La crisis aprieta y además ahoga y por ello la banca ya no le pasa ni una más a Prisa. Agotada la fórmula de la refinanciación, los bancos han decidido pasar a la acción y tomar el control de un grupo que no es ni la sombra de lo que fue ¿Con qué objetivo? El de esconder al máximo la morosidad mientras se produce la ejecución de avales y garantías ¿Con que consecuencias? No se sabe con exactitud, pero todo apunta, dada la mastodóntica deuda que arrastra el grupo, a una partición de activos y posterior liquidación.
Este es el motivo por el que la banca se convertirá en el principal accionista de Prisa. El pasado martes 5 de junio el digital Hispanidad aseguraba que el Santander, Caixabank, HSBC y Bankia comprarán el 24% de Prisa. Desde Hispanidad se aseguraba que el porcentaje alcanzaría el 24% en 2014. No es una cuota menor. Poco a poco se concretará la pérdida total del control por parte de la familia Polanco, tradicionales dueños de la compañía. Y esto es así, según los expertos financieros consultados por Periodista Digital, porque los bancos ya no quieren seguir acometiendo más y más refinanciaciones y no tienen otro objetivo más que tomar el control de Prisa.
Aunque a más de un lector le pueda chirriar la entrada de Bankia, entidad recientemente nacionalizada previa inyección de casi 24.000 millones de euros, en el capital de una empresa ruinosa -el conglomerado mediático debe unos 3.600 millones de euros- la explicación es muy sencilla: si la banca no toma el control tras la ejecución de garantías y avales la entidad acabaría quebrada y a sus acreedores les tocaría reconocer esas pérdidas.
Lo que ocurre es que serán ellas, a partir de ahora, quienes tomen decisiones. Los actuales dueños de Prisa ya no pintan nada, pues lo lógico es que los bancos no estén dispuestos a mantener el equipo actual, culpables de la situación actual.
El futuro de Prisa pasa por, según las opiniones recabadas por este medio, la parcelación del grupo -su venta por partes- y posterior desaparición. Así es como suele suceder con el resto de empresas españolas en la actualidad y no parece que el otrora ‘imperio del monopolio’, denominación que tanto le gustaba acuñar a José María García, vaya a ser una excepción.