Las veleidades de José Luis Rodríguez Zapatero con ETA no sólo han permitido que Bildu acceda a muchas y relevantes instituciones del País Vasco, sino que en poco más de dos meses podrá tener una importante representación en el Congreso de los Diputados. Cuenta La Gaceta –Bildu espera obtener hasta ocho escaños en las elecciones– que hasta ocho parlamentarios podría alcanzar la marca blanca de los terroristas. Para echarse a temblar.
Según la información del periodista Alberto Lardies, Bildu tiene perspectivas de alcanzar hasta ocho escaños en las elecciones generales del próximo 20 de noviembre. Una vez cerrada su alianza con Aralar, la coalición formada por Batasuna, Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba intenta por enésima vez convencer al PNV para que se sume a un frente que aglutine a todo el nacionalismo vasco. Aun sin la formación que preside Íñigo Urkullu, los batasunos cuentan con lograr un resultado histórico.
Y tienen motivos para creer en su éxito. Bildu va a presentarse en las circunscripciones del País Vasco y Navarra, donde hay en juego 18 y cinco escaños en el Congreso de los Diputados, respectivamente. Si la coalición consigue un apoyo similar al del pasado 22 de mayo (313.000 votos) y a ello suma los apoyos a Aralar (37.000), obtendría el mejor resultado que haya cosechado nunca cualquier máscara política de ETA.
En 2008, los proetarras no se presentaron a las generales y optaron por llamar al voto nulo de sus bases. Ahora, coaligados con Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Aralar, los batasunos pretenden conseguir, dentro de Bildu, unos resultados que superarían su techo histórico. Con sus diputados, podrían exigir la “independencia” en el Congreso día sí y día también, como en los tiempos en que Jon Idígoras lideraba Herri Batasuna. Y si el vencedor de las generales no obtuviera mayoría absoluta, incluso los apoyos de Bildu serían decisivos.
A la provincia de Guipúzcoa le corresponden seis escaños en el Congreso de los Diputados. Con el apoyo que logró en las pasadas municipales, Bildu se haría con al menos dos diputados, o incluso más, por esta circunscripción. En Vizcaya, la provincia vasca más poblada, están en juego ocho escaños. Se trata del tradicional caladero de votos más importante del PNV, pero allí Bildu consiguió grandes resultados también el 22-M, ya que se aupó a la segunda posición, por encima de los socialistas.
Por último, la provincia vasca con menos escaños en liza es Álava, con cuatro. Dado que en este territorio el PP suele ser la formación más votada y que el PSOE aún cuenta con un importante suelo electoral, Bildu podría alcanzar, como mucho, un diputado.
De los cinco diputados en juego en Navarra, la coalición nacionalista tiene casi asegurado uno, el que hasta ahora se había llevado Nafarroa Bai. Teniendo en cuenta que Aralar, principal sustento de NaBai, se ha sumado a Bildu, el destino de ese diputado está más que claro. Incluso, si no hay un acuerdo electoral entre UPN y PP, la división del voto en la comunidad foral podría favorecer los intereses de los nacionalistas. Así las cosas, Bildu, la coalición liderada por el brazo político de los terroristas y que fue tildada de “testaferro de ETA” por el Tribunal Supremo, podría alcanzar de seis a ocho escaños entre el País Vasco (cinco o seis) y Navarra (uno o dos).
El acuerdo entre Bildu y Aralar es ya un asunto finiquitado, a falta de algunos flecos, como el reparto de los puestos de las candidaturas. Cosa distinta ocurre con el PNV. Ayer, miembros de la izquierda abertzale afín a ETA, de Alternatiba y de EA –es decir, las formaciones que componen Bildu– mantuvieron un encuentro en Bilbao con el PNV para intentar que el partido vasco más votado se sumase a esta suerte de frente común de todos los nacionalistas.
Una vez blanqueados por el Tribunal Constitucional, en Bildu ya no necesitan caretas. Ayer, a la citada reunión acudieron como representantes de Batasuna –sí, ese partido que presuntamente no estaba incluido en Bildu– veteranos dirigentes proetarras, como el portavoz Rufino Etxeberria y la abogada Jone Goirizelaia, que acudieron junto a Pello Urizar (EA) y Óscar Matute (Alternatiba). Por parte del PNV acudió Joseba Egibar. Al salir del encuentro, el peneuvista aseguró que “la prioridad es asentar un proceso de paz” y remarcó que su formación no se suma al frente nacionalista.
Otro partido que podría sumarse a la coalición Bildu es Sortu, la penúltima máscara propia de los batasunos, presentada el pasado febrero y tumbada por el Tribunal Supremo en marzo. Está pendiente que el Tribunal Constitucional –el mismo que amparó a Bildu– decida si da vía libre o no a los proetarras.