‘Plural’ es lo que quieren decir los socialistas cuando no quieren se atreven a decir propaganda. Edurne Uriarte desmonta en ABC el mito de una TVE plural. «Que lo defienda Alfredo Pérez Rubalcaba, es comprensible, es lo suyo llamar información a los telediarios de la izquierda y manipulación a los de la derecha», escribe la analista vasca en el diario ABC.
Que las televisiones públicas tengan el color ideológico del Gobierno de turno es lo normal, aquí y en todos los lugares. Lo anormal es que, cuando tal color ideológico es socialista, la televisión pase por plural. Y esa anormalidad sí que es preferentemente española. Aquí, Televisión Española (TVE) es oficialmente pluralista cuando la controlan los socialistas y sectaria cuando lo hacen los populares.
Con más de un día de retraso por fin nos enteramos de lo que piensan los columnistas de los periódicos sobre las elecciones presidenciales francesas. La posibilidad de que François Hollande llegue a la presidencia hace que nos planteemos un cambio en la receta aplicada hasta ahora por el ‘Merkozy’: austeridad, ahorro y recortes.
Miquel Molina en La Vanguardia afirma que en hay empresarios españoles que se alegrarían de la derrota de Sarkozy:
«Hay empresarios españoles que en privado critican la reforma laboral -temen que el miedo a un despido fácil acabe de hundir el consumo- hay una Europa no necesariamente de izquierdas que, sin decirlo, prefiere al candidato socialista en el Eliseo.»
En ABC se enfrentan Darío Valcárcel y Hermann Tertsch al respecto. El primero, que ocupa hoy 24 de abril la ‘Tercera’, vislumbra una alianza de Hollande con Rajoy y Monti:
«Al conservador Rajoy le interesaría más la victoria del socialista Hollande. No se trata de renunciar a la austeridad: nadie, por ahora, se ha vuelto loco. Se trata de abrir una vía menos dogmática, menos traumática y quizá más práctica por ser más cumplible. Se trata de no obedecer a pies juntillas las instrucciones presupuestarias de la cancillería alemana. Francia, Italia y España, concertadas en pocos pero cruciales capítulos, podrían hacerse oír mejor.»
Cuando hasta en Libertad Digital el economista Jesús García Domínguez se ha alegrado de la derrota de Sarkozy porque implicará el final de las órdenes de austeridad, Tertsch defiende el programa de Merkel y explica el triunfo de Hollande por su apelación a liberarse de los sacrificios.
«La izquierda no tiene mensaje viable. Pero tiene el mensaje más potente de consuelo y negación. Merkel es cruel. Las cifras implacables. Los mercados monstruosos. Las finanzas fascistas. Las fuerzas con corazón se reagrupan para hacerles frente a estas realidades canallas.»
Una voz extraeuropea para orientarse en esta confusión. Leonel Fernández, el presidente de la República Dominicana, un país con una renta per cápita de 5.750 dólares, declara al diario digital Infolatam, dirigido por Consuelo Álvarez de Toledo, que la UE ha equivocado el camino para salir de la crisis:
«Se ha priorizado el pago de la deuda y no el crecimiento económico, sin tener en cuenta que, por el sólo hecho de crecer, la deuda bajaría de manera automática. Pero parece que, a pesar del alto costo social y político, se ha decidido aplicar políticas severas de austeridad y que sea la población la que lo pague. Eso está creando en Europa un estado de ingobernabilidad democrática.»
¿Pero podemos dar como seguro que ganará Hollande? Como los adivinos de la antigua Roma, los tertulianos y columnistas de izquierdas han acumulado indicios para asegurarlo. Uno de esos indicios es el de que Sarkozy es el primer presidente que pierde la primera vuelta. Pedro Barbadillo recuerda en Libertad Digital que ya hubo tres candidatos que quedaron segundos en la primera vuelta y ganaron la segunda:
«En las elecciones de 1974, 1981 y 1995, el candidato clasificado en segundo lugar en la primera vuelta venció al ganador de la primera. El caso más llamativo es el de 1981, cuando Giscard d’Estaing derrotó a Mitterand, que había obtenido una ventaja de 11 puntos.»
LA RECESIÓN VACÍA LAS CARRETERAS
Ya en el ámbito de los números, John Müller en El Mundo reprocha al Gobierno de Rajoy que mantenga gran parte del derroche público:
«Los recortes (…) han sido muy tímidos en algunas partidas que son pura grasa estatal -como el exceso de asalariados del sector público y el elevado coste de la política- y, en cambio, han sido auténticos machetazos en los capítulos de inversión productiva.»
Y Fernando Ónega en La Voz de Galicia explica lo que es la recesión sin recurrir a las fórmulas de los economistas:
«La recesión, para un lego como este cronista, es entrar el día 23 de abril en la ciudad de Madrid y encontrar la carretera despejada, porque hay mucha gente que no puede llenar el depósito de gasolina.»
Para olvidarnos por unos momentos de las malas noticias, podemos leer la columna de David Gistau, en la que nos cuenta que su vecino es Quino, el creador de Mafalda y de ahí pasa a unas entretenidas reflexiones sobre los niños y los tebeos.