Es curioso que sólo echen de menos la voluntad popular para evitar un límite a los desmanes del gasto
La última moda consiste en inventar noticias. Con ello no quiero decir que se comunique lo que no existe, sino que se fabrican ‘iniciativas’ para poder anunciarlas.
Así, ‘Público’ abre, como corresponde, con el anuncio de reforma constitucional, pero mientras que su correlato adulto, ‘El País’, titula cautamente “Zapatero y Rajoy acuerdan reformar la Constitución para limitar el déficit”, el diario de Roures no sólo va por “PSOE y PP pactan reformar la Constitución sin un referéndum», sino que añade en su primera que “miles de ciudadanos se movilizan en las redes sociales contra la reforma constitucional sin consulta popular”.
Que estos “miles de ciudadanos” sean los seguidores en Twitter de Escolar ‘el Chico’, columnista estrella del propio ‘Público’ y su primer director, carece de importancia o, al menos, no vale la pena reseñarlo. ¿Cómo era eso de Juan Palomo? Si juzgamos por Twitter, ha merecido muchas más menciones ‘#jovullvotaradéuespanya’, ya ven ustedes.
Otro método de evitación de la realidad en la prensa progresista consiste en la respuesta automática. ¿Viene el Papa a España? Se echa mano del formulario ‘ad hoc’, y ya está; poco importa que sea Benedicto XVI o Pío XII, porque el columnista no va a molestarse en mirar qué ha pasado o qué se ha dicho, si ha venido una riada humana o han sido cuatro gatos.
Ser comentarista de izquierdas es fácil, porque, ante cualquier asunto, basta con tirar de plantilla, sin ese requisito tan aburrido de abrirse a la realidad y dejarse informar por ella.
SIN NOTICIAS DE BENEDICTO
Un caso de libro es el de Moncho Alpuente en el diario de Liberty, “Empapados”. Leyéndole, uno puede estar perfectamente tranquilo: el hombre no ha entrado en contacto con una sola de las palabras de Benedicto, o no repetiría de forma tan cansina una fórmula que se da de bofetadas con lo que pasó y lo que se dijo. ¿A quién le importa?
Meta en una batidora cientos de años de tópicos anticatólicos y sírvalo muy caliente.
“Benedicto XVI prodigó en Madrid un mensaje profundamente reaccionario, de un conservadurismo en plena sintonía con los cristianos heréticos del Tea Party, una monserga más bíblica que evangélica con ecos del Viejo Testamento. Dios, su dios, se eclipsó sobre Cuatro Vientos y tuvieron que intervenir los bomberos; el Cristo agitador y revolucionario tal vez se hubiera alineado con los ‘indignados’, con los desposeídos, con los pobres del mundo que no fueron llamados a la juvenil asamblea ni citados en las homilías, sermones y catequesis de estos días”
¿No les suena viejísimo, como del siglo XIX? ¿Puede el señor Alpuente citar algún párrafo, una frase de los numerosos discursos del Papa, que denuncie “un mensaje profundamente reaccionario, de un conservadurismo en plena sintonía con los cristianos heréticos del Tea Party”?
No, la realidad no es opcional: está prohibida. Con lo fácil que sería sacar, no sé, una línea literal del Papa y echar unas risas. No caerá esa breva.
Dice el ex líder del grupo pop Desde Santurce a Bilbao Blues Band que el del Papa es:
“un dios ajeno a los problemas terrenales, que demoniza el sexo y la concupiscencia y se reafirma en la defensa del celibato sacerdotal y del matrimonio cuando no haya más remedio que seguir el mandato bíblico de crecer y multiplicarse, con aplicación y sin placer”.
Definitivamente, no sólo no ha leído una sílaba de lo dicho por el Papa, sino que no conoce a un solo católico, o no hablaría de nuestro sexo “con aplicación y sin placer”.
Empiezo a estar más que harto. Tres de cada cuatro obscenidades vertidas contra los peregrinos contenían alguna alusión sexual, sugiriendo que ellos eran los amos del asunto y nosotros, los católicos, unos ‘sexófobos’.
Después de haber convertido cosa tan placentera en una mecánica de obligado cumplimiento, separada de cualquier compromiso y frustrada con plásticos y química, que acusen a los católicos de entregarse al sexo sin placer pasa ya los límites del sarcasmo.
REFORMA CONSTITUCIONAL
Pero volvamos a la reforma constitucional, que estoy de los anticristianos hasta aquí. No es que yo sea muy partidario del asunto, ni tengo demasiada confianza en los compromisos de los políticos ni, naturalmente, tengo nada contra una consulta.
Pero eso de “La Red se moviliza contra la reforma” es un chiste. ‘Público’ y sus amigos se movilizan en Internet contra la reforma, querran decir.
Y no deja de ser llamativo que ahora se pongan tan exquisitamente demócratas, cuando quieren imponernos el trágala del 15-M sin consulta previa. Han frustrado cualquier intento de someter a referéndum la despenalización del aborto y están encantados con un Tratado de Lisboa que nos han colado desde Bruselas tras el fracaso de la Constitución en referéndum. P
ero estamos mentando la cartera para todos estos. Un recorte del déficit podría –sólo podría– suponer la necesidad de hacer economías en lo superfluo, y esta gente vive, esencialmente, de eso.
La ‘intelectualidad’ es mayoritariamente de izquierdas no porque la izquierda sea en absoluto más razonable, sino porque está dispuesta a alimentarlos sin necesidad de que prueben su popularidad en los mercados.
Mediapro ha gozado de numerosos contratos de la ‘televisión de todos’, y el caso del grupo Prisa es lo bastante conocido como para no precisar de aclaraciones.
Por eso Vicenç Navarro habla en ‘Público’ de “un ataque al bienestar”, seguramente refiriéndose al de los suyos.