No es una sorpresa: Alfredo Pérez Rubalcaba continúa acaparando páginas y opiniones en la prensa de izquierdas, y eso bajo el diagnóstico de Isaac Rosa en ‘Público’ –Tarareando a Rubalcaba en la ducha-: «Es el problema de Rubalcaba: que su discurso fue bueno, pero el efecto sólo dura unas horas». Y eso que sería «la fórmula perfecta… Si no fuera porque, gracias a la misma orquesta de la que Rubalcaba ha sido miembro, la mayoría no estamos ya para baladas seductoras ni tenemos cuerpo para bailar».
Y si Javier Vizcaíno destacaba las críticas de los periodistas conservadores al de Solares, no era menos cierto que en el mismo medio podían encontrarse, además de la de Rosa, otras tantas con pedigrí izquierdista. La de Manuel Saco –Ya tenemos dos presidentes-, por ejemplo: «No sé quién estará más incómodo en lo que resta de legislatura, si Zapatero o Rubalcaba. El primero, obligado a mantener la ficción de que su acción de Gobierno es autónoma del programa del candidato; y el segundo, debiendo explicar por qué el Gobierno del que era vicepresidente deja para más tarde todas esas recetas que dice conocer para enfrentarse a la crisis». Por la misma senda discurría Juan Carlos Escudier –Rubalcaba pide elecciones-: «Todas las recetas de Rubalcaba, incluida la tasa a esos bancos en crisis que, sin embargo, no han dejado de tener beneficios, hubieran podido aplicarse hace un año, cuando teóricamente el tiempo era otro y llovían chuzos de punta».
Si una imagen vale más que mil palabras, la viñeta de Ferreres en el periódico del magnate Roures volvía a ser de lo más elocuente, como las del domingo pasado. En esta ocasión, el candidato Rubalcaba, vestido de superhéroe con capa, se dirigía a las masas: «Tengo algunas ideas para acabar con el paro». Mientras, un paisano le comentaba a otro: «Ya ves, tenía soluciones para todo, y no se lo había dicho ni a Zapatero». «En política uno no puede fiarse ni de su sombra», le respondía otro.
EL ÚLTIMO PORTAVOZ
José Blanco era el único capaz de arrebatarle algo de protagonismo al candidato Rubalcaba. ‘Público’ lo presentaba caricaturizado en primera plana, con gafas, por cierto, ahora que ya no suele llevarlas. Insistía ese periódico en que su nombramiento como «último portavoz de Zapatero» avivaba la posibilidad de un adelanto electoral para el otoño, y apostaba por ello Ernesto Ekaizer: «La decisión de que Pepe Blanco una a su condición de ministro de Fomento la de portavoz del Gobierno refuerza esa perspectiva». Tampoco Ekaizer demostraba entusiasmo ante la neurosis de una «etapa atípica en la que el candidato a la Presidencia va a intentar movilizar a las bases del PSOE con un lenguaje muy diferente al del Gobierno, un lenguaje que suele definir más a una oposición que a un partido gubernamental».
Ese es el gran drama del Partido Socialista. También lo destacaba Carlos Carnicero desde ‘El Periódico’ –Rajoy, ¡levántate y anda!: «Y de repente salió Rubalcaba con un programa en las antípodas de la acción del Gobierno del que acaba de salir. No importa que sea creíble haber estado haciendo una cosa y prometer la contraria. La política se ha convertido en una religión y, por lo tanto, las emociones sostienen la fe en lo que la razón sabe que es imposible. Como los militantes socialistas necesitan una esperanza, les sirve la reencarnación de un veterano militante de 60 años en un universo del que habían sido expulsados los mayores de 45».
Quien se quedó sin nada fue Ramón Jáuregui, que, como describía en ‘Público’, se había ganado a pulso no recibir la Portavocía del Gobierno –Zapatero aviva con su ajuste la idea del adelanto electoral-: «Algunas indiscreciones atribuidas al ministro de la Presidencia en momentos cruciales para la hoja de ruta de la sucesión lo pusieron en el disparadero, y Zapatero ha preferido afrontar el último repecho de su mandato teniendo de portavoz a alguien que conjuga la doble condición de ser una persona de su estricta confianza y un peso pesado del partido».
Aun así, el amigo de Rubalcaba estuvo muy presente como recambio, aunque en ‘El País’ Javier Casqueiro –La reedición de la mesa camilla– afirmase que «la opción de Ramón Jáuregui como portavoz nunca estuvo en el tablero». Lo que contrastaba con una noticia del diario de Liberty, fechada el domingo 10 de julio de 2011 y con el titular «Zapatero dirá mañana los nombres de los relevos», en la que se leía que se estaba buscando «un nombre para ejercer la función de portavoz del Ejecutivo, responsabilidad que todas las fuentes atribuyen a Ramón Jáuregui».
Si les sirve de algo, Miguel Ángel Aguilar –Orgullo y razón– se ponía lírico sobre «la música callada de su partitura, su intento de devolver la autoestima a la militancia, con una moral por los suelos», de Rubalcaba.
Por otra parte, «Teddy Bautista se queda solo», podía leerse en un titular del periódico de Liberty. A Juan Cruz a lo mejor le parece una caza de brujas.