Los votantes del PP quieren un partido sin complejos

Rubalcaba mete miedo para que el PSOE no pierda su último chollo

La SER sigue siendo el boletín oficial del rubalcabismo

El drama de la izquierda es que tiene vocación contestataria y modos de ‘maldito’, y eso es muy difícil mantenerlo sin provocar carcajadas cuando la cultura es tuya.
La política es la apoteosis del ‘qué hay de lo mío’, la lucha a cara de perro para tocar presupuesto, pero la izquierda española, que ha hecho el sistema que vivimos y que lleva más tiempo gobernándolo que cualquier otra fuerza política, aún juega al audaz David frente al colosal Goliat.

Ahora el último reducto del neofeudalismo socialista peligra –es decir, peligran sueldos, chollos, sinecuras, chalaneos, prepotencias, señoritismos de nuevo cuño: el cortijo con demagogia populista–, y el PSOE, encarnado en ese viejo zorro que ha estado en todas y de todas se ha librado, Alfredo Pérez Rubalcaba, recurre a la amnesia para limitar una derrota que se prevé histórica.

Repasemos titulares: “Rubalcaba advierte de que Rajoy pondrá el copago después del 25-M”, destaca la SER. “Rubalcaba: Rajoy pondrá el copago porque ‘solo hace lo que no le gusta” es el titular de ‘El País’, aunque no en primera (“El descalabro del PSOE otorga al PP mayoría absoluta en Andalucía”). Por inercia y tradición, pondré también la de publico.es: “Rubalcaba: El PP ‘dice una cosa y hace la contraria”. Y, venga, ya que estamos generosos, metamos también a uno de los ‘nuevos’, ‘Diario Progresista’: “El PSOE acusa a Arenas Bocanegra de ser ‘la mano que mecía la cuna de Gürtel’ en su etapa como secretario general del PP” (lo de “Bocanegra” ¿es para alargar el titular o porque suena de lo más ominoso, como a pirata sanguinario?

Alfredo Pepunto hace bien. De hecho, es la mejor estrategia, y la más justa. El PP no se atreve a ser derecha (¿la derecha no se atreve a ser derecha?), y el complejo se paga. Todos, absolutamente todos estamos pensando en lo que Rajoy guarda en el cajón para después de las andaluzas, y apuesto a que, debidamente presentadas, muchas de esas políticas parecerían razonables o, al menos, digeribles a buena parte de esa ciudadanía apaleada. Ese no dejar que el PSOE les adelante por la izquierda es lo que desespera a muchos votantes del PP, sospecho.

Por supuesto, si Rubalcaba está convencido de que Rajoy se guarda medidas poco populistas en el cajón hasta que hayan hablado las urnas, es por una razón sencillísima: que él haría lo mismo. Qué digo: que su partido ha hecho lo mismo en incontables ocasiones, empezando en aquel lejano “OTAN, de entrada no”. Dijo la sartén al cazo…
En “Compungimiento”, una tribuna en ‘El País’, ese diario progresista elegido para sus descensos en carne mortal a la palestra por nuestro ministro de Justicia, Jordi Gracia lamenta el “desnortamiento monumental de la izquierda ideológica”. Escribir eso en un diario propiedad de un fondo de capital riesgo es la melancólica ironía que confirma su aserto. A Gracia le pediría que viese unas cuantas veces el ya celebérrimo anuncio de Loewe: en eso para la ‘izquierda ideológica’. Ya sabe, todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.

O ese otro fraude de la izquierda exquisita, Federico Mayor Zaragoza, que también escribía ayer en ‘El País’, “La urgencia del multilateralismo democrático”. Mayor es, a lo que parece, muy partidario de que todo país tenga el mismo voto, que después de todo son las elites. No, naturalmente, que opine el vulgo, que a saber las tonterías que podría decidir. Hasta es posible que no le hubieran elegido director general de la Unesco, una de esas infladas burocracias internacionales que sirven para que se paseen en coche oficial viejas glorias como nuestro don Federico.

Oigámosle: “Ante la complejidad del conflicto –problemas intrarreligiosos incluidos– y la inoperancia de los ‘occidentales’, la Liga Árabe y la ONU han designado al ex secretario general Kofi Annan como enviado especial a Siria. Pero la eficacia de esta excelente designación…”. Si consiguiera, querido lector, pasar sobre el plúmbeo ‘burocratés’ en que se expresa nuestro compatriota y se quedara con la guinda de lo que dice, le aseguro que no podría contener la carcajada.

Tiene la humorada de colocar el sustantivo “inoperancia” a pocos caracteres de “ONU” sin que el primero se refiera a la segunda, todo un mérito teniendo en cuenta el historial infame de ese cementerio mundial de elefantes. Para luego calificar de “excelente” el envío del ex secretario general envuelto en el mayor escándalo de corrupción –en términos absolutos– de toda la Historia y de todo el planeta, el programa Petróleo por Alimentos. Y aún pensamos en España que, fuera de aquí, la corrupción siempre se paga.
Luego pasa a hablar de Europa, y es ya para troncharse:

“En el caso de Europa, se está llegando a situaciones límite, ya que es el gran dominio el que nombra a los Gobiernos sin comicios electorales. Para más inri, en Grecia e Italia, países cuna y símbolo del sistema democrático. Entre los mercados y sus agencias de calificación vamos de capa caída”. A ver si me entienden: si los mercados irrumpen en la voluntad del pueblo, eso es malo y antidemocrático. Si unos funcionarios no electos desde Bruselas van repitiendo plebiscitos hasta que la gente elija lo que debe y aprueba normativa tras normativa sin encomendarse a voluntad popular alguna, silbamos. Creo que ya me estoy empezando a aprender el juego…

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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