El escritor Antonio Gala dedica su columna diaria, La tronera, en El Mundo del 8 de mayo de 2012 a Evo Morales y la nacionalización de la filial española de Red Eléctrica Española. Con constantes referencias a las expresiones homófobas del presente boliviano, no duda en hacer juegos de palabras para tratar la cuestión. El artículo, titulado ¿Otro disgusto? arranca:
Hay un jefe de Estado, por así decir, convencido de que los europeos nos afeminamos por comer pollos de granja. Me gustaría aclararle que, si la afeminación se produce, es cuando se comen directamente pollas.
Tras decir que quiere imitar a «la confusa Kirchner», a que de que define como «más despertadora ya que no más despierta» que Morales, añade:
Esta vez, el Gobierno español le corresponde con indiferencia a la acusación de invertir poco. ¿No decía detestar a los invertidos? ¿En qué quedamos?
Gala concluye:
La marca España no vale de defensa. «No tenemos nada contra los hermanos españoles», ha dicho. Está claro que no: le encanta enredarse en sus redes; y las que hay que le saben a poco. Que no cunda el ejemplo. No estamos aquí para disgustos.
El comentario con el que arranca el artículo de Gala hace referencia a un discurso de Evo Morales en abril de 2010, cuando dijo lo siguiente:
El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres.
La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen. Mientras, en los pueblos indígenas no hay calvos, porque comemos otras cosas.
La colección de frases absurdas de Evo Morales es larga —Las «Evadas», 100 frases ‘célebres’ de Evo Morales para la historia— e incluye desde la afirmación de que los indígenas americanos lucharon contra el Imperio Romano hasta otras como:
Fidel no se ha enfermado, solo está en reparación. Fidel va a vivir 80 años más.
O:
Cuando voy a los pueblos, quedan todas las mujeres embarazadas y en sus barrigas dice EVO CUMPLE.
