Nadie, en cambio, es de izquierdas para colocar a la parienta o vivir del cuento; eso es impensable
Es la prueba fehaciente de que Alfredo ‘llamadme Alfredo’ es un hombre de la calle, un ciudadano más, cercano a nuestros problemas y partícipe de nuestras cuitas cotidianas.
Cuántas veces no habremos repetido esa misma operación: bajarnos de nuestro modesto coche, echar unas monedas en el parquímetro… y vernos asediados por una nube de fotógrafos mientras los coches de nuestros escoltas esperan detrás.
El paripé populista de un hombre que lleva décadas sin bajarse del coche oficial debe funcionar, porque el Fouché de la Transición no da puntada sin hilo, ni paso sin consulta previa con muñidores de encuestas.
Pero me niego a creer que la amnesia de los españoles sea tan profunda, o que los programas de Telecinco hayan llevado tan lejos la lobotomización del electorado.
Y hablando de Telecinco, artificieros de la Guardia Civil frustraron ayer un brutal ataque del grupo terrorista internacional Los Mercados. El atentado, cuya autoría atribuyen fuentes del Ministerio de Hacienda al Comando Ludwig Von Mises, estaba calculado para sembrar la devastación en la deuda pública española. Y dejo ya el sarcasmo, que los chicos de Telecinco son muy capaces de reproducir la ‘noticia’ tal cual en una vuelta de su ‘noria’.
Los mercados
La izquierda es la apoteosis del pensamiento mítico. Lo de los mercados, por ejemplo, que parecen la hidra de las mil cabezas cuando los citan los periodistas ‘rojelios’. La cosa es bastante más sencilla. Imagine que es usted un dentista alemán de Balingen, en Suabia. Habiendo ahorrado unos eurillos y no queriendo que la inflación, como la carcoma, los vaya devorando, ha suscrito un fondo de inversión aconsejado por su banco.
Si, al final del ejercicio, el banco le informa de que su fondo está a cero, porque ha invertido en deuda española por solidaridad y porque los españoles son buenos chicos, muy simpáticos y olé, no es probable que usted se solidarizara con el banco. Tampoco es probable que un banco así durase ni dos días en el mercado. ¿Ven? No es necesaria conspiración alguna.
Eso de la prima de riesgo del bono patrio significa que el ahorrador teme que España no devuelva lo que debe, y hay que ofrecerle mejores condiciones para que preste. Usted haría igual. Qué diablos: Ignacio Escolar y Jesús Maraña harían igual.
Y, sin embargo, los periódicos se obstinan en hablar del ‘ataque’ de los mercados cuando quieren significar que el ahorrador no se fía de España y prefiere no prestarla dinero.
A uno, de verdad, le gustaría en esta sección debatir los mensajes de la izquierda, enfrentar una ideología contra otra, pero la ‘progresía’ no considera las ideologías alternativas como tales. La derecha no es una opción diferente para organizar la sociedad: es el mal o la estupidez.
¿No me creen? Lean lo que tiene que decir Juan Carlos Monedero en su ‘blog ‘de ‘Público’, ‘La izquierda y el 15-M’, donde asegura que:
«cada vez con más claridad, el único interés de la élite de la derecha es económico, siendo la ideología un acompañante funcional de sus verdaderos intereses».
Es imposible debatir, porque la derecha es sólo una coartada; uno no es de izquierda porque tiene inconfesables intereses que defender o porque es «la derecha descerebrada la que recibe la consigna y luego argumenta». Y ellos, atención, son los ‘dialogantes’.
Tengo dicho que los trasgos no somos caritativos, pero en medio del más feroz sarcasmo no dudo que, digamos, Ignacio Escolar es sinceramente de izquierdas, que es de izquierdas porque cree que es lo mejor y más justo, y no meramente porque siendo de derechas no habría podido colocar a su compañera de subdirectora en Televisión Española. No creo que tanto rojo como pulula por ahí lo sea por la bicoca oficial, el chollo autonómico, la sinecura ministerial en forma de beca, subvención o cargo, aunque abundan.
No presumo que todos los chicos del 15-M son vagos y caraduras que no piden la oportunidad de crear empleo, sino un piso, sanidad, servicios por la cara y un ‘puesto’ -con jornadas de seis horas y jubilándose a los 55-, aunque pidan todo esto y más. Les imagino equivocados, pero idealistas. Creo que sus ideas son erradas, pero que son ideas, aunque cualquiera pueda ver claramente cómo podrían verse como intereses.
Además, sí, la prensa de izquierdas está aburrida: ‘El País’ y ‘Público’ titulan por la crisis norteamericana. En el primer caso, ‘La anémica recuperación de EE UU lastra los mercados de medio mundo’; en el segundo, ‘Los mercados dan la espalda al acuerdo de la deuda en EE UU’.
El diario de Liberty repite en su primer editorial -‘Acuerdo peligroso’-, mientras Maraña se va a Siria en su comentario -‘Una respuesta a Siria’- y, sinceramente, por mucho que me guste buscarle las cosquillas a los chicos de Público, no voy a estar de acuerdo con el carnicero Asad para complacerles.
Lo demás es tan tópico que aburre. Gran ‘scoop’ de ‘Público’: «Camps suma a su sueldo de asesor público una secretaria y un chófer», circunstancia que debe ser muy excepcional en caso de políticos dimisionarios, por el espacio que le dedican. Más: «El PP defiende los privilegios del ‘ex president».
Por favor, recuérdenme por qué somos nosotros los descerebrados y ellos los listos.