Yo no voy a entrar a juzgar aquí la conducta del Rey, para empezar porque me pasa lo que a los tribunales ordinarios: la Corona queda fuera de mi jurisdicción. Pero, sobre todo, porque es mucho más divertido, especialmente en días como ayer, dedicarme a lo mío, que es echar unas risas con la sesgada visión izquierdista de la realidad.
La izquierda, que lleva décadas en su particular caza del elefante, ha olido la sangre en Botsuana y no está dispuesta a abandonar la presa, queriendo convertir la cacería en un escándalo sin precedentes.
Entiéndanme, la Corona puede ser irresponsable, pero no es impecable. Pero que un país que ha vivido el tonto el último de la nefasta etapa felipista, donde se lo llevaba calentito hasta el de la puerta, se rasgue las vestiduras por esto y exija cambio de régimen es de lo más divertido.
En esto no se cumple necesariamente la tradicional clasificación izquierda-derecha, que uno de los titulares de primera más borrokas correspondía a El Mundo, un periódico que parece ya creerse con tareas de gobierno: «El batacazo del Rey desvela que llevaba cuatro días cazando elefantes». En comparación, no sabemos si será porque Janli espere un marquesado, el de El País es suave: «El Rey es operado de la cadera al caerse en un safari en Botsuana».
Es inevitable que se critique al Rey, pero el despliegue de rencor social, envidia, mala baba e hipocresía en la mayoría de los intentos es más que notable. Dicen, para empezar, que es irresponsable irse de cacería a la otra punta del mundo estando España como está, pero al parecer no lo es dedicar resmas de papel y horas de televisión y radio criticar la ausencia de un personaje que, la verdad, no puede cambiar la situación en un sentido o en otro… estando España como está. Pero los periodistas somos hombres honrados…
El veterano periodista rojo Carlos Carnicero es freelance y quizá su pluma no tenga la influencia de antaño, pero la última columna de su blog -«El Rey, la caza y la República«- merece ser comentada por reunir todos los tópicos al uso.
Carnicero vegetariano
¿Conocen esa costumbre tan grimosa de empezar diciendo «yo no voy a decir nada contra Fulano, pero…», y luego decir algo contra Fulanito? Carnicero se apunta: «Poco que decir de los gustos y aficiones de los miembros de la Corona. Matar elefantes es una actividad socialmente criminalizada y penalizada en muchos países. Es una especie en vías de extinción. Que cada uno saque sus conclusiones».
A ver, Carlos: que lo que es legal en un país es ilegal en otro y viceversa es cosa sabida. Sin ir más lejos, en tu amada Cuba revolucionaria, la homosexualidad era un delito tipificado en el Código Penal cubano y a los gays se los encerraba en campos de concentración para que realizaran trabajos pesados con la idea de que a través de ello se harían hombres. ¿Ves? Más: los elefantes puede que estén en vías de extinción en el mundo -no me hagas ir a mirarlo-, pero en Botsuana desde luego que no. Al revés, al estar protegidos en enormes cotos, sin depredadores, arrasan con lo que encuentran, sus poblaciones se multiplican y hay que diezmarlos…
Por ecología. De hecho, el Gobierno del país acaba de prohibir la caza de todo tipo de animales salvajes salvo elefantes. Eso, sin contar con que los safaris son una crucial fuente de divisas para esa nación africana, pero ¿a quién le importan los botsuanos?
«La monarquía es una institución predemocrática a la que se le quiere dar utilidad», sigue Carlos. «No resiste muchos experimentos de laboratorio porque en su génesis está algo tan insoportable como la herencia como único mérito para acceder a la jefatura del Estado».
El propio Carlos Carnicero es singularmente predemocrático, como lo es la familia, España, las universidades, los municipios, los tribunales y literalmente millares de instituciones. Ese es un argumento bastante pobre, por no evitar palabras ofensivas. En cuanto a que la herencia sea «insoportable… como único mérito para acceder a la jefatura del Estado», aquí entramos en un terreno singularmente resbaladizo, dado que me parece cuestionable que alguien pueda ‘merecer’ la tarea de decirle al resto cómo deben vivir.
Público.es, que ya no tiene un PSOE que le venda suscripciones, se ha lanzado a la izquierda marginal y jalea por la llegada de la república con titulares como «Respuesta tricolor frente a la crisis y los recortes«. El propio digital reconoce que allí se concentró un puñado («centenares») más bien escasito, y que como respuesta parece un poco desproporcionado a la pregunta. Pero ¿qué esperar de un fanzine que entrevista a Alberto Garzón, («La socialdemocracia ya no tiene cabida») y en la que el niño bonito de Izquierda Unida dice que el rescate es «seguro» si el Gobierno no enmienda sus políticas? Si España está al borde de la intervención, es porque el mercado y los líderes europeos encuentran insuficientes los recortes aplicados por Rajoy. ¿Se imaginan su reacción a la política de un presidente de extrema izquierda? Yo también…
Lea La Gaceta