Están, veamos, Espartaco (el líder de la rebelión de los esclavos, no el torero), Emiliano Zapata y, ahora, Baltasar Garzón, del que dice el canal venezolano Noticias24: «Baltasar Garzón, azote de dictadores acorralado por el franquismo». Quién iba a pensarlo, eso de que está acorralado por el franquismo.
O, puestos a asombrarse, que sea «azote de dictadores». Pero ha habido leyendas que se han hecho con mucho menos, y la izquierda es experta en crear mitos.
El combate del siglo
Pero ya estoy empezando in media res, que no hay manera. Voy con los titulares de primera: «Un centenar de delegados no alineados decidirá el líder», titulan los chaconistas de Público, mientras que los rubalcabianos de Liberty, quiero decir, El País, abren con su candidato directamente: «Rubalcaba cobra ligera ventaja en la carrera por liderar el PSOE». De mí, que ni me va ni me viene el liderazgo socialista (salvo, quizá, en el sentido apuntado por Pablo Molina en Twitter: «Un gran día para la libertad si se confirma que Chacón gana a RbCb en apoyos para las primarias. La destrucción del PSOE, está asegurada») (…)
Sobre lo mismo, Iñaki, de la escudería prisaica, apenas aspira en su prédica diaria en la SER a otra cosa que a no empeorar el panorama: «Que me quede como estoy«, pide en la cadena amiga. A Iñaki le preocupa que los socialistas se líen a palos y eso influya en las elecciones andaluzas, en cuya federación o sucursal o como se llamen andan ya a la gresca.
Pero no debo descuidar mi nuevo descubrimiento progre, RTVE. Ya, ya sé que llego algo tarde, pero es que no soy muy de tele, y una televisión de todos roja con un Gobierno conservador tiene especial gracia. Un ejemplo divertido: se supone que noticia es lo excepcional (perro-morder-hombre y todo eso), así que si un católico (unos mil millones) vence a un mormón (13 millones) y el redactor considera importante resaltar la religión de uno de los dos, ¿cuál sería? Aquí tienen la versión de nuestra televisión pública: «El católico Newt Gingrich gana frente al moderado Mitt Romney en Carolina del Sur».
¿Se puede ser más risiblemente sectario? El adjetivo moderado se contrapone al de católico. Saquen ustedes sus propias consecuencias.
El País vuelve a manipular las declaraciones de un obispo, en esta ocasión del de Tarragona
Y hablando de la cosa católica, cada día estoy más convencido de que ni revolución proletaria ni Estado del Bienestar: lo divertido es darle palos a la Iglesia. El otro día hablábamos del escándalo que cundía en el público de los de Público ante un obispo poco partidario de la fornicación. Y ahora le toca al de Tarragona.
«El arzobispo de Tarragona dice que los gais no son adecuados para la sociedad«. ¿Qué propone Su Ilustrísima para los homosexuales, la hoguera o el exilio? Algo muy gordo ha debido decir mosén Jaume Pujol Balcells, porque también Público le salta a la yugular, desde otro ángulo: «El arzobispo de Tarragona pone al mismo nivel dar a luz y oficiar una misa».
Estos rojos son la alegría de mi vejez, tan absurdos. Vamos con El País primero: «El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol Balcells, miembro del Opus Dei, ha arremetido esta mañana contra los homosexuales al afirmar que su comportamiento no es adecuado ni para ellos ni para la socieda». Ah, vale, que el señor arzobispo ha dicho lo mismo que lleva diciendo la Iglesia católica dos mil años y, antes que ella, el judaísmo. Nada contra los homosexuales, desde luego, de quienes ha dicho que «merecen toda consideración». Vamos, lo habitual en Prisa, que si lo hiciera con un civil le caía una demanda en cero coma.
Cesaropapismo
En cuanto a Público… Bueno, no les extrañará. Es evidente que el arzobispo no ha puesto al mismo nivel tener hijos y dar misa. Ha hecho una analogía, queriendo decir que no todo lo que hace un sexo lo hace el otro. Pero Público todavía no ha llegado al término analogía en su laborioso avance por el diccionario, a lo que parece.
Pero en esto patino o, si se prefiere y parafraseando a Hayek, me refiero a «los progres de todos los partidos», incluyendo a los desconcertantes conservadores que nos gobiernan. También estos con la Iglesia parecen haber topado, mire usted. Informa El Confidencial, con no poca exageración: «El arzobispo de Valladolid, contra la vicepresidenta por su matrimonio civil«. Vaya con los príncipes de la Iglesia, qué día tienen.
Pero no, monseñor Ricardo Blázquez no está «contra» Sáenz de Santamaría, simplemente «ha afirmado que le hubiera gustado haber sido consultado sobre la designación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como pregonera de la Semana Santa de Valladolid». Pero aquí es libre todo el mundo, parece, menos la Iglesia católica, que no toca pito en sus propias fiestas de guardar.
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