Gestionar la imagen de una empresa ante un ERE no es una tarea fácil. Menos si esa compañía se trata de un medio de comunicación. Si ésta no cuenta con un equipo de asesores competentes se corre el riesgo de que o bien sus recortes sean difundidos más de lo que se desea o que haya malentendidos que minen la confianza de sus lectores o espectadores.
Escuchar a Arturo Pinedo es invertir bien el tiempo si se está interesado en este tipo de gestión de comunicación empresarial, la de crisis. Socio y director senior de Llorente & Cuenca, entre las compañías que este profesional ha asesorado está RTVE -la corporación se enfrentó a una gran reestructuración en 2007-.
Según Pinedo, con el que hemos charlado en Periodista Digital, «lo peor de un proceso de ERE es actuar de forma deshonesta con los trabajadores».
«También se debe evitar no informar adecuadamente, hurtar a los trabajadores del debate lógico que se produce en un proceso de consultas para llegar a un acuerdo, etc.»
«Si tú cumples con una mínima norma de responsabilidad hacia tu propia gente, lógicamente, el impacto que va a tener esta medida sobre tu imagen es menor. Si hacen todo esto, evidentemente, todo el mundo seguirá diciendo que has tenido que echar a gente, pero de algún modo comprenderán que se actuó como debía a pesar de que la medida era dura»
Este experto, que desde febrero de 2005 lidera en Llorente & Cuenca la unidad especializada en comunicación de crisis, reestructuraciones corporativas e insolvencias, cree que «todavía nadie en la prensa ha sido capaz de atinar con la respuesta adecuada» ante la particular crisis que atraviesa y el desgaste que les ha ocasionado los medios digitales.
Después de mucho tiempo de analizar qué es lo que podrían hacer y cómo podrían actuar, da un poco la sensación de que todavía no tienen muy claro qué es lo que pueden hacer. Saben lo que no deben hacer, ha habido experiencias en el pasado, como hemos tenido casos de periódicos que han hecho ediciones digitales que han intentado cobrar y que han demostrado que fracasaban. También otros han tratado de hacer programaciones alternativas al periódico, hay otros que prácticamente vuelcan lo mismo en estas ediciones digitales, … Falta una definición. Todavía nadie ha sido capaz de atinar con la respuesta adecuada. Yo creo que ese es el panorama al que realmente se enfrentan».
Pese a que las previsiones para este año no son buenas para el gremio periodístico, Pinedo se sirve del fabuloso documental Page One: Inside The New York Times –sobre el que en marzo Llorente & Cuenca organizó un debate con reputados periodistas como José Antonio Zarzalejos, Carlos Salas o Santiago Segurola- para arrojar algo de luz al final del tunel.
Se sacan muchas conclusiones del documental. La primera de todas es que lo que está en juego no es el periodismo, sino cómo se manifiesta el periodismo. Hay un debate sobre los canales pero no sobre el periodismo. Si el periodismo sigue siendo una actividad profesional basada en la honestidad, en el rigor, en la profesionalidad, en la formación real y buena de quienes integran el colectivo profesional, vivirá.
Si el periodismo se convierte en un propósito de gente inexperta, sin formación, sin criterios honestos en su trabajo morirá, pero por desafección de las propias audiencias.
