No está acostumbrada la economía española, estos días, a recibir espaldarazos provenientes del extranjero (ni, se podría añadir, tampoco desde dentro de nuestras fronteras).
Como subraya I.M.O. en ‘ABC’, las muestras de reconocimiento resultan aún más llamativas si proceden de los siempre cáusticos medios de Reino Unido.
Sin embargo, ‘The Economist’ dedica esta semana un reportaje -«Dispatches from the hothouse«- a las entidades financieras que lleva como llamativo subtítulo el de «lecciones desde el mercado bancario más competitivo del mundo».
«Gracias a la competencia feroz entre las comunidades autónomas, España dispone de un número extraordinario de entidades para su tamaño».
Un contexto que les ha obligado a reducir sus costes y a potenciar el uso de la tecnología para crear un modelo innovador que las españolas están exportando en todo el mundo.
De hecho, según la publicación, el 90% de los beneficios de las entidades españolas se deben a sus inversiones internacionales.
Centrándose en la experiencia de Santander (cuya sede en la capital cántabra es calificada como «el Googleplex de la banca») y BBVA, el semanario destaca que el número de sucursales (43.000, una por cada 1.000 habitantes) es seis veces superior al del Reino Unido y dos veces más que en Francia y EEUU.
Competencia feroz
Su elevada penetración las ha obligado a aplicar una agresiva estrategia de reducción de costes y aumento de productividad, que, de paso, las ha situado entre las primeras entidades del mundo.
«Los costes de Santander y BBVA representan menos de 50 céntimos de todo el dinero que ganan. Mientras que la mayoría de la banca minorista en otros países estarían felices con un coste inferior a los 60 céntimos».
Destaca también las innovaciones que les permiten, gracias a los avances tecnológicos, centrarse en el cliente y ofrecer «asesoramiento altamente desarrollado y servicios de atención al cliente».
Y pone como ejemplo el caso de Bankinter, una entidad «pequeña, pero tecnológicamente espabilada».
También destaca la estrategia de los bancos españoles cuando acceden a otros mercados, ya que se concentran en aquellos ámbitos en los que ven la posibilidad de hacerse con una cuota de mercado significativa.