El ‘buque insignia’ del Grupo PRISA sigue actuando de caja de amplificación a las voces más duras con Carme Chacón una vez que esta ha sido derrotada en el Congreso del PSOE celebrado en Sevilla el primer fin de semana de febrero de 2012. El martes 7 de febrero de 2012 publica un artículo del escritor Félix de Azúa titulado «¿Ha dicho usted ideas políticas?«, en el que el autor se muestra especialmente duro con la derrotada. Lo hace, eso sí, en un texto que se muestra muy crítico con el conjunto del PSOE y con el desarrollo del debate entre quienes aspiraban a conseguir la Secretaría General del Partido Socialista.
Para Azúa:
La candidata Chacón representaba lo peor del zapaterismo: el socialismo trivial y el socialismo tribal. Con un partido de hechuras chaconianas habría sido imposible saber qué votaba uno, si las multas lingüísticas de la Generalitat o el Ejército español, la amistad con Bildu o la vanguardia del feminismo, los monigotes de López Aguilar o los de la familia Pajín, los negocios de Roures o los de Botín.
El autor dice que el proceso electoral «por llamarlo de alguna manera», no auguraba «nada bueno»:
Los desconcertados seguidores tratábamos afanosamente de encontrar alguna idea entre los discursos, las frases cosméticas, los logos de agencia publicitaria, el autobombo, la perfecta vacuidad del lenguaje político a la española trufado de ejemplos futbolísticos. Era como buscar una moneda de oro en el vertedero.
No se salvan los años de Gobierno de Zapatero:
Evidentemente, cuando no se puede hacer política en serio, cuando el statu quo es tiránico, se hacen políticas aproximativas lo más inocentes que sea posible, como la Alianza de las Civilizaciones que podría ser una iniciativa de la Unesco, o la declaración irritantemente repetida de «federalismo» que solo tiene como finalidad dejar que cada tribu se reparta el dinero según su capacidad de chantaje, o las majaderías sobre el uso de «miembros» y «miembras» nacidas en cabezas totalmente poseídas por el vacío.
Pone sus esperanzas, aunque no demasiadas, en Rubalcaba. Y las muestra criticando al PSOE de los últimos años:
Tiene Rubalcaba unos ocho años para levantar los ánimos del partido. Es de esperar que elimine la demagogia guerracivilista que ha movido con extremada estupidez la corte de Zapatero hasta convertir a este país en una sociedad, según ese principio, con 12 millones de franquistas y mayoría absoluta. En su discurso final aseguró Rubalcaba que desea un país en donde ningún ciudadano sea mejor que otro y ningún contribuyente goce de más privilegios que los demás. Bueno, pues a ver qué hace con Cataluña y con el País Vasco. Habló de un país laico, veremos si es verdad: podría empezar exigiendo que las iglesias tributen al fisco como todo quisque. Algo dijo contra los bancos, pero ha sido el PP el que ha limitado los sueldos de los bancarios, la gente más detestada de este país después de los pilotos. Y así sucesivamente.
La izquierda ha dilapidado su capital histórico: la igualdad de todos ante la ley, la educación como herramienta de superación, la libertad de la mayoría y no solo de algunas minorías, la cultura como instrumento crítico, la lucha contra la corrupción y el parasitismo incluida la corrupción y el parasitismo sindicales, el rechazo de la ideología reaccionaria de los nacionalistas, la promoción de los mejores y la persecución de los enchufados… en fin, se podrían llenar seis folios de tareas pendientes, pero sobre las que nadie ha dicho una sola palabra en estas elecciones, o lo que hayan sido. Ni una palabra.