El periodista y doctor en Comunicación, José María Díaz Dorronsoro acaba de publicar con la editorial Leer (José Luis Gutiérrez) el libro ‘Cambio 16’ para recordar la historia de aquella pionera aventura editorial.
‘Cambio 16’ fue en la década de los setenta del pasado siglo, un fenómeno mediático y se convirtió en un hito relevante – seguramente el más relevante- en el paisaje periodístico del convulso periodo de la Transición. Pero más allá del ámbito púramente mediático, ‘Cambio 16’ fue también un fenómeno sociológico y político que tuvo una señalada influencia en la vida española de aquella década.
Para las elites del momento, inquietas por el futuro del país en el tramo final de la dictadura franquista, la lectura de ‘Cambio 16’ se hizo indispensable. Es muy impotante recordar que la motivación principal de las 16 personas que fundaron la revista y asumieron el compromiso de sacarla adelante era fundamentalmente políticas… querían que España se convirtiera en una democracia europea. «Ese era nuestro fín», explica en el prólogo del libro ‘Cambio 16’, Alejandro Muñoz-Alonso, uno de los dieciséis fundadores del gran semanario de la Transición.
Nacida en pleno franquismo padeció una intensa persecución política y censuras y sinsabores de todo tipo, como el intento de cierre gubernamental, durante varios meses, por un inofensivo dibujo del Rey Juan Carlos (que ilustra la contraportada del libro) representando el primer viaje del Rey a Estados Unidos en 1976.
‘Cambio 16’ fue, además, el paradigma de una nueva vigorosa forma de hacer periodismo, a la manera de las grandes revistas anglosajonas, desconocida en la España de la dictadura franquista por su valentía,rigor y entonación imaginativa y bienhumorada.
Por el Grupo16 pasaron figuras de todas las ideologías, desde antiguos franquistas que apostaban por el cambio, futuros ministros como Luis González Seara, centristas como Federico Ysart, comunistas como Antonio Ivorra o escritores como Jorge Martínez Reverte. Así que figuras que años más tarde darían que hablar como Mariano Rubio o Enrique Sarasola.
Todas ellas aparecen citadas en la obra de ‘Cambio16’ que recoge los andares de Cambio 16 desde su fundación por Juan Tomas de Salas en 1971 hasta 1980, el periodo de la Transición.
18:50 «Luis Herrero»
LAMATA. Pero Jose Luis Gutiérrez no sigue después con Luis Herrero.
GUTIERREZ. Bueno, seguí un poco y luego Luis Herrero después de 15 días prescindió de mis servicios, estaba en su legítimo derecho. Y no solo de los míos [de mis servicios], también de gente como Ramón Tamames, etcétera, otras personas. Me molestó un poco la forma, porque después de 15 años, con 15 segundos de una llamada, pues te despacha. Quedó un poco feo. Luego lo que no me ha gustado son algunas de las versiones que ha dado en alguno de sus libros. Sobre la muerte de Antonio Herrero, etc.
20:00 «Me han apartado»
LAMATA. Quería preguntarle por su vinculación anual en los medios. Le llegué a ver en un programa de televisión en Veo TV pero ahora parece que está un poco apartado del mundo de las tertulias.
GUTIERREZ. Bueno, me han apartado. A mí me han apartado. Aquí se trata de poner a propagandistas de uno u otro partido, y yo soy un periodista independiente y no quiero ser de ningún partido. Así de sencillo. Eso es de lo que se trata. Me han apartado. Estoy ahora en otra fase. Estoy como editor de la revista Leer, edito libros… El tema de la radio es un tema pasado, aunque no excluyo que algún día vuelva a intervenir en alguna tertulia. Pero ha habido una tentativa política, tengo los datos, lo tengo todo, de ir excluyéndome de todos los sitios. Por eso ahora, cuando veo a esta gente de TVE y unas locuras que se dicen por ahí sobre la independencia de los periodistas pues me produce auténtica vergüenza ajena ¡Cómo se atreven a decir semejantes cosas! Porque yo, periodistas independientes, conozco muy pocos. Desde luego conozco a uno que soy yo mismo, y ahí está la prueba. Nunca han abierto la boca ni dicho nada para defenderme en el caso Hasán II con el que estado 14 años procesado y condenado.
LAMATA. Usted dijo que iba a contar por qué la ley de prensa del general Franco, la Ley Fraga, seguía en activo. Habló usted de que había un intento de quitarla y al final no se quitó.
GUTIERREZ. La ley de prensa de Franco está vigente. Se han eliminado algunos artículos, los de índole menor, pero los importantes, los sancionadores, los que penalizan a los periodistas siguen vigentes. Por ejemplo, la responsabilidad en cascada. ¿Qué quiere decir eso? Pues que si yo digo algo en esta tertulia teóricamente punible, perseguible judicialmente pues me pueden perseguir a mí, al director del programa, que eres tú, y al director de esta casa, que ahora no está presente y no tiene nada que ver. Eso se llama responsabilidad en cascada. Incluso afecta a la empresa editora de esta casa, al consejo de administración. E incluso, si esto fuera un medio impreso, a la distribuidora también. Ese disparate jurídico… Eso es conseguir un ejército de censores gratis. Que son los directores de medios que por miedo a ser procesados y condenados ya se ocuparán ellos de que sus redactores no saquen los pies del tiesto y no caigan en posibles injurias o calumnias o lo que es peor, en atentados contra el honor, que es otro disparate tremendo. Entonces yo he estado peleando con esa ley desde el 1996 que es cuando publicamos la historia de Hasán II en Diario 16, que yo era director, y desde el ’96, en mayo, cuando me ponen la primera demanda de protección del menor, desde entonces he estado luchando con esa ley.
LAMATA. Para explicar a los internautas que no conozcan el tema. El 18 de diciembre de 1995 Diario 16 publica en portada un artículo en el que se denuncia que se ha interceptado un camión con droga que pertenece a una persona llamada Dominios Reales.
GUTIERREZ. Un camión que contenía naranjas. En Algeciras. Escondidas en esas naranjas iba nada más y nada menos que 5 toneladas de hachís. La guía de ese transporte pertenecía a Dominios Reales, que es una empresa familiar de la corona marroquí.
LAMATA. Entonces el rey de Marruecos considera que es un atentado contra su honor y se persona como acusador
GUTIERREZ. Sí. El rey de Marruecos contrata los servicios de un bufete de abogados en Francia que tiene otro bufete aquí, que son los hermanos Cremades.
LAMATA. Ellos ¿qué es lo que decían? ¿que era de un pariente de la familia real pero no de la familia real?
GUTIERREZ. No, no no. Decían que era falso. Que eso atentaba contra el honor. Porque el titular era «Una empresa familiar de Hasán II, implicada en narcotráfico», que es lo que era. Decían que era mentira, que habían procesado a los conductores y que eso lo habían hecho por su cuenta los conductores del camión. Que nosotros teníamos que haber investigado eso, pero les condenaron y procesaron mucho después de escrita la historia nuestra, con lo cual nosotros no podemos investigar el futuro y prever lo que iba a suceder. Lo que sucedió fue que me condenaron en primera instancia.
LAMATA. ¿Llego a haber pena de prisión o multa?
GUTIERREZ. No, era un juicio civil. Y la condena se haría al ejecutar la sentencia. Es decir, primero tenía que recorrer toda la jurisdicción y luego cuando llegue al Supremo y el Supremo confirme si desestima la demanda pues no pasa nada pero si mantiene la condena, como sucedió, entonces en ejecución de sentencia, los demandantes pueden solicitar una cantidad de dinero que era lo que pensaban solicitar.
LAMATA. Pero el pleito fue tan largo que falleció la parte acusadora
GUTIERREZ. No, pero siguió su hijo. Siguió Mohamed VI, de modo que eso prosiguió. En síntesis, ocurrió lo siguiente: llegó a Supremo, nosotros interpusimos el recurso de casación -ahí hubo de todo, abogados corruptos que hacían escritos deliberadamente perjudiciales para mí, hubo de todo-.
LAMATA. Fue Clemente Auger, no el juez.
GUTIERREZ. No, Clemente Auger fue el ponente, el juez del Supremo de la Sala Primera de lo Civil. Entonces él en su sentencia a mi recurso de casación dijo que la información era correcta, que era verídica, que estaba bien, que la información era cierta. Que lo que era atentatorio contra el honor de Hasán II, el jefe del Estado, era el titular. El titular era malintencionado y deliberadamente difamatorio. Yo ya había organizado un pequeño escándalo internacional acudiendo a las organizaciones de defensa de la libertad de expresión.
LAMATA. De hecho, una sentencia que ha sido puesta en España luego ha sido internacionalmente anulada.
GUTIERREZ. Exacto. Ahora vamos a eso. Entonces yo ya había escrito dos libros sobre ello. Y además de eso recorrí el mundo recabando el apoyo de todas las organizaciones de libertad de expresión. De las internacionales, las más importantes del mundo. Entre ellas el IPI, el Aguan, e incluso la Asociación Mundial de Periódicos, con 18.000 diarios en todo el mundo. Tuve que gastar mucho dinero, gasté mucho, viajé por todo el mundo, hice un gran esfuerzo. Recurrí al Tribunal Constitucional en amparo, que lo desestimó con un escrito no demasiado bien hecho por cierto abogado. Con lo cual una vez agotada la jurisdicción española fui a Estrasburgo en el 2007 y puse una demanda al Reino de España por atentar contra mis derechos humanos. Y el 10 de junio de 2010 el Tribunal dictaminó que el Estado español había violado mis derechos humanos, sobre todo el del artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos sobre mi derecho humano a la libertad de prensa y de expresión. Y fue una sentencia modélica donde figuran las tres partes. Por un lado la parte demandante, que son mis representantes. Por otro lado, la parte demandada, el Estado español representado por un abogado del Estado, que era el que producía los escritos, y una tercera parte que es todas las organizaciones de defensa de la libertad de expresión que enviaron un escrito de apoyo a mí que se llama ‘amicus curiae’ que es una especie de mediación, un escrito de apoyo a mi causa, a partir de la defensa de todos los principios democráticos de libertad de prensa y de expresión que están recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Entonces la sentencia esa es demoledora porque lo primero que dice que deja en un lugar muy malo a don Clemente Auger, aparte de que apoyar a uno de los mayores tiranos del siglo XX como era Hasán II -un auténtico genocida, uno de los tiranos más llamativos de la historia de ese siglo-, aparte de eso, le dice cuando dice que es el titular de la historia el que lesiona el honor de Hasán II y no la información porque la información está bien, es seria, entonces la sentencia dice: usted no es nadie para decirle a los periodistas cómo tienen que ejercer su profesión. Métase usted en la suya, y deje usted a los periodistas que realicen su profesión. Una de las cosas que tienen que hacer los periodistas es hacer los titulares como ellos crean conveniente. Hay veces que se hacen desde una cierta espectacularidad para llamar la atención de los lectores. Eso es lo que dice en síntesis la sentencia, que es muy larga.
LAMATA. Permítame que haga un inciso en esto de la ley de prensa. Dejando a un margen el caso de Hasán II, que además si la información era veraz no ha lugar a difamación, ¿qué cree usted que es lo peor que tiene la ley de prensa de Franco, el hecho de que responsabilice al director de todo lo que hagan sus redactores o el hecho de que contemple….
GUTIERREZ. ¡La responsabilidad en cascada! Hombre, es que eso rompe toda la concepción del derecho en un Estado de Derecho. Pongámoslo en otra actividad que no sea la periodística. Supongamos que yo soy el director de Telepizza, y uno de los conductores de mi empresa atropella a una señora en la calle. Entonces esa señora demanda al conductor que le atropella, a la empresa de Telepizza como responsable subsidiaria de las indemnizaciones y… ¡al director de Telepizza! Que pasaba por ahí y el pobre hombre no tiene ninguna responsabilidad. Ahí se ve lo grotesco y lo ridículo. Lo mismo que si en una empresa de transportes resulta que uno de sus conductores atropella a una señora.
Yo hice una tentativa de suprimir la ley de prensa. Incluso escribí un artículo. Tuvimos unas jornadas en el 2006 muy interesantes en el Senado donde vinieron representantes internacionales a hablar con los senadores en una comisión. Tuvimos dos días interesantísimos. Y todo el mundo nos apoyaba incluido el PSOE, el PP, los nacionalistas… Todo el mundo nos apoyó. Había que derogar esa ley absurda pero súbitamente en esos días resultó que don Manuel Fraga, a la sazón presidente de la Xunta de Galicia, pierde las elecciones. No las perdió, las ganó, pero le faltó un escaño para la mayoría absoluta. Con lo cual gobernó el PSOE con el BNG. Entonces él viene al Senado como senador autonómico, se entera de lo que están tramando allí con su famosa ley y dice no, señores, mientras yo esté vivo esta ley no desaparece porque ha hecho mucho beneficio a la democracia y tal y cual. Y claro, los responsables del PP no se atrevieron a seguir adelante contrariando al fundador. Y esa es la historia.
“Cambio 16”, de José María Díaz Dorronsoro, editado por Revista Leer.