A nuestra izquierda mediática le ha venido Dios a ver con la dimisión de Zapatero. Sabiendo lo disciplinada que es en el seguimiento de la línea del partido (el del trinque, mayormente), ya lo pasó bastante mal disimulando, puliendo y poniendo guapos los brutales hachazos asestados por su señorito al Estado del bienestar, tras las oportunas llamadas telefónicas de sus aliados.
De ser ZP el candidato, ahora mismo estaríamos viendo como la Cadena SER, El País, laSexta, Público et al. Se comían con patatas el renacido fervor bélico y atlantista del inmarcesible líder. Lo hicieron, sin problema, con Afganistán y luego con Libia.
Afortunadamente, distanciarse del malhadado presidente del Gobierno no paga, sino que puntúa entre la izquierda, y por eso podemos oír el familiar rasgado de vestiduras en torno a Rota y el escudo antimisiles norteamericano.
«Zapatero cede Rota», titula el diario de Roures con el laconismo militar que corresponde y que nos suena a «En Flandes se ha puesto el sol». Escolar el Chico da doctrina en su última de Público («De la alianza de civilizaciones al escudo antimisiles«) y transmite lo que el buen progresista debe pensar de todo esto, a saber: «Zapatero llegó a La Moncloa retirando las tropas de Irak y se despide ampliando el despliegue militar estadounidense en España».
A BUENAS HORAS
Como cuento para dormir a los niños no está mal. La realidad es, digamos, más ‘sucia’, y como para sacar los colores a todo periodista zurdo al que le quedara alguna capacidad de vergüenza. Zapatero aumentó la implicación en una guerra, la de Afganistán, que ha costado la vida a un centenar de soldados españoles -frente a cero en Irak- y que es tan pura y noble como la otra, seamos sinceros.
Zapatero nos ha metido en otra guerra, la de Libia, de la que es mejor no hablar, tanto que, de hecho, ha pasado sin pena ni gloria y que, aunque no ha costado vidas españolas, ha salido por un pico en plena crisis. Lo del pacifismo zapateril, mejor lo dejamos correr. Adoptar a estas alturas poses de Zola para un atrasadísimo «Yo Acuso» apesta a la peor hipocresía, Nacho.
La otra prensa de izquierdas se lo ha tomado con mucha más calma. «España incorpora Rota al escudo antimisiles de la OTAN«, titula El Periódico de Catalunya, muy por debajo de la boda de la Duquesa de Alba, como si fuera un trámite de poco momento. Para El País es noticia de apertura, «Rota acoge la principal base naval del escudo antimisiles de la OTAN», pero no parece ver la decisión con malos ojos; de hecho, su segundo subtítulo cita a Zapatero diciendo que «se asegura la protección de Europa y sus ciudadanos». Caritativamente, el diario de Liberty ha preferido no incluir la mejor de las zapaterías del día: «Esto no va contra nadie». Es lo que tienen los dispositivos bélicos, que se hacen porque sí, para pasar el rato.
El caso de José Blanco vuelve a ser el perro que no ladró en la prensa progre, la noticia que ningunean, como si careciera de importancia que el ministro de Fomento sea acusado de recibir fondos por un empresario después de que hayan dimitido los otros dos políticos incluidos en la denuncia.
El País consigue hablar del asunto sin que aparezca don José en el titular, Del ‘caso Gürtel’ a la ‘operación Campeón’, lo que, para el lector común, es nada y menos. Ni siquiera la foto muestra al acusado: mejor sacar a un abogado, no vaya a ser que la foto del ministro fije la vista del lector ocasional. La reacción de Público a la revelación es menos sutil, pero también menos hipócrita: sencillamente, no ha sucedido. Nada, nothing, cero, zilch. La estrategia es, en el mejor de los casos, arriesgada; pero resulta directamente carcajeante un día en que dedican una doble a (vieja) corrupción ‘pepera’: «El PP de Fabra se niega a investigar en Les Corts el ‘caso Brugal’ y El juez de la Gürtel confirma la prisión sin fianza para Correa.
No sé lo que opinarán de Jesús Maraña, pero haría un magnífico director de Pravda; el Premio Lenin no se lo quitaba nadie. Quizá, si se reconcilia con Carlos Carnicero y este le presenta a sus amigos cubanos, quizá esté a tiempo de hacerse un hueco en Granma.
LOS MAESTROS
¡Cuánto tienen que aprender estos chicos del patriarca, el sabio de Prisa, que sabe torear con la izquierda sin que se le mueva un músculo ni pierda la presencia de ánimo. Un ejemplo: «Los profesores agotan su quinta huelga sin avance en la negociación«. ¿Dónde está la manipulación? En la foto, una foto enorme de Esperanza Aguirre jugando al golf. ¡’Chapeau’! Y la belleza del asunto es que ni siquiera se les puede acusar de buscar una imagen tan incongruente para ilustrar la noticia porque, si el lector se fija, es una fotonoticia, Aguirre se evade en el green, que, casualmente, domina la página. ¡Maestros! Lo orgulloso que debe estar de ellos el fondo norteamericano de inversión que es su propietario, y que seguro que por eso les perdona su caótica situación financiera.
Además, siempre quedan esas obsesiones con que la progresía trata de ocultar su fracaso. El sexo en primer lugar, claro. «El amor otoñal no es un estigma… ni una obligación». ¿Y a mí que me da que a los ancianos les preocupan más las pensiones congeladas por Zapatero que la cosa de la coyunda?
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