El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicará su última encuesta sobre intención de voto antes de las elecciones generales. Fuentes del organismo aseguran a LA GACETA que el sondeo, elaborado basándose en una muestra de 17.000 entrevistas, otorgará al PSOE un 34% de votos, lo que supone un par de puntos más que los resultados de las encuestas que se están publicando estos días en diversos medios.
A solamente 20 días de las elecciones, el CIS sitúa al PP en una mayoría absoluta menos holgada que el resto de sondeos conocidos. En concreto, otorga a los populares una intención de voto que rozará el 45%.
En su anterior barómetro sobre intención de voto, publicado en julio, el CIS estipuló que el PP conseguiría en las elecciones generales un 43,1% de los votos frente a un 36% del PSOE. Unos datos que fueron aprovechados por el partido gobernante y sus medios afines para vender que el efecto Rubalcaba estaba sirviendo a los socialistas para remontar a los populares.
Sin embargo, desde entonces hasta ahora ha habido unanimidad en todas las encuestas a la hora de señalar a una mayoría absoluta del PP, con un resultado histórico que dejaría al PSOE en sus peores números desde 1977, incluso por debajo de los escuálidos 125 diputados que logró Joaquín Almunia en las elecciones de 2000.
De hecho, la gran duda del 20-N estriba en si el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, conseguirá o no una derrota dulce, o al menos no tan abultada, frente a la victoria del PP que todos los sondeos dan por segura.
La última vez que el CIS presentó un barómetro justo antes de unos comicios fue el pasado 5 de mayo, a 17 días de las elecciones autonómicas y municipales del 22-M. Según aquella encuesta, el Partido Popular ganaría en Extremadura y Castilla-La Mancha, como así sucedió después. Menos acertado estuvo el organismo al pronosticar qué ocurriría en Asturias, Navarra y Aragón, así como en algunas capitales de provincia. Por ejemplo, el CIS pronosticó que en Asturias el PSOE sería la fuerza más votada y el FAC –partido de Álvarez-Cascos– sería la tercera. Pero ocurrió justo al contrario.
