El guión se cumple con precisión suiza y dejan a este pobre Trasgo en la necesidad de repetirse, que en este negocio es morir.
La idea –natural– era bajar los humos a la derecha triunfante con aritméticas electorales –esas que permiten a todos los partidos ver el lado bueno de la vida– y la versión de última hora de ‘la zorra y las uvas’, a saber: total, no va a mandar Rajoy, sino Merkel.
Cada uno lo dice según su estilo. ‘El País’, de forma aburrida, que no se note –“Presión internacional para que Rajoy avance sus planes mientras él espera”–; ‘Público’, como más de barricada y, para qué engañarnos, más divertido (y abriendo): “Merkel y las agencias de calificación ponen deberes a Rajoy”. Eso, debajo de la comunicación oficial de la canciller alemana en su alemán original.
Afortunadamente, no hay nada en mi contrato que me obligue a hacer unas risas sólo con lo grande e ignorar lo menor. Tienen los de ‘Público’ una mina que me ha tentado a menudo y que hoy no voy a dejar de explotar, ‘Twitter on’, en la que recogen frases colgadas por políticos y comentaristas en la red social que tantas alegrías nos ha dado ya.
LA ILÍADA DE GASPAR
En la edición de ayer recogían una de nuestro líder obrero favorito, Gaspar Llamazares. Reza (es un decir): “Nosotros seremos el caballo de Troya de los ciudadanos, que abriremos las puertas de la ciudadela tomada por los mercados para liberarla”. ‘Risum teneatis’.
Por mi parte, siempre he pensado que la izquierda es el caballo de Troya de la barbarie en nuestra civilización occidental, y debo decir en su elogio que llevan el trabajo muy avanzado. Pero en el caso que nos ocupa, la referencia épica no puede ser más ridícula. Imaginar al bronco líder disfrazado de jefe aqueo dispuesto a todo para echar abajo la ciudadela financiera pasa de chusco. Si Llamazares quiere vérselas con los mercados, sólo tiene que ir a su banco, donde será recibido con alfombra roja como cualquier cliente que haya suscrito un fondo de inversión de 300.000 euros.
Cada vez estoy más convencido de que el lema de la izquierda debería ser el de la antigua serie ‘Expediente X’ : “Queremos creer”. No entiendo, de otra forma, que ‘los trabajadores y trabajadoras’ sigan aceptando como líderes a estos espabilados con un pasar que no lo tendrá la cajera de Carrefour en toda su vida. El hundimiento de la izquierda vendrá cuando sus bases cambien el citado lema implícito por el eslogan de Media Markt: “Yo no soy tonto”.
Mi espejo en ‘Público’, Javier Vizcaíno, engorda con la oposición. Mediapro puede que pierda favores políticos y licencias a precios de amigo, pero sus periodistas van a disfrutar el doble con el cambio. Rajoy no ha dicho esta boca es mía en lo sustancial y ya los tiene en la yugular. ¡Buena caza, camaradas!
MÁS DOCTRINA
No sé qué tienen los políticos de las Navidades pasadas, que a todos se les pone cara de estadista. Es el caso de Borrell, que va repartiendo doctrina y aclarando todo lo que se ha hecho mal. Lo cuenta ‘Público’ bajo el entrecomillado “La derecha no apoya a los gobiernos para hacerse con el poder”. Hay que ver qué mala es la derecha. Pero el destino ha puesto en su camino una circunstancia, la actual, para demostrar a los españoles que ellos, al contrario que los otros, son de un responsable que asusta y en vez de poner palos en las ruedas del Gobierno de Rajoy y convertir en demagogia barata cada sacrificio necesario, van a desplegar sentido de Estado. Es que lo estoy viendo, ¿usted no?
La solución mágica de Borrell es la que ya hemos oído en todas partes, a este lado del río: “Si el primer día hubiéramos dicho que la deuda griega estaba asegurada, nos habríamos ahorrado muchos problemas”. Sí, y también nos habríamos asegurado que mañana habría 12 Grecias pugnando por vivir como alemanes con productividad subsahariana y en nada el euro iba a ser tan fiable como el dinero del Monopoly. Pero a toro pasado…
EN EL FONDO DEL MERCADO
Denme rojos que quieran cortarme el cuello y asaltar los bancos; cualquier cosa antes que un pez de los más gordos de la pecera, lustrado con la grasa de 100 bonus, diciéndome que “La política tiene que regular los mercados”, que es su modo de decir que los mercados están genial para hacerles ricos, pero siempre que los Estados –usted, para entendernos– se aseguren de que nunca pierdan. El diario de referencia, cada día más autorreferencial, recoge en titulares estas palabras de su progresista mandarín, Juan Luis Cebrián. “Hay quien gana dinero si quiebra España”, declaró Janli en un foro u otro. “No sabemos quiénes son”, dice el académico.
Pues si la curiosidad es muy fuerte, quizá sus amos podrían darle una pista, que Berggruen y su fondo de inversión, propietarios de Prisa, alguna idea tendrán de lo que se cuece en los mercados. Si no, siempre le queda Carlos Slim, el último en llegar a esta sorprendente ‘izquierda’.
