Los chicos de la prensa ‘zurda’ tuvieron un martes más ideológico de lo habitual. La primera plana de ‘Público’, por ejemplo, estaba dedicada al discurso del “candidato de la derecha” José Antonio Monago, ya presidente de la Junta de Extremadura. Por todo lo alto, el diario del magnate Jaume Roures titulaba: “Extremadura. El PP asume el programa de IU”. Y además le daba foto a Monago y dos páginas interiores glosando el discurso. A ‘Público’, que tanta importancia le lleva dando estos días a lo extremeño, no parecía motivarle en demasía esa asunción. ¿Que un “candidato de la derecha” asuma los puntos programáticos del partido de izquierdas no sería motivo de un poquito de alegría en el coto de las esencias izquierdosas?
‘El País’ también llevaba el asunto en su primera plana, pero mucho menos destacado y con el titular “Monago aleja su discurso del PP para atraer a IU en Extremadura”. Para el diario de Liberty, lo destacable era lo siguiente: “El PSOE asume como estrategia un giro crítico con los bancos”. A buenas horas mangas verdes. Citando a miembros de la Ejecutiva socialista, el periódico señalaba que “en ese giro se enmarcan las críticas que estos días ha dirigido el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba al comportamiento de la banca durante la crisis”. A buenas horas, mangas verdes. Ya no se acuerdan de cuando recibían a algún banquero por La Moncloa.
Lo de P. Rubalcaba lo resumía acertadamente en la competencia, ‘Público’, Juan Carlos Escudier: “Un candidato puede decirle a la militancia que sabe lo que hay que hacer para crear empleo, pero esas mismas palabras en boca del vicepresidente de un país con el 20% de paro suenan un poco a chirigota”.
BUSCANDO A LA SOCIALDEMOCRACIA
Ya les decimos que el martes hubo cierta casualidad ideológica con ánimo de buscar a la socialdemocracia, a la que, como dijo aquel otro, parece que ni está ni se la espera. Alfonso S. Palomares, en ‘El Periódico’, se lamentaba así: “La socialdemocracia, que durante un tiempo articuló la mayor libertad con el menor porcentaje de justicia, se ha desvertebrado y desvertebrado a la izquierda. La culpa fue de algunos líderes progresistas, más entregado al lirismo de los radicalismos a lo Panella que a la construcción de una sociedad más justa y económicamente ordenada”. ¿No se les aparece la cara del habitante de La Moncloa tras leer la última frase? Pues bien, sucede que la receta de Palomares para solucionar esa crisis de la socialdemocracia era la involución: “Recuperar la socialdemocracia perdida será una forma de vertebrar la izquierda invertebrada. No me cabe la menor duda de que Alfredo Pérez Rubalcaba es el mejor candidato posible dentro del PSOE: tiene capacidad para articular un proyecto de izquierda que se aleje de Zapatero sin las estridencias de la ruptura”. ¿Y Rubalcaba, ese socialdemócrata, por dónde andaba cuando los Gobiernos de Felipe González se cargaban el tejido industrial español?
En las páginas de ‘El País’, como invitado, se sumaba al canto por la socialdemocracia perdida Máximo Díaz-Cano, que ya verán quién es cuando acaben de leer que, tras apuntar que “la socialdemocracia ha perdido la brújula del discurso ideológico y se ha extraviado”, explicaba el porqué de ese extravío y el rechazo de la ideología que, al parecer, empapa al PSOE, en función de haber hecho “políticas económicas de ajuste al dictado de los mercados, con recortes sociales y con una política fiscal susceptible de mejorar tanto en su justicia y equidad como en su eficacia”. Díaz-Cano, por cierto, es miembro del Comité Regional del PSOE en Castilla-La Mancha y delegado del Gobierno en esa comunidad. O sea, que pertenece al partido que ha aplicado esos recortes y cobra del Ejecutivo que los ha llevado a cabo. ¿Socialdemocracia? Sigan buscando.
EL MILAGRO DE LA SGAE
No podíamos dejar a un lado el asunto de la Sociedad de Autores, y del que, en la prensa de izquierdas, ‘Público’ iba bien nutrido, incluyendo algún ajuste de cuentas personal, como el de Manolo Saco, demócrata ejemplar (“Les hemos dado la oportunidad de pensar, pero han preferido votar al PP”, tronaba ayer), con uno de los defensores de Teddy Bautista: “El tal Calamaro, aquel que dijo abdicar de la izquierda porque esta defendía la prohibición de la tauromaquia en Catalunya, ha dado un paso más en su carrera hacia el desahucio: comparó la intervención de los jueces en la SGAE con el 23-F”.
En el papel de Roures informaban de que “la SGAE multiplicó, en plena crisis, hasta por 3,5 veces el dinero pagado por servicios externos” y un señor llamado Francisco de la Torre Díaz, portavoz de Inspectores de Hacienda del Estado, explicaba que “la SGAE es una de las instituciones más odiadas de nuestro país” porque, entre otras cosas, la gente se pregunta “por qué algunos tienen derecho no sólo a beneficiarse de un impuesto, sino a ingresarlo ellos mismos sin someterse al procedimiento ordinario para recaudar impuestos”.
Y quédense con esta descripción de uno de los principales imputados, José Luis Rodríguez Neri, por Ramoncín: “De joven fue miembro de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Allí conoció a su mujer, Antonia. Lo único que quería ahora, según decía siempre, era dejar pronto su puesto, marcharse a la casa que tiene en Caños de Meca, en Cádiz, y descansar con una cervecita y un buen jamón”. Con lo mal que pinta lo suyo, el descanso igual se lo toma en otro sitio.