El cristianismo ha hecho de nosotros lo que somos. Nos ha dado nuestra visión del hombre y la naturaleza. La Iglesia ha inventado los conceptos en los que nos movemos, incluyendo los que usa la izquierda para condenarla. La Iglesia ha creado, en sus dos mil años de historia, nimiedades como el método científico, las Universidades, la dignidad de todo hombre, la preferencia por los pobres, la mayor ONG del planeta, hospitales, asilos, comedores sociales; ha salvado las grandes obras de la Antigüedad, conservado el Derecho Romano, formulado normas para humanizar la guerra, articulado el derecho de gentes e incluso el derecho al tiranicidio; roturó tierras estériles, enseñó al que no sabía, construyó Occidente, y en su espacio cultural -y sólo en él- prosperaron la democracia, la división de poderes y la libertad de expresión.
Nacho adversus haereses
Ha hecho tanto que hay mil razones para estarle agradecido, y alguna para tenerle manía. De todo para todos. Pero para Escolar El Chico (nunca tanto), es sólo «una organización que ha encubierto a pederastas en su seno durante siglos». ¿Se puede ser más…? No, hombre, iba a decir reduccionista.
La Iglesia no tiene más, sino menos, pederastas en su seno que cualquier otra organización humana, y eso lo sabe Nacho, tan amigo de estadísticas. Sabe que calificar a la Iglesia, que lo ha hecho todo, de refugio de pederastas es como decir que el PSOE es un antro de maltratadores por Jesús Eriguren; que Izquierda Unida es un paraíso de acosadores sexuales, por Miguel Reneses, o que cualquier partido con mando en región es un nido de corrupción, por casos incontables. Es decir, sería una bajeza en la que no voy a caer y en la que Escolar, por lo visto, chapotea a placer.
La cosa política, con un PP en el Gobierno que, literalmente, no da una a derechas y así parece que el rojerío vuelve al palo al cura como el perro a su vómito. Ayer salía con un trío episcopal, y hoy Escolar me hace el Trasgo con un comentario en su blog, «Las falacias del arzobispo», escrito en la digna tradición de El Frailazo. Nacho escoge citas textuales de Jaume Pujol Balcells, arzobispo de Tarragona, que deberían hacernos llevar las manos a la cabeza gritando «¡el horror, el horror!» con la pudibundez de una dama victoriana, pero que yo suscribo hasta la última palabra. «Su comportamiento [el de los homosexuales] no es adecuado ni para ellos ni para la sociedad», dice monseñor, y comenta Nacho: «El voto de castidad es mucho menos adecuado tanto para el clero como para el resto de la sociedad. Y no conozco a ningún gay que pretenda imponer su elección sexual a los demás».
¡Oh, la juventud de Escolar sobre veinte siglos de sabiduría! ¿De verdad no conoce a ningún gay que pretenda imponer su elección sexual a los demás? Yo diría que precisamente en eso consiste el Lobby Rosa. En cuanto a la Iglesia, ¿qué le impone al pobre Nacho, cuitado?
Pero no es Nacho hombre que quiera que su ridículo quede limitado a unos pocos párrafos, e insiste en propagarlo con un enlace a otro florilegio de citas episcopales que escandalizan a su delicado progresismo. Son, sencillamente, deliciosos. Escolar encuentra ocasión para señalar como más allá de lo admisible frases como esta de Rouco Varela: «La naturaleza humana es débil, frágil y tiende al pecado». ¿A quién se le ocurre? Al pecado sólo tienden ‘los mercados’, eso lo sabe hasta un infante (pasado por la Logse).
Termina San Ignacio Escolar: «Pero la cita que lo resume todo es de ayer y llega de Roma. Del propio Papa, Benedicto XVI: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra». Va a ser que la dijo este… ¿cómo era el nombre? ¡Ah, sí: Jesucristo! A quien Escolar enmienda con ejemplar paciencia. Escolar está libre de pecado, Escolar es el Hombre Nuevo, Escolar es espejo de periodista y ‘perfectus homo’, ‘al-insan al-kamil’, como dicen los musulmanes del Profeta.
