No sé si ‘Público' sobrevivirá o no a la actual crisis. Esperemos que sí. Pero si es que no, parece dispuesto morir a lo grande
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Nuestra amiga la izquierda ha sido siempre de la opinión de que las pequeñas mentiras son sospechosas, mientras que las grandes cuelan casi siempre.
Así, si es necesario mentir para favorecer la causa, lo que hay que hacer no es distorsionar la verdad, sino decir exactamente lo contrario.
Por eso les vemos a menudo hablar del ‘pensamiento único‘ o ‘el discurso dominante‘ para referirse a una ideología que en el nombre es inexistente -neoliberal- y en la sustancia, absolutamente marginal.
El único pensamiento único es el suyo, la progrez desatada, y el resto se descalifica con los tapabocas habituales -ultra, extremista, radical- o, directamente, se le acosa. Este es el caso de Hungría, cuya mayoría democráticamente electa ha elaborado una Constitución que no gusta nada en Bruselas.
En su Carta Magna los húngaros, por ejemplo, tienen la temeridad de citar a Dios, un sujeto ilegal en toda la Unión Europea.
Y unos tipos que, cuando dejan votar al pueblo, les hacen repetir referéndum hasta que sale la respuesta correcta no se van a parar en barras contra un ‘periférico’ como Budapest. Mala suerte, magiares, a ver si elegís pensando en Bruselas, que así no hay forma.
«La UE estrecha el cerco sobre Hungría«, informa ‘El País‘, el más bruselense de nuestros diarios.
Nos informa:
«Hungría comienza a sentir el escozor de la presión internacional por su controvertida reforma constitucional, que ha llevado al forinto, la moneda nacional, a una depreciación récord con respecto al euro. Budapest ya ha hecho saber que acudirá a preparar la negociación sin condiciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero la Comisión Europea, la otra mitad del equipo, no ha decidido aún cuándo volverá a negociar.
Si el Ejecutivo comunitario tiene dudas y preocupaciones con respecto a la legislación magiar, en el Parlamento Europeo cada vez más reclaman que se aplique a Hungría el artículo 7 de Tratado, el equivalente a una bomba nuclear política».
¿Déficit democrático, alguien?
Más clara es la opinión totalitaria de los de Berggruen en una tribuna de Paolo Flores d’Arcais, «Un peligro para toda Europa», que tiene el enorme mérito de no disimular demasiado su desprecio por la voluntad de los húngaros.
«Europa cometió un gran error al no intervenir contra Berlusconi durante casi 20 años y, si no interviene contra Orbán y sus políticas antidemocráticas, preparará su suicidio».
El error, fíjense bien, no consiste en la injerencia antidemocrática, sino en no haberla aplicado antes a Italia.
Ya lo han hecho, como con Grecia. Dicen de la nueva UE que es el IV Reich por el predominio de Alemania. En mi opinión, lo está empezando a ser en un sentido más ominoso.
Sólo me queda citar el preámbulo de la Constitución húngara y desear: ¡Dios salve a Hungría!
No sé si ‘Público‘ sobrevivirá o no a la actual crisis. Esperemos que sí. Pero si es que no, parece dispuesto morir a lo grande, con tantas estocadas como pueda a la ‘derechona‘ en el poder.
«Rajoy se esconde«, abren hoy.
Tampoco sale muy optimista con el Gobierno ‘El País’:
«Los mercados castigan a España al desconfiar de las medidas de ajuste».
Como para los de Liberty las prioridades son Europa y los mercados y para los de Roures, la revolución, estamos en la paradójica situación de que uno de los diarios de izquierdas critica los planes del Gobierno por parecerle muy radicales mientras el otro los censura por antojársele demasiado tímidos.
Así no hay modo de acertar, ¿verdad, don Mariano?
En su editorial principal, «Buenos propósitos«, el diario de Prisa lamenta:
«El Gobierno sigue sin enseñar su estrategia económica propia. Hasta ahora, sus decisiones se han limitado a prolongar la política de recortes presupuestarios aplicada por Gobiernos anteriores, aunque, eso sí, ahora en versión más drástica. Y ello sin asumir con todas las consecuencias que ese ajuste radical ahonda la recesión española. Es la política obligada, impuesta por Europa, para sostener la solvencia de la deuda».
¡Ah, Europa, qué poco es un presupuesto para sacrificarlo por ti!
Para Jesús Maraña, director de ‘Público’, el plan del Gobierno no es ni malo, es que ni siquiera es plan, y así ha titulado su billete:
«Aquí no hay plan».
«Ayer apareció en soledad Sáenz de Santamaría como vicepresidenta y portavoz para explicar que el Consejo de Ministros no había tomado ninguna decisión de relieve, aunque había estudiado sendos informes de Cristóbal Montoro sobre fraude fiscal, reforma del sistema financiero y reducción de empresas y organismos del sector público».
Uno pensaría que la tajante afirmación del director queda contradicha unas páginas más allá cuando titula:
«El plan contra el fraude fiscal copia ideas a la izquierda».
¿Será que tampoco la izquierda tiene plan?
Y mientras nuestro presidente elude las graves responsabilidades de su cargo y no da noticias, los de Roures nos enseñan los eventos realmente cruciales de esta era histórica:
«Si te dejo apostatar, irás directa al infierno».
Parece ser que el año 2008, «el cura de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar (Valdemoro, Madrid) se negó a firmar la apostasía de Juncal Lorenzo, atea de 35 años».
Si eso no es lo más grave que ha ocurrido en la última década, no sé qué pueda ser. Después de todo, informan entusiastas los de Roures, «decenas de personas exigen a la Conferencia Episcopal que les borre del registro de bautizos».
¡Decenas! ¡Que paren las máquinas! (No, mejor no, que en el caso de ‘Público’, a lo mejor no vuelven a encenderlas).
NOTA.- leer artículo original en La Gaceta.