El 10 de abril de 2012, las columnas que merece la pena leer son las escritas por periodistas especializados en economía o que saben algo de ella. Dejémonos de las jóvenes promesas como Iñaki Gabilondo y sus riñas, Luis María Ansón y su Juan III, Antonio Gala y sus frustraciones, y Curri Valenzuela y su topillo.
En nuestra opinión, el columnista más claro es Jesús Cacho, en su Vozpopuli:
«Durante semanas dio la impresión de que Mariano Rajoy manejaba el timón de la crisis con cierta soltura, perecía tener la iniciativa y jugaba con los tiempos a su albedrío. Parecía. Porque la sensación ahora es que las cosas han cambiado bastante, y a peor, tras los arreones de esta semana negra, más que santa, en que el Gobierno se ha visto contra las cuerdas por la reacción de los mercados. Perder el control de la situación y empezar a tomar medidas un poco a la desesperada, sin el necesario raciocinio y reflexión, es lo peor que en este momento podría pasarle a un país al que ya le ha pasado casi de todo.»
Le sigue su antiguo compañero Casimiro García-Abadillo, de El Mundo:
«lo que no se quiso hacer en la presentación del Presupuesto de 2012, se ha hecho una semana después, pero con el desgaste de que la prima de riesgo está próxima a la zona de rescate.»
En su viñeta, el dibujante Montoro dibuja al ministro Luis de Guindos pronunciando estas frases, que resumen el fracaso de los Presupuestos:
«Hemos cogido todos esos gastos prescindibles, inútiles, superfluos, innecesarios… y los hemos reducido.»
Sí, Mariano Rajoy tiene parte de la responsabilidad de lo que está ocurriendo: vinculó los Presupuestos Generales del Estado al resultado de las elecciones andaluzas y ha preferido vaciar los bolsillos de los ciudadanos a cargar contra la casta política.
En ABC, Juan Carlos Girauta recuerda que el actual desastre lo siembran el PSOE de Zapatero (y Rubalcaba) y los demás partidos que les apoyaron durante siete años:
«Ninguna línea roja conocieron los gobiernos socialistas mientras sus sabios Solbes o Salgado mentían más que hablaban sobre las previsiones de crecimiento, comprometiendo un presupuesto tras otro; cuando el primero vendía el oro del Banco de España «porque no iba a subir más», justo antes de iniciarse un alza sostenida que triplicó su precio; cuando sus responsables en la región con más paro de Occidente organizaban ERE fraudulentos.»
Salvador Sostres en El Mundo vuelve a colocar el dardo en la diana. Aquí no hay grupos inocentes ante la intervención económica de España, que él da por seguro antes del verano: ni los sindicalistas, ni los universitarios, ni los políticos de la transición…
«También será culpa de la poca inteligencia de la gente. De los que han estirado más el brazo que la manga y han vivido como nuevos ricos confiando en que podrían ir tirando de pelotazo en pelotazo.»
«Por descontado, será culpa de tantos periodistas y columnistas demagogos y populistas que, con su pancartismo vergonzoso, han animado a todo el mundo a vivir por encima de sus posibilidades.»
LA ORQUESTA DE LA VANGUARDIA TOCA MIENTRAS NOS HUNDIMOS
Ante la tormenta que se cierne sobre nosotros, los hay que siguen emperrados en sus trece. Miquel Molina en La Vanguardia afirma que a Barcelona llegan turistas por la película de Woody Allen y Sacarlett Johansson:
«A este paso, y en un frente distinto, igual hay que convencer a Woody Allen para que vuelva a rodar en la ciudad. París o Roma no han abierto ningún debate por el hecho de aparecer en sus filmes como ciudades de postal. Y el hecho es que Vicky, Cristina, Barcelona, que tanto denostamos en su día, sigue captando pasajeros con destino a El Prat.»
Y Lluís Fox denuncia una «ofensiva abierta contra el Estado autonómico».
La frivolidad de los columnistas del establishment la resumimos en Quim Monzó, también en La Vanguardia. Ante la caída de la población en Europa, que es la causa principal del hundimiento del Estado de Bienestar, y las propuestas en varios países de promover la natalidad y restringir el aborto, Monzó ocupa su espacio en hablar sobre las posturas sexuales más favorables al embarazo de la mujer. ¿A que Monzó tiene plan de pensiones privado y se cree que le va a pasar como a Jaime Campmany, que va a morir atado a la columna?