, pero más ajustado a lo que hay que “El Día del Orgullo Gay lucha contra el VIH”. ¿Cómo, en qué sentido? Citan a Antonio Poveda, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de España (FELGTB ), en el sentido de que esta enfermedad sigue sin tener curación ni vacuna. No es del todo cierto, Poveda. Hay vacuna: basta con abstenerse de las actividades de riesgo identificadas desde los primeros momentos.
ASÍ QUE PASEN UNOS AÑOS
Pero creer lo que queremos es un viejo vicio de la izquierda. Como negarse a ver lo que no queremos. “Uno de los problemas de los doctores de la Iglesia –escribe Casandra en “Derecho y obligación”, en ‘Público’– es que no saben […] distinguir entre derecho y obligación. […] Ahora truenan contra la Ley de Muerte Digna, que concede al enfermo terminal el derecho (no la obligación) de pedir tratamientos paliativos. ¿Es tan difícil de entender?”. Entre que Casandra es un pseudónimo y que, no siendo joven, no sería extraño que me topase con las postrimerías de la ley de marras antes de mucho, me atrevería a apostar un dineral con el/la minicolumnista de ‘Público’ a que no es tan fácil de entender como ella/él pretende. De entrada, ya es posible pedir cuidados paliativos. Por eso no se le llama Ley de Cuidados Paliativos, sino de Muerte Digna (imagino que la de mi padre fue una indignidad, según estos parámetros). En Holanda, los ancianos que se trasladan a Alemania para hacerse un simple chequeo saben que, en teoría, la ley de eutanasia sólo funciona con su consentimiento, pero, una vez abierta la espita y con la presión de pagar unas pensiones crecientes con unos ingresos menguantes, el pariente metiendo prisa y el médico seguro de que la ‘insuficiencia cardiaca’ de un nonagenario no se va a investigar, ya me dirán ustedes.