Son las mismas almas solidarias que serían capaz de inmolarse por el cierre de las autonómicas. Los que se quemarían a lo bonzo por acabar con una subvencion a la ‘zeja’. Magnates mediáticos que ahora se meten en el bolsillo los criterios y mendigan subvenciones. Una gran mascarada al descubierto.
Cuántas veces no habremos oído eso de «es mejor pedir que robar». Lo habremos hecho en infinidad de ocasiones, y seguramente lo volvamos a hacer con cada vez mayor frecuencia en estos tiempos de crisis económica.
Y puesto que en Periodista Digital preferimos a aquellos que piden a esos otros que roban, algunos de los cuales nos visitaron dos veces consecutivas en este enero de 2012, tenemos una propuesta que hacer a Maraña, Pedrojota, Escolar (padre), Roures, Cebrián, y otros tantos directores de grandes periódicos españoles.
Con ocasión del día de San Francisco de Sales –no se equivoquen ustedes, esta última palabra no es un anglicismo para referirnos a las cada vez menores ventas de los diarios–, patrón de los periodistas, en esta pequeña redacción nos ha dado un ataque de generosidad.
Dado que confiamos en poder salir adelante con nuestros modestos medios mediante una contabilidad rigurosa fundamentada en no gastar más que lo que ingresamos, hemos decidido donar a las grandes cabeceras aquella parte que nos corresponda del suculento plan de ayuda a la prensa que reclaman los máximos responsables de los principales diarios españoles.
Con independencia de las líneas editoriales, los grandes periódicos se asemejan en reclamar a los políticos que no sean manirrotos e irresponsables con la entrega del dinero público a intereses privados.
Unos, los más próximos al PP y a Mariano Rajoy, exigen al Gobierno que aplique la austeridad y reduzca las subvenciones en general, empezando por las de los partidos, sindicatos y patronal. Otros, los escorados hacia la izquierda, reclaman el fin de las ayudas públicas a empresas privadas.
Hay quienes incluso se suman a ambos argumentos. En estos tiempos difíciles, en los que los ciudadanos tienen que apretarse cada vez más el cinturón y cuando la subida de impuestos decretada por el Ejecutivo ha sentado realmente mal a gran parte de los ciudadanos, no se puede dejar de sentir simpatía por el sensato autor de una propuesta entre las ‘100 para defender y fortalecer la democracia’ que lanzaba El Mundo antes de las elecciones del 20 de noviembre de 2011.
Nos referimos a aquella numerada como 56 y titulada «Eliminación de subvenciones«:
El Gobierno recortará drásticamente las subvenciones públicas, empezando por las que reciben los partidos y los sindicatos. El Ejecutivo impulsará una reforma legal para suprimir las ayudas públicas a las empresas con beneficios que recurren a los expedientes de regulación de empleo. Se eliminarán las desgravaciones fiscales a las sociedades salvo cuando sirvan para fomentar la inversión o crear empleo.
Por si la propuesta no queda clara, en el diario de Pedrojota añadían:
El Gobierno concede cada años miles de millones de euros en diferentes subvenciones y desgravaciones fiscales que deberían desaparecer en una situación de crisis. En primer lugar, el Ejecutivo debería reducir drásticamente las ayudas a los partidos, a sindicatos y a la patronal. También recortar los beneficios fiscales a las empresas, respetando sólo los que favorecen la inversión. Por último, habría que prohibir las subvenciones a las sociedades con beneficios que reducen su plantilla, siguiendo el precedente de Telefónica.
Pero debía de haber gato escondido, y en Periodista Digital tras mucho reflexionar hemos encontrado el felino en cuestión: ¡Los periódicos no son, aunque muchas veces ejerzan de portavoces oficiosos de algunos de ellos, ni partidos políticos ni sindicatos!
De otra manera no se explica la doble moral consistente en exigir el fin de las subvenciones al tiempo que se reclaman para uno mismo. Este 24 de enero lo dejó bien claro Pedrojota ante buena parte del Gobierno —Pedrojota: «No soy partidario de las ayudas pero no tenemos otra salida»–:
No soy partidario de las ayudas pero no hay otra salida que implementar un plan integral de reconversión de la prensa
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, seis ministros y la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, presenciaron el educado y poco disimulado ‘pasar la gorra’ de Pedrojota.
Pero el riojano no no hablaba por sí sólo. Ejercía de portavoz del poderoso lobby de los grandes periódicos en papel –esos mismos que llevan tantos años empeñados en no encontrar una forma de adaptarse a la irrupción de internet y a la crisis económica– la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE).
Tanto esta organización empresarial (¿alguien se ha dado cuenta de que en su petición de supresión de subvenciones no incluía El Mundo a las patronales?) como las asociaciones de la prensa llevan años reclamando al poder político, da igual que en La Moncloa resida Zapatero o Rajoy, que ayude al sector —La prensa en papel arde por ayudas al sector–.
Siempre, eso sí, en nombre de la democracia y el pluralismo. Ya dejó claro el economista estadounidense Thomas Sowell que «la política es el arte de conseguir que tus intereses egoístas parezcan intereses nacionales».
Lo dicho, con motivo de nuestro insigne patrón, San Francisco de Sales, Periodista Digital mantiene su generosa oferta: donar a los grandes del papel nuestro modesto trozo de la tarta de las subvenciones a la prensa. Eso, claro está, en el caso de que Rajoy ceda a los deseos de Pedrojota, Maraña, Escolar (padre), Cebrián y otros tantos directores y editores de periódicos que lo están pasando tan mal.