Los Ultra Sur me volaron mi oficina electoral con cócteles molotov
El escritor y columnista de La Razón Alfonso Ussía sorprende, en una entrevista para la revista cultural Jot Down, —Alfonso Ussía: «Los editores merecen un castigo, han abusado de los autores toda la vida»— al catalogar a José María García, el que fuese el ‘rey de las ondas’ durante gran parte de los ochenta y parte de los noventa, como «un dictador de la prensa española» y a Juan Luis Cebrian, el consejero delegado de Prisa, como «un tío bastante altivo».
«GARCÍA INJURIABA, CALUMNIABA…»
Al ser preguntado por unas declaraciones que García realizó hace una semanas a ese mismo medio —José Mª García: «El mayor dictador sobre la prensa española ha sido José Mª Aznar»— en las que arremetía contra el ex presidente del Gobierno José María Aznar, el autor del ‘Tratado de las buenas maneras’ comenta:
Creo que García ha sido muy dictador en la prensa española. Llegó un momento en que hacía en la radio lo que él quería: injuriaba, calumniaba… Tendrá sus motivos, lo conozco muy bien, si me dices que lo dice Umbral intento darle la razón, intento rebatirlo. Pero García…
«CEBRÍAN NO ERA UNA PERSONA SIMPÁTICA»
De sus días como colaborador en Informaciones, en los setenta, Ussía recuerda algunos rasgos de la personalidad que, a juicio del escritor, tenía su jefe de entonces, Juan Luis Cebrian:
Era un tío bastante altivo. Quería ser más alto de lo que era: miraba mucho hacia arriba. Tampoco daba muchas expectativas, no te marcaba. Era un hombre muy gris, y llegó a ser director de El País porque lo quiso Fraga. No era una persona simpática. En Informaciones, en aquella época, había tíos magníficos en comparación.
«HE TENIDO BASTANTE CERCA LA MUERTE»
Sobre las elecciones a la presidencia del Real Madrid en el año 1991, en las que Ussía se presentó como alternativa a Ramón Mendoza, el escritor desvela las amenazas que recibió por parte de los Ultra Sur:
No he visto elecciones más duras que las presidenciales americanas y las del Real Madrid. He tenido en tres ocasiones, según me decían en el Ministerio del Interior, bastante cercana la muerte por asuntos de la ETA. Pues, en comparación, no he sentido más violencia en mi vida que en las elecciones del Madrid. ¡Me podían haber rajado de pies a cabeza! Había un grupo, los Ultra Sur, comandados por Lorenzo Sanz, tal como me dijo Ramón Mendoza luego. Él me contó más tarde todas las trampas que me hizo cuando me presenté. Pues los Ultra Sur me volaron mi oficina electoral con cócteles molotov. Estaba trabajando cuando oí la llegada de un batallón alemán. La oficinal electoral era una frutería reconvertida llamada La piña de oro, que alquilé para dos meses. Y eran todos los jefes de sección de Ultra Sur. Me exigían que les dijera qué les iba a dar a ellos en caso de ganar, porque estuve a punto de ganar. Conseguí el 44% de los votos, aún con las trampas, contra un presidente que había ganado cinco ligas seguidas.