CIEMAT espera que EEUU decida sobre Palomares en el mandato de Obama porque el proceso ya no puede pararse

El director del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), Cayetano López, espera que la solución al problema de la contaminación radiactiva residual de Palomares, que es «de carácter político» y bilateral entre Estados Unidos y España, se pueda tomar durante el mandato del presidente, Barack Obama, porque considera que «una vez que el asunto ha llegado a este nivel, ya no puede pararse, a pesar de que es un problema difícil».

Así, López ha reconocido que no tiene «la menor idea» de cuándo se tomará la decisión sobre los residuos que aún quedan en Palomares, a raíz de la caída accidental de dos bombas atómicas en 1966 en esta zona de Almería, pero que una vez comience el proceso «podrían estar fuera en dos o tres años como mucho hasta que se liberen las tierras».

De este modo, en una entrevista con Europa Press, ha explicado que el grueso de la contaminación fue retirado en 1966, pero aún queda una zona de tierra contaminada por plutonio y americio. En todo caso, ha asegurado que mientras estos contaminantes estén protegidos por la tierra y no se incorporen a ningún organismo humano por inhalación o ingestión, son «completamente inocuos».

Además, López ha valorado el hecho de que desde hace cerca de dos años, Estados unidos y España hayan incorporado este asunto a su agenda de asuntos bilaterales, a partir de la visita del vicepresidente Joe Biden en primavera de 2010 y de la visita a Palomares en febrero de 2011 de una delegación estadounidense. «Desde entonces ha habido una estrecha colaboración y un continuo intercambio de información», ha afirmado, al tiempo que ha subrayado la importancia de que en una reunión mantenida en julio por la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se hablara de esta cuestión.

ACTITUD DE BASE

López ha agregado que Estados Unidos ha invitado a una delegación española para analizar el tema, pero que dicha visita «todavía» no tiene fecha porque antes se deberá tener un plan de rehabilitación más avanzado y, sobre todo, conocer la posición final de Estados Unidos al respecto, que considera que «todo el plan» de actuación está determinado por el «destino final de los residuos, que aún no se conoce».

Por ello, ha insistido en que el asunto de Palomares depende de una decisión política entre Estados Unidos y España, pero sobre todo de la «actitud de base» norteamericana.

Por otro lado, considera «precipitada» las decisión de países como Alemania o Suiza de cerrar centrales nucleares, a raíz del accidente de la central nuclear de Fukushima (Japón). En este sentido, ha afirmado que tanto Alemania como España podrían prescindir «por completo» de la energía nuclear, porque tienen suficiente potencia instalada, pero esto sería «a cambio de aumentar enormemente las emisiones de CO2».

«Todo depende de las prioridades», ha agregado, al tiempo que ha asegurado que las plantas que Alemania va a cerrar de aquí a 10 años «no van a ser sustituidas en su totalidad por energías renovables» y que, por ende, este suministro eléctrico no renovable consistirá en gas natural y carbón, por lo que ha advertido de que «van a aumentar sus emisiones de CO2, y su dependencia energética del exterior».

SIN NUCLEAR, MAS CO2

En este contexto, ha reiterado que se puede prescindir de la energía nuclear en España a cambio de «incrementar y exacerbar» el problema de los combustibles fósiles, del que ha dicho que es una cuestión de «contaminación ambiental muy grave». «Si se quiere luchar contra el cambio climático y hacerse más independiente y autónomo en el suministro eléctrico, entonces, la energía nuclear juega un papel importante», ha apostillado.

A este respecto, ha manifestado que si la decisión de configurar la cesta energética del país estuviera en su mano, «lo más importante sería aumentar la contribución de las renovables y mantener la potencia nuclear» con el objetivo de que España pueda cumplir el la estrategia 20-20-20 de la UE.

Además, estima «adecuado» contar con una energía primaria para los próximos 10 años compuesta por un 20% de renovables, un 11% de nuclear y el resto, combustibles fósiles, para lo que sería preciso que el Consejo de Seguridad Nuclear «considerase que las centrales fiables y seguras prolonguen su vida 10 años más». Posteriormente, cuando se conozca el desarrollo de los reactores de cuarta generación, tomaría una decisión sobre las centrales nucleares, en base a criterios de suministro y medioambientales.

En todo caso, estima que «todas las políticas» tienen que ir encaminadas a reducir el peso de los combustibles fósiles por garantía de suministro, por razones medioambientales y, por razones de precio.

PIONEROS EN TERMOSOLAR

Cayetano López ha dicho que el CIEMAT es «único en España y Europa» en investigación y desarrollo de energía termosolar porque no hay «no hay ningún otro centro experimental en España» y «muy pocos en el resto del mundo».

Sobre las diferencias, López ha explicado que la fotovoltaica es y sigue siendo «cara», pero es modular y puede integrarse en la edificación, mientras que la termosolar requiere de instalaciones de mayor tamaño y necesita de gran cantidad de agua. Por eso, se están probando sistemas de refrigeración, ya que esta tecnología «novedosa» tiene un precio de electricidad más barato que la fotovoltaica y alcanza mayor eficiencia.

Para López, la termosolar «tendría todas las ventajas de una central nuclear pero sin el inconveniente del potencial riesgo y los residuos». Así, ha precisado que una central atómica de 1.000 megawatios «apenas ocupa espacio, unas hectáreas» mientras que una termosolar de esa capacidad necesitaría entre 2.000 y 3.000 hectáreas.

Finalmente, ha incidido en el recorte presupuestario al que se está enfrentando el CIEMAT, a causa de la crisis, esencialmente de 2009 a 2010 y en la necesidad de «recuperar la mayor parte» de los recursos para seguir investigando en energía, un aspecto en el que estima que es preciso hacer un «esfuerzo extraordinario».

«Esto debe ser así, sobre todo por el cierto papel de liderazgo que hemos adquirido en los últimos años con las energías renovables que, si no se mantiene e incrementa el esfuerzo en desarrollo tecnológico, ese papel continuará debilitándose y desaparecerá», ha concluido.

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