Público, que ha metido prisa a Rajoy desde el 19, ahora le reclama que tenga calma con el mercado laboral. El franquista televisivo para el diario de Roures no es el liberticida Fran Llorente, sino Intereconomía.
Es que nunca están contentos. Los medios de la cáscara amarga se han pasado desde el 19-N pidiendo a Rajoy que se dé prisa, que hable, que disponga, que decida, pasando de trámites, que es como nos gusta en esta anarquilandia llamada España. Pero ha bastado que el no-presidente-todavía se reúna con sindicatos y patronal para que Público abra pidiendo pausa: «Rajoy mete prisa con su reforma laboral«.
El País sigue a lo suyo, Europa y los mercados, y si trata el asunto en su primera es con esa curiosa jerarquía que le distingue últimamente: «Rajoy da un mes a patronal y sindicatos para pactar la reforma laboral«. Pero anteponer patronal a sindicatos no impide al diario del fondo norteamericano de inversión de Berggruen publicar al rojo-caviar Josep Ramoneda, «El destino de un icono fascista». Icono que es, lo han adivinado, Franco.
ESPAÑOLES, FRANCO NO HA MUERTO
Al papa Esteban VI, en 897, no acababa de gustarle cómo le había tratado su antecesor, Formoso, así que mando exhumar su cadáver nueve meses después de su muerte, para someterlo a juicio en un concilio histórico. Morboso, ¿verdad? Pues aquí estamos en esas. O está la izquierda, la que se dice muy alarmada con recortes sociales y agendas ocultas pero que, en el caso del diario de Roures, dedicó anteayer su primera e incontables páginas interiores a… ¡Franco! No, no está usted mirando un periódico de otra época; estamos en noviembre de 2011, el Generalísimo lleva muerto y enterrado 36 años y tenemos asuntos no para ocuparnos, sino para alarmarnos con terrible urgencia. Es maravilloso cómo se retratan.
Gusto da, por contraste, leer a un rojo pata negra como Carlos Carnicero, a quien nadie podrá acusar de veleidades derechistas, pero que mantiene la cabeza sobre los hombros lo suficiente como para opinar en su blog – Franco, un cadaver indigesto – «La demonización de la Transición española es uno de los legados más nefastos de José Luis Rodríguez Zapatero. Él no tuvo edad para participar en el final del franquismo y en la construcción de la democracia; en consecuencia, no estuvo bien hecho ese proceso. No hay nada más confortable que ser antifranquista en el siglo XXI. Por lo tanto, es un estadio ideal para generar crispación con la recuperación de un antagonismo que la Ley de Memoria Histórica -que fue un acto de propaganda sin presupuesto- nos deja como herencia. Por si faltaba algo más como acto póstumo, el zapaterismo nos deja el cadáver de Franco encima de la mesa». La izquierda es una ideología estúpida y suicida seguida por muchas personas inteligentes, paradojas de la vida.
Leo en El Mundo que «Carmen Alborch pide que el feminismo sea patrimonio democrático de la Humanidad«. Yo me secundo la moción con la condición de que se haga lo mismo con la bomba lanzada en Hiroshima. ¿Seguimos con tonterías o nos metemos ya con lo importante?
MÁS DURA SERÁ LA CAÍDA
«Los seis grandes bancos centrales intervienen para frenar la recaída», abre el diario de Berggruen. No le llega la camisa al cuerpo, pobres.
Los bancos centrales se han puesto a inyectar liquidez como locos en el sistema bancario segundos antes de que colapse. Eso significa, grosso modo, que hemos dado una patada más a la lata. Tarde o temprano llegaremos a darnos cuenta de que las deudas, por mucho que se retrasen, hay que pagarlas. O no, pero entonces hay que decirlo. Y nos ponemos como locos cuando nuestros mandarines europeos e internacionales retrasan un poco más el momento final, agrandando la bola de nieve. En el caso de Prisa, fundamentalmente interesada en los mercados, lo importante es que se siga haciendo juego en la gigantesca ruleta donde son crupieres; el resto deberíamos recordar que la única riqueza que existe es la que fabricamos con sudor y que los políticos están regalando a la banca. Ustedes verán.
Público nos cita en su última, «Entre los franquista y lo morganático«. Vamos en esas estampas de crítica de televisión que, oh casualidad, no tienen nada que decir sobre el hecho de que TVE haya dado por muerto. Leo: «La vida no tiene color político. Nuestro partido eres tú». Dicen ahora los la cadena del logo con el toro azul, azul celeste que -como bien adelantó hace algunos años esa gran líder espiritual y artista multimedia que es Lina Morgan- «no es un color». Pues eso. «Celeste no es un color» y «Haga como yo, no se meta en política», que dijo el dictador Franco. Un 2×1 del humor». Si lo que les mola es lo franquista en tele, diríjanse a Fran Llorente con su retorcida forma de aplicar la censura.
Termino con una macabra de El País: «Siri censura información sobre el aborto«, «El asistente virtual de Apple no da direcciones de clínicas abortistas cuando se le pregunta por ellas». Texas ha revolucionado el negocio sencillamente informando a las madres de lo que tienen en el vientre, un procedimiento normal y obligado en cualquier otra intervención médica. Y quien censura es Siri. Manda…
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