«Años decisivos» es el título del tercer y último volumen de las memorias del ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, que recoge el periodo de entre 1993 y 2011.
En sus memorias el político deja claro su defensa de Cataluña como motor del resto de comunidades, a destacar la frase:
«Cataluña tira y los otros van detrás. Sólo que Cataluña, por ser la primera, recibe todos los golpes»
Sin embargo la «memoria» del president, parece algo selectiva en las cosas que pasaron en el periodo que recogen sus memorias.
Medios de comunicación… (madrileños)
Pujol hace varias referencias a medios de comunicación. Sobre Pedrojota Ramírez, le reconoce como consejero de José María Aznar en los primeros años, de hecho, lo sitúa en Génova el día de la victoria electoral de 1996.
Aznar en un primer momento se quedó desconcertado y muy deprimido. Me han contado que, cuando en la calle aún resonaban los gritos contra mi persona, Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo, afín al PP, se le acercó para decirle: «Tienes que verte con Pujol».
De El País, a parte de recordar lo que él entendió como una campaña contra él por su gestión en Banca Catalana, recuerda el proceso que hubo contra su ex director, Juan Luis Cebrián, y asegura que él hizo gestiones para impedir su encarcelamiento:
En un momento determinado de esa legislatura del PP, desde sectores socialistas se me pediría que hiciera una gestión ante el presidente Aznar a favor del periódico prosocialista El País y su consejero delegado, Juan Luis Cebrián, a quien parecía que querían enviar a prisión en relación con el conflicto de Canal Plus y los depósitos de los abonados.
Llama la atención que el PSOE le pidieran a Pujol que hiciera gestiones «ante Aznar», porque oficialmente era un juzgado de instrucción el que llevaba aquel caso que, en teoría, no debería tener influencias politicas.
Lo hice. Cebrián no fue a prisión, no sé si por mi influencia o simplemente porque no tenía que ir. (…) Aznar me dijo «Ellos no habrían hecho lo mismo por ti».
Lo que sorprende es que Pujol plantee la duda de que el motivo por el que se archivó el «caso Sogecable» pudo ser por sus intervención y no porque no hubiera caso. No ayuda a dar una imagen objetiva de nuestra justicia.
Pujol no olvida al diario ABC en su relato al recordar el premio «Español del año» que le otorgó el diario cuando lo pilotaba Luis María Anson, aunque no parece que el tema le hiciera especial gracia:
En 1984 el diario ABC, órgano de expresión de la derecha española tradicionalmente poco propicia a las reivindicaciones catalanistas que entonces dirigía Luis María Anson, me proclamó «español del año». A mí no se me escapó la manipulación. Lo hicieron porque CiU, yo mismo y Roca éramos realmente la voz más clara de oposición al PSOE. (…) Me resultaba muy difícil rechazar la – digamos – distinción (…) el intento ya bastante difícil del Partido Reformista podía verse perjudicado. Por lo tanto, acepté el nomrbamiento. (…) El propio ABC, que en 1984 me convertía en «el español del año», al cabo del tiempo atacaría a fondo nuestra política lingüística.
Medios de comunicación de los que Pujol no habla
Ya que Pujol tiene tan claro, probablemente con razón, que ABC es «órgano de expresión de la derecha española», que El País es «el diario pro-socialista» y El Mundo «afín al PP», podría hablar un poco de los medios «afines a CiU», por completar.
Ninguna mención al Avuí ni a Vicent Sanchis, cuando la Generalitat, tanto del mandato de Pujol, como del posterior, del Tripartido, se les señaló como quienes hicieron gestiones para evitar su quiebra.
En este número de memorias tampoco hay ni una sola referencia a Godó, Tapia o Antich, los directivos de La Vanguardia, diario en el que Pujol publicó varios artículos.
De igual modo no es ni tan siquiera aludido el editor de El Periódico, Antonio Asensio del Grupo Zeta, cuyo abogado era Miquel Roca. ¿Fue o no Pujol el que convenció a Aznar de que utilizara a Asensio para que liderara el proyecto Vía Digital, que luego dejó tirado? Ni mú al respecto.
¿Y El Observador? Aquel diario que Lluis Plenafreta (secretario general de la presidencia de la Generalitat, con Pujol) sacó como alternativa pujolista a La Vanguardia de Tapia… pues va a ser que tampoco.
Crisis interna de los Partidos Políticos (de Madrid)
El ex presidente de la Generalitat analiza profundamente la situación del PP y el PSOE durante sus respectivos gobiernos. Es innegable el valor que los juicios de un estadista como sin duda es Jordi Pujol sobre estos temas.
Pujol considera que grandes sectores del PP y el PSOE tienen un entendimiento de España que no coincide con el de ellos, aunque no llega a lanzar la acusación tradicional de anticatalanismo:
Sectores españoles muy importantes de la política, la intelectualidad, la sociedad y la prensa han librado (…) una batalla ideológica acerca de lo que es y ha de ser España (…) El PP y sus fundadores, empezando por la FAES, han desempeñado en ello un papel muy importante Y han contado o bien colaboración directa de gran parte del PSOE (…) Gente como Guerra, Bono, Chaves, Rodríguez Ibarra, Leguina o Múgica.
También analiza bien la crisis del PP en Catalunya, que causó la salida de Aleix Vidal-Quadras de la presidencia. Pujol explica que la defenestración de Vidal-Quadras se acordó en una reunión secreta entre él y José María Aznar en la casa de Rodrigo Rato el 17 de marzo de 2012.
Pujol reproduce un fragmento de las notas de aquella reunión en la que se planteó el final político del líder del PP catalán.
Ahora es muy grande el recelo hacia el PP. (…) El 3 de marzo obtuvo el 18% de los votos (…) el resto, el 82%, es anti-PP. Éste es el gran mal de la política de Vidal-Quadras. El peor daño que se le puede hacer a Catalunya es lo que ha intentando Vidal-Quadras: ir contra la convivencia, intentar dividir nuestra sociedad por temas lingüísticos y culturales.
De acuerdo a ese argumento habría que concluir, pues, que en hay un 18% de catalanes que son anti-catalanes. Pujol se congratula de que Aznar le hizo caso e incluso reconoce que Aznar consultaba con CiU el nombramiento de políticos del Partido Popular de Cataluña.
(…) Aznar, hombre de palabra cumplió los compromisos del pacto (…) Pudimos pasar de la agresiva actitud de Aleix Vidal-Quadras (…) a otra más favorable, la de Josep Piqué y Francesc Vendrell, surgimos del ala más catalanista del PP. (…) Nos consultaron algunos nombres de gente del PP que querían hacer en Cataluña.
¿Y las «crisis internas» de Convergencia?
Aunque las opiniones de Pujol sobre PP y PSOE son muy de destacar, lo serían más sobre la situación interna de la federación Convergencia i Unió, que el lideró durante tantos años.
A finales de 1993 dimitió Miquel Roca dando un portazo como secretrario general de Convergencia Democrática de Catalunya, luego volvió a principios de 1994 y volvió a dimitir a final de 1995. Todo esto dentro del periodo que cubren las memorias. Se habló de que era por sus peleas con Pujol o con Unió. Pero el president resume el tema con una frase «cuando Miquel Roca se va en 1995, CDC se haya en una situación nueva». Pero de los motivos de esa «salida-vuelta-salida». El político opta por no decir absolutamente nada.
Su única mención a un problema interno es el caso de Pere Esteve (el cabeza de cartel de CiU en las europeas de 1999) que rompió con CiU en 2002 para pasarse a ERC. Pujol reconoce su malestar con este hasta términos insospechados.
Me enfadé (…) Le dije: «¿en mi último discurso como presidente de la Generalitat tienes que hacerme esto?» (…) No fue agradable (…) Murió joven, en 2005. Yo seguía enfadado con él y no acudí al entierro.
Jordi Pujol tampoco oculta que la elección de Artur Mas como su sucesor como candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat de Catalunya fue, al igual que Aznar con Mariano Rajoy, un puro «dedazo». Y que los motivos por los que eligió a Mas fue porque «para él la prioridad es Cataluña», es competente y tiene exigencia moral».
Tiene valores sólidos. (…) Le pregunté a Mas si estaría dispuesto a asumir mi relevo. Aceptó el reto (…) Durán i Lleida, se sintió molesto por ello. (…)
Pujol sí reconoce los problemas entre Convergencia y Unió, los dos partidos que forman CiU por los deseos de Unió de que su líder, Durán Lleida, fuera el sucesor de Pujol. El president deja caer que si Unió hubiera aceptado fusionarse con Convergencia (proceso más de «absorción» de Unión por Convergencia al que los democristianos siempre se ha negado), Durán Lleida si hubiera podido sucederle.
¿Recuerda la corrupción felipista y no la del entorno pujolista?
Llama especialmente la atención que Pujol tenga muy buena memoria al enumerar los casos de corrupción que aparecieron en el entorno del PSOE durante la etapa de Felipe González (desde Rubio a Roldán) pero en cambio no haga ni una sola alusión a los que aparecieron en su entorno.
El libro dice ser sus memorias entre 1992 y 2011. ¿Por qué Pujol no habla del escándalo que provocó la dimisión de Josep María Cullell como consejero de la Generalitat en noviembre de 1994. Cullell no era un cualquiera en CiU. De hecho en el libro es aludido un par de veces, pero no por su dimisión ni de las acusaciones de corrupción que se le hacía desde la oposición, ni nada de nada.
También Jaume Roma dimitió como consejero de la Generalitat (que presidía Pujol) en junio de 1995 salpicado por un caso de corrupción. El nombre de Jaume Roma no es ni aludido en el libro.
Y, ya que estamos, está el financiero Javier de la Rosa, tampoco aludido. A pesar de que en la causa contra él sí quedó salpicado el consejero Macía Alavadera, que sí es citado, pero en nada que tenga que ver ni con el escándalo de De la Rosa de entonces, ni con otros escándalos que ha tenido más recientemente.
Pujo tampoco incluye el caso Estevill, a pesar de que fue CiU bajo su liderazgo la que le colocó a Pascual Estevill como vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y que llegó a contar con el apoyo de los magistrados «conservadores», en la época de los pactos PP-CiU. El magistrado sería condenado por corrupto y junto con él el abogado Joan Piqué Vidal, que también había sido abogado de Jordi Pujol y que tampoco, al menos en este libro, es citado.
¿No hubieran sido temas interesantes para que el político diera su versión, análisis o algún comentario al respecto en sus memorias?
Críticas al tripartido
El único punto en el que PP y CiU coinciden es en su crítica al tripartido, algo en lo que Pujol no es una excepción. El político, muy severo contra Aznar, dice sobre el tripartido:
Durante los últimos siete años el país ha ido mal por dos motivos. Porque ha estado mal gobernado por el tripartido y porque ha sido conducido a la difícil batalla del Estatuto sin calcular los riesgos. El resultado conjurioso de esos dos aspectos ha llevado, por un lado, a un deterioro de la relación con España como yo personalmente no había visto nunca, si exceptuamos, naturalmente, los diez o quince años posteriores a la guerra civil.