Mal le debe ir a la revista musical del Grupo PRISA, Rolling Stone para que tenga que dedicar un reportaje a Intereconomía. Actúa como si quisiera ganar adeptos a base de meterse con una de las ‘bestias negras’ de la izquierda, al más puro estilo de laSexta. Pero si los colegas de Rolling quieren publicidad, aquí tienen nuestro modesto apoyo.
La pieza se presenta como una radiografía a los secretos más ocultos del Grupo Intereconomía y se cita como fuentes a varios ex trabajadores del grupo (nos quedamos con la duda de si son ex redactores, ex tertulianos o lo mismo son ex directivos). El texto va firmado por un colaborador de la revista que no ejerce en el día a día en el grupo PRISA, sino en el diario de Pedrojota, el redactor de El Mundo Quico Alsedo. Pues bien, Alsedo comienza su artículo señalando a los jefes del mal:
Jefes e inspiradores Julio Ariza (propietario y presidente de Intereconomía), Rouco Varela (presidente de la Conferencia Episcopal), Eduardo García Soriano (tertuliano), Antonio Jiménez (conductor de El Gato al Agua)…
Lo que más descuadra es la identidad de ese Eduardo García Soriano… ¿quién es? Dado que uno presume de seguir medios y no tengo el gusto de conocerle, pensaré que se refiere a Eduardo García Serrano. (¡Como joroba esto de cometer un lapsus en el prímer párrafo, a mí también me pasa mucho, amigo Alsedo!).
El primer crímen que echa en cara Rolling Stone es que tienen una estatua de granito de Juan Pablo II.
Lo puso (la estatua) ahí el dueño, Ariza, para contentar a Rouco, dicen en la redacción. Dentro, en Castellana 37.
Yo tenía la manía, cuando iba a aquel lugar en taxi, de pedir que me llevaran a Castellana 36. A buenas horas me entero que está en la acera de enfrente, en el número 37. Lo que llama la atención es que Alsedo asegura que la estatua se puso para contentar a Rouco. Podría pensarse que la escultura se puso porque le apetecía al máximo responsable de Intereconomía. Pero no, los obispos tienen que estar detrás del mal.
Carlos Dávila, el mata-pulpos
La parte más impactante que relata Rolling Stone dejará pasmado a todos los lectores con sensibilidad:
A rebufo del éxito mediático del pulpo Paul, Dávila decidió que otro vidente cefalópodo era lo que sus lectores necesitaban para madurar los resultados de las elecciones. El problema: que por mala alimentación o por lo que fuera, los pulpos profetas morían a las pocas horas. «Y veíamos a Dávila salir del despacho, cagándose en todo ¡Se me ha muerto el pulpo!», relata un ex trabajador de Intereconomía.
Madre de Dios, no sé si podré superar el trauma tras descubrir en Dávila a un mata-pulpos -porque usan el plural, y no me refiero al periódico de Sopena, así que se le debió morir un mínimo de dos-. Y si se moría cada uno «a las pocas horas», a razón de una semana que duró la bromita de los pulpos… ¡Cuántos pulpos morirían en las manos de Dávila, qué intervengan el SEPRONA y la Fiscalia! Sólo me queda la duda de si el ex trabajador lo cuenta despechado porque una vez fiambre Dávila no convirtiera al pulpo en aperitivo para toda la redacción, de ser así, comparto su opinión.
Ariza, el moralista
Las fuentes de Rolling definen a Julio Ariza como tipo muy religioso y muy cercano al Partido Popular, algo que hasta ahora nadie debía de haber sospechado. Y, por fin, se deciden a hacerle una fuerte acusación al estilo de la de mata-pulpos a Dávila:
En una ocasión Ariza le llamó la atención a una chica porque se le veía el tanga al final de la espalda. Le pidió que se vistiera de una forma decente…
Ante ese comienzo una espera un final de la secuencia tipo «¡Y la mandó a la calle por ir mal vestida!», tenemos todos preparados las bocas para nuestro gesto de asombro ante el moralista Ariza, pero leemos:
Lo cierto es que aún trabaja con él.
Decepcionante. Nos hemos quedado sin condolencias que dar. Y, ya de paso, nos preguntamos si eso de que los propietarios opinen sobre los uniformes de sus empleados lo aplicarán también a propietarios de otras empresas tipo Corte Inglés o así.
Citas célebres
Acto seguido el ‘intereconomiólogo’ Alsedo enumera las ‘citas célebres’ de Intereconomía, como si fueran el ideario del grupo:
Según su catón, Paul Gasol es un peligroso antiespañol (…) Pa negre gana en los Goya apoyado por el poderoso lobby gay y una consejera de la Generalitat es una zorra y una puerca. En la antología no debe faltar una pieza de telediario en que el redactor explicaba las razones por las que los condones no están hechos para África.
Nada tengo yo que meterme en esta contienda. Pero eso de presentar como ideario del grupo lo que son los momentos más desafortunados de colaboradores y tertulianos (aunque se hayan dejado alguno) no acaba de convencerme. Ese como si yo dijera que hay un grupo de comunicación donde «según su catón, el PP es más antidemocrático que ETA, la fiscal Márques de Prado es una barragana, Aznar sigue el estilo de Hitler y los que queden de los asesinos de Lorca, votan al PP». Todas las citas son de la misma emisora de radio, por cierto, del mismo grupo que la revista Rolling Stone, y no creo que sea justo recordarles sólo por ello.
Jiménez Losantos y Dávila
En el reportaje, el redactor de Pedrojota colaborador de la publicación de PRISA ha contado con los testimonio de Federico Jiménez Losantos y César Vidal. El primero explica que Intereconomía se ha consagrado cuando los demás se han puesto a criticarles. Losantos sabe de lo que habla. No hace mucho al que todos machacaban era a él (y él un poco a todos), pero me llama la atención esta cita:
Losantos, autor de alguna intervención estruendosa en Intereconomía TV, «el orgullo Gay insulta a los gays, que en realidad son católicos y les gusta la familia».
Mi malidicencia me lleva a pensar en un ligero exceso de mala uva por parte del colaborador de PRISA y redactor El Mundo dirigida hacia el columnista de ese mismo periódico. Federico Jiménez Losantos debe de ser el único tertuliano que ha defendido los derechos de los homosexuales durante una tertulia de Intereconomía, y el único que ha hecho una encendida defensa del tema en la propia Intereconomía y en Libertad Digital. No encaja en el perfil homófobo ni en el católico que el entrecomillado parece querer dar a entender. O tal vez es que se equivocaron los señores de Expogay 2011 cuando le premiaron por su trayectoria radiofónica.
Esparza, facha… tal vez
Uno de los reporteros estrella de la cadena, José Javier Esparza, estaría vinculado según algunas fuentes con la llamada nueva derecha europea, una suerte de facción ultra post Le Pen. (…) Esparza luce un parche que le tapa un ojo en todas sus intervenciones en la cadena.
Soy el menos indicado para dar clases a nadie, pero me intriga la conjugación «estaría vinculado»… digo yo que o está o no lo está. ¿O es que la fuente no está seguro? Y, por cierto, dice que Esparza es reportero estrella. Yo a lo que hace Esparza lo llamo presentar o dirigir un programa, «Con Otro Enfoque», que me trae recuerdos. Y del parche, no le he preguntado, pero no tengo la impresión de que lo tenga por gusto.
Sostres, opinador ‘aflorado’ por Intereconomía
La revista aún tiene tiempo de consultar con Ignacio Escolar y con Fernando Sánchez Dragó, así como de meter alguna que otra perla:
La eclosión de Intereconomía ha hecho aflorar una generación de opinadores, la mayor parte asociados a latitudes conservadoras. Por ejemplo, Salvador Sotres, para el que «los pobres lo son porque quieren» (…) o Carlos Cuesta, que anima a levantar a España.
Vaya por delante el hecho de que, hasta donde yo sé, ni Sostres ni Cuesta van mucho por Intereconomía. Por otro lado a mí me da que el citado Sostres ya andaba tertulianeando bastantes años antes de que naciera «El Gato al Agua». Lo hacía en un programilla nada derechista llamado ‘Crónicas Marcianas’, por lo que no acabo de entender por qué Alsedo atribuye a los del toro la paterindad del personaje.
Disculpen mi tono, pero es que ando decepcionado. Cuando una publicación asegura que va a destapar las tripas de un medio de comunicación, uno espera un reportaje de investigación profundo. De eso la revista Rolling Stone sabe un rato -recuerdo aquella pedazo de investigación de Sol Alonso colando grabadoras en confesionaros para denunciar lo bordes que eras los curas-. Sin embargo, uno se encuentra con un refrito de todas las cosas ya publicadas sobre Intereconomía desde 2007 a 2011: lo de García Soriano – perdón, Serrano, como le pasa a Dinio con la noche, Alsedo me confunde -, lo de Publi6, lo de Esparza, lo de los condones africanos, lo del ‘Tamayazo’, lo de la pelea con los de CQC (aunque se les haya pasado la interesante vinculación entre estos dos últimos incidentes)… etc.
No esperaba eso, pensaba que iban a sacar algo profundo tipo «aquel socio inicial que tuvo Ariza y luego desapareció», o yo que sé. Imaginé que desvelarían las fases del grupo, su paso por Negocio con Carlos E. Rodríguez, el papel de interesantes figuras como Javier Tallada o Mesonero Romanos, o Javier Gasulla (auténtico padre de Intereconomía) o, por ejemplo, los tropezones por Intereconomía de ilustres apellidos periodísticos como Anson o García… o si tiene o no tiene parte del capital del grupo Mario Conde, cosas de ese tipo.
Pero nada, un refrito aderezado con testimonios. Ya puestos, podrían haber hablado con Antonio Miguel Carmona, que lleva más tiempo en Intereconomía que el propio Ariza. Eso sí, hay que reconocer a Rolling Stone la impactante y valiosísima exclusiva del mata-pulpos de Dávila. Ni Woodward y Berstein lograron dignificar tanto el periodismo con el Watergate.
Por lo demás, llama la atención que Rolling Stone critique a Intereconomía por su agresividad (‘A las barricadas’, dice), cuando su reportaje podría parecer precísamente un artículo agresivo para vender más a base de zurrar a dicho grupo mediático. Claro, que lo mismo podría decir ahora Rolling de mi humilde texto. Pues nada, como si de la Comuna parisina se tratara, ¡todos a las Barricadas!
