Amando de Miguel Rodríguez (Pereruela de Sayago, Zamora, 1937) fue la primera persona en colocar ante su puerta el cartel de «sociólogo español», es catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense y lleva décadas colaborando en medios de comunicación.
- AMANDO DE MIGUEL, UN HOMBRE CLAVE EN ‘EL DIARIO MADRID’
- EL CIERRE DE MADRID
- ¿UN CIERRE PROVOCADO COMO DICE TREVIJANO?
- GUERRA ENTRE LOS DIARIOS MADRID Y PUEBLO
- PERIODISTAS DEL MOMENTO: EUGENIO SUÁREZ
- ¿TVE MÁS ABIERTA AL FINAL DEL RÉGIMEN QUE CON LA LLEGADA DE LA DEMOCRACIA?
- EL MANIFIESTO A FAVOR DEL CASTELLANO EN CATALUÑA
- EL DESPIDO DE RADIO NACIONAL POR COMENTARIO TRAS MATANZA DE HIPERCOR
- AMANDO DE MIGUEL Y JIMÉNEZ LOSANTOS, DESPEDIDOS DE ABC POR GIMÉNEZ ALEMÁN
- BREVE ETAPA COMO CONSEJERO DE RTVE
AMANDO DE MIGUEL, UN HOMBRE CLAVE EN ‘EL DIARIO MADRID’
El sociólogo recuerda muy bien uno de los episodios más célebres de la historia del periodismo en España: el artículo ‘Retirarse a Tiempo. No al general De Gaulle’, que desató las iras del franquismo.
«Lo recuerdo perfectamente porque lo discutimos en el consejo de redacción, que eran estupendos. Había un ambiente extraordinario y muy apetecible. Además en esa época los artículos había que llevarlos al periódico físicamente y te pagaban físicamente. Eso era una ocasión de vernos porque siempre había alguien allí llevando un artículo. Había tertulias y hubo una muy intensa sobre este artículo del ‘No al general De Gaulle’. Todo el mundo entendió que era un no a Franco y esa era la intención, pero era un juego de escribir entre líneas. Recuerdo que propuse en esa reunión que se llamara simplemente ‘No al general’ y no me hicieron caso. Dijeron: «No, que nos cierran el periódico». Si queréis que la gente entienda que es el general Franco, ponéis ‘No al general’ aunque luego hable de De Gaulle. Esa era la travesura y menos mal que no me hicieron caso porque sino hubieran cerrado el periódico. Una suspensión hundía a un periódico, porque la publicidad se iba».
EL CIERRE DE MADRID
«En el 71 yo estaba en la cárcel, detenido en un hotel por un artículo que mandé al ‘Madrid’ y me dijeron: «No esto no puede ser, es demasiado arriesgado». Y entonces lo mandé a una revista de empresa. Era sobre la cruzada de liberación, la guerra civil… Yo sostenía que fue una guerra civil y no una cruzada, pero eso no se podía publicar en un periódico. Se publicó en una revista y me metieron 6 meses. Cuando se cierra el periódico definitivamente estoy en Barcelona. En los últimos momentos mandé algún artículo desde la Plaza Real, donde estaba en arresto domiciliario».
¿UN CIERRE PROVOCADO COMO DICE TREVIJANO?
«Ese es el punto de vista del Sr. Trevijano, pero los demás lo que queríamos era jugar y si nos lo cerraban pues mala suerte. Intentábamos estar siempre en el borde e influir en la opinión pública que es de lo que se trata. Empleando todo tipo de estratagemas, los artículos salían los sábados porque Fraga estaba de cacería o de paradores. Estaba tan alejado que no le llegaban los periódicos. Cuando regresaba el domingo por la tarde ya veía los periódicos, pero entonces era demasiado tarde. Me especialicé en escribir los sábados porque se supone que yo era más crítico, aunque la crítica era más bien floja porque en el fondo yo hablaba de la realidad cotidiana y no tanto de política. Pero hablar de la realidad estaba mal visto».
GUERRA ENTRE LOS DIARIOS MADRID Y PUEBLO
«Era una cuestión personal. A mi me nombraron en aquellos años ‘popular’ de Pueblo. Me dieron ese título y personalmente no tenía nada en contra de Emilio Romero (director de Pueblo), todo lo contrario, me llevaba muy bien. Pero eran dos mundos, Pueblo era aparentemente de izquierdas o progresista aunque dentro del régimen y Madrid era un diario liberal fuera del régimen».
PERIODISTAS DEL MOMENTO: EUGENIO SUÁREZ
«En ‘El Cocodrilo’ teníamos una reunión semanal y es que antes los periodistas se reunían, ahora con esto de Internet no se reúnen nunca. Nos reuníamos en el Centro Riojano todas las semanas, fijábamos un poco el número y analizábamos los problemas. Eugenio tenía un gran sentido del humor y era crítico con el régimen, pese a provenir de él. Era aperturista y lo que luego hemos llamado transición no se entiende sin el aperturismo. La transición no vino del exterior sino del interior. Y si viene también de socialistas y comunistas es porque también se metieron en el interior. Aperturistas como Martín Villa, Fernandez Miranda o Suárez son los que dicen que hay que abrirse. Muerto Franco no había sucesión posible, estaban los del búnker, pero eran una minoría».
¿TVE MÁS ABIERTA AL FINAL DEL RÉGIMEN QUE CON LA LLEGADA DE LA DEMOCRACIA?
«Es cierto por lo menos en mi caso. Me encontré todo tipo de censuras en televisión. Te prohibían entrevistar a este señor, hacerle propaganda de sus libros, decir que escribe, en fin, una persecución extraña y estrambótica. Sin embargo en el franquismo todo el mundo sabía que estaba en el ‘Madrid’, que era poco adicto, que escribía cosas de sociología que podían ser peligrosas, pero al mismo tiempo les atraía que un sociólogo pudiera dar su opinión».
Amando de Miguel recuerda un día en la TVE franquista en la que dio una opinión algo osada para un 20 de noviembre:
«Lo recuerdo perfectamente. Tocó un comentario de actualidad y dije: «Mira, que curioso, coges los periódicos y nadie en primera dice que es el aniversario de Jose Antonio. Creo que están cambiando las cosas». Entonces no había vídeo, todo era en directo y vi a los cámaras temblando, pero al final no pasó nada. Yo como sociólogo decía lo que pasaba, más que lo que opinaba. Donde me piden opinión, digo lo que pasa».
EL MANIFIESTO A FAVOR DEL CASTELLANO EN CATALUÑA
La firma de Amando de Miguel era la que encabezaba un manifiesto de 2.300 a favor del uso del castellano en Cataluña en el año 1981, cuando apenas había iniciado su mandato Jordi Pujol. Oficialmente aquel manifiesto era a favor del bilingüismo, pero desató las iras de toda la clase política del nacionalismo catalán que consideró que aquello era un manifiesto «contra el catalán».
«[Santiago Trancón fue el que hizo el manifiesto, lo escribió, y a mi me pusieron -primero, sin consultarme – sin consultarme lo cuál fue un pequeño riesgo, pero bueno. Yo dije, ah, naturalmente que me sumo al manifiesto, estaba ya adscrito. Yo lo hubiera mejorado un poquito, francamente; pero, no, no, estaba bien. Trancón era un poeta y lo escribió muy bien.»
«Era la crítica de lo que ha venido después, es decir, la inmersión en la enseñanza. Por eso casi todos los que firmamos, desde luego los primeros firmantes éramos todos profesores, y yo como era el más viejo; era vicedecano de la facultad, pues bueno, me pusieron ahí el primero, pero vamos, eso no tiene mayor significación. Y ahí también era un manifiesto que, si se lee hoy, tampoco es radical. Simplemente decíamos lo que pasa y lo que va a pasar, y decíamos que Cataluña es bilingüe, es una realidad; y la enseñanza tiene que ser bilingüe; fijare lo que pedíamos, era manifiesto en pro del bilingüismo y en contra de la inmersión, porque inmersión significa intentar desplazar un idioma por otro, es lo que ha ocurrido, por otro lado».
No sólo publicaciones radicales como Avuí, sino también medios del nacionalismo moderados como El Periódico o La Vanguardia e incluso medios de ámbito nacional como El País, cargaron contra los firmantes del manifiesto por «anticatalanes».
«Bueno, fue un ataque furibundo. Porque hablábamos de la realidad, es lo que te digo, el sociólogo es muy peligroso porque dice lo que pasa y lo que va a pasar; y eso si que no se tolera; decir lo que pasa. No hay más». «Nos amenazaron a todos y a Federico [Jiménez Losantos] le dieron un tiro en la pierna, y nos amenazaron y nos fuimos, nos fuimos de Cataluña. Todos los primeros firmantes nos fuimos. » «Héroes tampoco somos.»
«Yo estaba escribiendo entonces en el Periódico de Cataluña y me echaron del periódico. Si a mi me han echado de muchos periódicos.»
«No sé porque les ofende porque hablamos de la realidad. Primero, lo que ha ocurrido, dos cosas. Vamos a ver, se ha intentado y se ha conseguido en gran medida desplazar el castellano del mundo oficial, ya es una cosa artificiosa, porque en el mundo real está el castellano tanto o más que el catalán. Y no se puede desplazar. Por lo tanto, podrá haber una inmersión en el mundo oficial, pero luego, en la vida real, se necesita el castellano. Un escolar que estudie sólo en catalán, pues le va a ser muy difícil después encontrar un empleo en Sevilla o en Gijón, o en México o en Buenos Aires.»
«Además es perfectamente, compatible la supervivencia de los dos idiomas. En Finlandia hay cuatro idiomas, y todo el mundo sabe cuatro idiomas en Finlandia; y tiene la tasa mejor de calidad de la enseñanza.»
EL DESPIDO DE RADIO NACIONAL POR COMENTARIO TRAS MATANZA DE HIPERCOR
Si el ‘Manifiesto de los 2.300’ le costó a Amando de Miguel su despido de El Periódico de Catalunya, en Radio Nacional de España fue despedido en 1987 (Pilar Miró era la directora de RTVE) y el motivo fue algo aún más sorprendente: la matanza de Hipercor.
«Ese fue de otro sitio que me echaron. Otra vez los hechos, lo que más molesta es los hechos. Fue una discusión en directo. Aquel día entraba yo en la tertulia de RNE, que además estaba cerca de mi casa y me convenía; [Dirigía Pepe Cavero] una tertulia muy maja. Hablo con Pepe Cavero y oye, si me pilla al lado de casa. Pues nada, total, me incorporo a la tertulia. Pero el mismo día que mi incorporo ocurre lo de Hipercor, que maldita casualidad. Y llama en directo el alcalde de Barcelona, Pascual Maragall y dice – esto no es un atentado, es un accidente- y yo le digo en directo, – Sr. Alcalde, eso no se lo cree nadie; esto es un atentado como la copa de un pino, y huele a ETA, pero vamos, poco hay que saber; y sería bueno que usted se enfrentara a la realidad, esto es un atentado – El hombre se puso histérico, por las nubes. Y cuando salí de la tertulia me llama Pepe Cavero a casa y me dice – Amando mañana no vengas , son órdenes de muy arriba – me dijo – muy arriba – No sé muy arriba qué quería decir.»
AMANDO DE MIGUEL Y JIMÉNEZ LOSANTOS, DESPEDIDOS DE ABC POR GIMÉNEZ ALEMÁN
«Y salimos los dos, más o menos, por el mismo motivo. Fue también una casualidad, siempre son casualidades. Había escrito un libro de ‘Autobiografía de los españoles’ me parece que se llama, bueno, donde, a través de los libros de biografía saco la historia de España contemporánea a través de esos recuerdos de la gente. Y, uno de los comentarios que pongo es, en una cena que estaba Jaime Campmany, el rector de la Complutense [Gustavo Villapalos] y, en fin, unos más. Y en esa cena, no públicamente, pero en la cena nos dice Pinillos, una anécdota muy bonita, que es que le dijo una vez Pedro Lain – Oye Jose Luis, ¿Cómo te fuiste a la División Azul? esa locura de la división azul – y le dice Pinillos – Perdona, Pedro, pero tu me lo ordenaste. – Claro, la anécdota es brutal, porque claro, en el Interim, tanto Pinillos como Pedro Lain, se habían hecho opuestos al régimen, como todos. Todos somos aperturistas.»
«Yo lo pongo en el libro pero no pasa nada, pero el libro en la presentación lo presenta Jiménez Losantos, y saca precisamente esa historia y la cuenta. No sólo la cuenta, que no hubiera pasado nada, sino que la publica al día siguiente en su artículo. Es eso, es muy típico que el discursito de una presentación se transforme en columna al día siguiente, es normal. Y aquello, claro, don Pedro montó en cólera y Pinillo. Y a mi me echaron, desde luego, y a Federico al cabo de 10 días. Supongo que, aparte de esto, tiene también sus querellas con Giménez Alemán.»
«A mi me echaron además de una forma innoble, nunca me habían echado así. No me llamó el director, que es lo que hay que hacer. A mi cuando me han echado me llama el director, yo creo que eso es lo que hay que hacer; pero esta vez no. Este me llamó un redactor, por ahí, me dice – oye, de parte del director, que ya no mandes más artículos porque no hay papel – A mi me resultó humillante, ¿Cómo que no hay papel? Dame otra razón, por favor. Se ha acabado el papel. ¿Cómo que no hay papel? Y así me echaron, de esa forma.
BREVE ETAPA COMO CONSEJERO DE RTVE
«Ahí dimití. Ahí no me echaron, ahí dimití. Era una especie de consenso. Es decir, cada partido decía unos candidatos y todo el Congreso lo votaba por unanimidad.»
«Había, digamos, que no hay ahora, por ejemplo. Había un consenso muy fácil. Pero, claro, televisión seguí estando en manos de los socialistas y de una forma muy partidista y muy sectaria. Yo protesté varias veces, como otros, en el consejo de que la televisión era muy sectaria, protestábamos y no nos hacían caso, hasta que les dije- bueno señores, yo estoy haciendo el ridículo aquí, yo no sé para qué soy consejero. Si yo protesto y ustedes no van a cambiar, pues adiós muy buenas – y dimití».
«Le mandé una carta al presidente del Congreso, por cierto, que nunca me contestó. Yo creo que cuando uno dimite, por lo menos, se le contesta agradeciendo el servicio prestado. Nunca me contestaron. Rodrigo Rato me llamó y me leyó la cartilla delante de los demás consejeros, Gozalo y todos los demás, aquello fue espantoso (…) y me dijo – ¿Tú quién eres para dimitir? ¿Qué te has creído? Aquí se dimite cuando digo yo que se dimite – y le dije – Lo siento mucho, pero en mi doctrina el verbo dimitir es personal, yo dimito».
Juan Luis Cebrián, Luis María Anson, Antonio Herrero, Luis del Olmo, Manuel Martín Ferrand, Carlos Herrera o Federico Jiménez Losantos, son tan sólo algunos de los nombres con los que coincidido Amando de Miguel, que también coincidió con figuras «oscuras» como Antonio Alemany o Ricardo García Damborena. En opinión de De Miguel, la diferencia de tertulianos no es «entre derecha e izquierda», sino entre «cultos e ignorantes».
Con la colaboración de Marina López y Roberto Cid