Los periódicos impresos españoles han cambiado su estrategia general, en cuanto a los tiempos de publicación, en estas elecciones catalanes. Si en los últimos comicios vascos y gallegos, por ejemplo, hubo que esperar al martes para leer las columnas sobre lo ocurrido en las urnas el domingo, en esta ocasión ha sido diferente.
Las cabeceras, tanto de Madrid como de Barcelona, sin duda alguna retrasaron su cierre para incluir el lunes 26 de noviembre de 2012 artículos en los que se comentara y analizara lo ocurrido la jornada anterior.
En líneas generales domina la idea de que Mas ha sido el gran derrotado. Hasta su órgano de prensa oficioso, el periódico del Conde de Godó y Grande de España, se ha rendido a la evidencia. Este último diario, por cierto, es señalado en las páginas de El Mundo como uno de los grandes derrotados de la jornada. Quien lo dice es Salvador Sostres en su artículo La bruja Adelina.
El artículo comienza ridiculizando a Jordi Pujol por uno de los aspectos de su personalidad menos conocidos, pero muy llamativo:
La peor desfachatez de Jordi Pujol no es la financiación irregular de su partido y de su familia que denunció la semana pasada EL MUNDO, sino que habiendo presumido toda la vida de fervor católico resulta que en el fondo es un gran supersticioso. Cuando era presidente solía requerir los servicios de Adelina, una bruja gallega que vivía en Andorra.
Su especialidad era quitar los malos espíritus pasando un huevo por el torso de su paciente y demostraba la eficacia de su trabajo porque luego, cuando rompía el huevo, la yema aparecía negra por todas las malas energías que supuestamente había absorbido.
Sostres considera que el diario con el que colabora ha influido de forma clara en el resultado de las elecciones:
La semana pasada, las encuestas le daban a CiU entre 60 y 64 diputados, muy por debajo de la mayoría absoluta solicitada. Y las exclusivas de EL MUNDO sobre las cuentas de la familia Pujol en el extranjero le han acabado de fulminar. La bruja Adelina estaba en lo cierto: ningún alma se escapa de la zarpa pujoliana.
El resto lo ha puesto Mas, con su mediocridad y sus engaños. No es que el independentismo haya menguado en Cataluña: es que los independentistas no han creído a Mas y han preferido votar a ERC e incluso a las CUP. Y los antiguos votantes moderados, algunos se han ido al PP y la mayoría a Ciutadans.
Tras llamar gafe al actual presidente catalán, señala a los otros grandes perdedores:
Además del presidente Mas, la gran derrotada fue La Vanguardia, y su director, José Antich. La influencia real del periódico del conde de Godó en la sociedad catalana se demostró ayer más bien escasa en tanto que después de meses y meses de sistemática y ridícula propaganda convergente, completamente incompatible con el periodismo, con la dignidad y hasta con la legalidad, Mas se hundió en la miseria, en una prueba más de que la gente acaba despreciando aquello que le das gratis.
Para Federico Jiménez Losantos, también en El Mundo, los resultados concretos de CiU son secundarios. Lo dice en Lo de menos era Mas:
No importa lo que de ensoñación política, mesianismo personal y evasión penal tuviera ese proyecto que ayer fue votado en las urnas. Ni que ayer Mas no triunfara, porque la mayoría absoluta que perseguía ha quedado lejos y ha perdido muchos escaños. Pero su proyecto de secesión de España ha vencido, sin duda.
Tras señalar que Ciudadanos «puede presumir de un gran resultado como partido», añade:
Los partidarios de defender el Estado Español actual no llegan a 30 escaños e incluso sumando a los que quieren una España en porciones y desechable no llegan a 50. Sobre 135 escaños, eso supone una mayoría aplastante del separatismo. Y aunque sea una derrota personal de Mas, y hasta cierto punto, de Convergència, el proceso ha recibido el respaldo popular que buscaba.
Concluye con críticas al PP y al PSOE:
¿Alguien cree que el PSOE se ofrecerá al Gobierno de Rajoy para constituir un frente español que dé la batalla política y mediática al frente separatista catalán? ¿Y alguien cree que el Gobierno del PP, con toda su mayoría absoluta, será capaz siquiera de intentarlo? Ninguno de los dos grandes partidos, PP y PSOE, se ha atrevido siquiera a denunciar en los debates electorales por televisión la corrupción desorejada de los Pujol, Mas y compañía. Y la Fiscalía, que representa al Estado Español, no sólo ha defendido a los suizos de CiU sino que ha condenado a EL MUNDO en unos términos que parecen dictados por la Cataluña dictatorial del futuro, no por la yerta España del presente. Lo de menos era Mas. El separatismo sigue adelante.
Radicalmente contraria es la opinión que expresa en La Vanguardia Enric Juliana, para quien Gana España:
Las elecciones catalanas las ha ganado España. Para decirlo de una manera más ortodoxa y más precisa, las ha ganado el statu quo español. Las ha ganado el orden vigente, a su vez sumergido en un creciente desorden. Ha ganado el orden establecido español por un largo, largo, largo, periodo histórico. Costará entenderlo, costará aceptarlo, costará digerirlo en amplios sectores de la sociedad catalanista, que siguen conformando una clara mayoría social -una mayoría sentimental-, pero la frialdad de la relación de fuerzas se irá imponiendo a medida que pasen los días, las semanas y los meses. El Partido Alfa de las clases medias españolas, pese a las gravísimas dificultades que le plantea la crisis, sigue manteniendo el control del tablero.
Mantiene el elogio a la formación de Mas:
Gravemente accidentada, CiU sigue siendo el pal de paller [el pilar o el armazón]. Continúa siendo la expresión política más genuina de las castigadas clases medias catalanas. Salvando todas las distancias, sigue ejerciendo el papel que desempeñó en Italia la Democracia Cristiana. Sigue siendo el Partit de Catalunya. Todo eso es muy cierto, pero las elecciones las ha ganado España. Las ha ganado el orden vigente.
Este breve párrafo contiene, es su fondo varias perlas. Se empeña en mantener la totalitaria identificación entre un pueblo, el catalán, y un partido o coalición concreto, en este caso CiU. Todo ello a pesar de que las urnas hayan demostrado que tal identificación no es real. Pero hay un punto que a este humilde lector de columnas le ha hecho especial gracia.
Sostiene que dicha formación ejerce el papel «que desempeñó en Italia la Democracia Crisitiana». En fin, teniendo en cuenta que los democristianos (no sólo ellos, la verdad) italianos se vieron inmersos en infinidad de casos de gravísima corrupción, incluidos vínculos con la mafia, la comparación a más de uno de parecerá muy acertada. ¿Recuerdan los del 3%? ¿O ahora es un 4%?
Concluye insistiendo en su idea inicial:
peligro los saldos fiscales positivos del ventajoso fuero, y Catalunya, atrapada por la retórica sentimental del soberanismo, se va a convertir en un avispero. Ha ganado España, ha ganado el orden vigente y queda claro que Nicolás Maquiavelo no nació en Castellar de n’Hug. La política, la política de Estado, no está hecha para los catalanes. Ya se puso de manifiesto en los años treinta, y por aquellas cosas que pasan en la vida -en la que todo tiene que volver a empezar-, lo habíamos olvidado.
Volviendo a la prensa madrileña, nos encontramos en El País con Soledad Gallego-Díaz, que publica Mas tira por la borda su liderazgo:
Así pues, el resultado de estas elecciones debe valorarse en primer lugar en relación con este dato: Convergència ha perdido un número impresionante de diputados y la decisión del president catalán no encuentra en las urnas justificación política alguna. Mas no ha conseguido, ni mucho menos, que la sociedad catalana le coloque al frente del proyecto soberanista que el mismo lanzó, sino que el evidente descalabro de sus expectativas le deja personalmente muy debilitado, por no decir directamente desautorizado.
Mientras que el voto para ERC o para CUP, que muchos analistas consideran «la Batasuna» catalana, no merece para Gallego-Díaz el calificativo de radical, sí lo hace el destinado al PP o Ciudadanos:
Tampoco son buenas noticias para Convergència que el nacionalismo español haya aumentado su presencia en el Parlament. El Partido Popular ha experimentado un pequeño ascenso, pero lo que importa es que Ciutadans ha incrementado de manera importante su papel. La radicalización del electorado más identificado con la identidad española introduce un dato que el Gobierno catalán también tiene que tener en cuenta.
Y concluye con un ataque a El Mundo, al que no se molesta en citar –suponemos que sería reconocerle un éxito– por sus informaciones sobre el borrador policial referido a las supuestas cuentas de Mas, Puig y Puol en Suiza. Para ella es una maniobra de manipulación dirigida desde el Gobierno, y alguien tiene que pagar:
Por último, no es posible cerrar estas elecciones sin que se aclare la sucia maniobra de manipulación política que contaminó los últimos días de la campaña. Lo ocurrido no es un problema para los catalanes, sino para todos los españoles y debemos exigir que se investigue la actuación de la Policía y que el escándalo tenga consecuencias políticas en el Gobierno. Cerrar los ojos ante lo sucedido y permitir que se diluya en el periodo postelectoral nos puede costar muy caro a todos.
Con independencia de los resultados electorales del 25-N en Cataluña, da la impresión de que los ataques de unos periódicos a otros van a crecer. Los periodistas y sus editores pueden ser con sus rivales incluso más crueles que los candidatos de los partidos en campaña electoral.