Los tres principales temas de política de España en la prensa de este 9 de marzo de 2012 se pueden resumir en uno: el mayor problema de España es el PSOE.
Primer problema: la consagración de la excepcionalidad catalana a las leyes y sentencias de las Cortes y los tribunales nacionales.
Segundo problema: la negativa del PSOE a la aprobación de la reforma laboral con argumentos
Tercer problema: el presidente del Gobierno vasco pide que se legalice a Batasuna haciendo apaños políticos para saltarse las sentencias.
En los tres encontramos a los socialistas como responsables o como colaboradores. Vayamos por partes.
En el Congreso, la portavoz Soraya Rodríguez recurrió a los tópicos más desagradables para mostrar su oposición a la reforma laboral: «¿Cómo se puede permitir el derecho de la maternidad cuando esta reforma (laboral) limita el derecho de lactancia?» y «Es una reforma laboral ideológica, un ajuste de cuentas de la derecha más radical de este país contra los derechos sociales de los trabajadores; facilita el despido y destruye empleo; no es útil ni eficaz».
¿Pero de qué han servido las leyes laborales y el Estatuto de los Trabajadores hasta ahora, en que tenemos 5,5 millones de parados? ¿No se trata de defender a los privilegiados de hoy, como los sindicalistas de UGT y CCOO?
Francisco Javier López Álvarez, conocido como Patxi López, lehendakari socialista, pretende dirigir la mal llamada pacificación y la reinserción de los etarras en la vida pública a ver si así gana las elecciones autonómicas de 2013. Ha pedido incluso que la prensa trate los asuntos de terrorismo con discreción. Ya que monte un Ministerio de Información y Turismo, ¿no?
El creciente problema del nacionalismo catalán, que va a reclamar en los próximos años un sistema de financiación como el concierto económico vasco o el convenio navarro, no sería tan preocupante si en él no participaran el PSC y El País. Para éste, los jueces catalanes dan un «varapalo» a quienes se oponen a la inmersión lingüística en catalán, olvidando la sentencia del Supremo.
Los socialistas catalanes, por boca de Daniel Font, han declarado que «La política lingüística está en la línea de flotación de la unidad civil de Cataluña» y van a usar esta disputa para dar un pellizco a CiU y volver a ofrecerse como aliado a Artur Mas, como ya propuso el periodista Toni Bolaños.
Y por último añadimos al socialista madrileño Tomás Gómez, que ha llamado «integristas ideológicos» a Mariano Rajoy y Alberto Ruiz Gallardón por tratar de reducir los abortos. ¿Qué hace el PSOE asegurando el negocio a las clínicas abortistas?, ¿es que recibe comisiones?
No es que esperemos algo de François Hollande, el candidato francés a la presidencia de la república, pero nos gustaría que hubiese alguien como él en España, que se atreve a criticar a la banca (aquí Zapatero indultó a un banquero condenado por el Supremo) y cuyos militantes llevan banderas nacionales a los mítines.