Puedo discutir con alguien que opone a todos mis argumentos argumentos contrarios, hasta el infinito. Y si fuera este el caso, me atrevo a decir que este paseo por la izquierda sería algo muy distinto.
Pero no. El debate está roto porque un número altísimo de izquierdistas, sospecho que la inmensa mayoría, no concibe las derechas -los progresistas listos saben que no hay una derecha- como ideologías alternativas, sencillamente equivocadas, no: ser de derechas es un defecto de carácter, cuando no directamente una psicopatía (leve, en la mayoría de los casos).
Es la misma lógica que llevó a la Unión Soviética a encerrar a muchos disidentes en manicomios: si protesta estando en el paraíso de los trabajadores, algún problema psiquiátrico tendrá. O son malos, o son tontos, no hay otra. ¿Quién puede ser tan desalmado para desear los recortes? ¿Quién, sino un millonario que busca proteger sus privilegios o alguno de sus sicarios bien pagados, podría ser partidario del recorte de derechos?
EGOÍSMO IDEOLÓGICO
Esta lamentable sentimentalización de la discusión política es visible en casi todos los mensajes de la izquierda, más explícita cuanto más torpe sea el medio de comunicación que la difunde. Leo en Diario Progresista este sorprendente titular: «La derecha europea deja solo a su amigo Rajoy y evita respaldar a España«. Ganas dan de repetirle las palabras del primer ministro británico Palmerston y recordar que los países no tienen amigos, sólo intereses. Pero me interesan más las primeras palabras de la entradilla: «Mariano Rajoy predica en el desierto del egoísmo de sus correligionarios de derechas».
La idea de que hay políticos «egoístas» y otros «generosos» según su adscripción ideológica es peor que infantil, es directamente idiota, sobre todo porque no hay demasiada generosidad en repartir dinero ajeno. Llamar generosidad a gastar nuestro dinero es tan estúpido como llamar valor a arriesgar la vida de nuestros hijos.
ESTÓMAGOS AULLANTES
Ahí está El Roto, siempre tan divinamente correcto y solidario, porque sólo tiene que declararlo. Ayer salía con la frase (el dibujo es casi opcional, aunque sea bueno): «Mi estómago, ese sí que se expresa bien». Porque todo el mundo sabe que el problema en España es la hambruna que nos asuela, ¿verdad? Sin contar con que el estómago del propio viñetista, estrella del órgano de un fondo norteamericano de capital riesgo, no es probable que tenga muchos motivos para expresarse airado.
Pero lo realmente carcajeante es leer en Publico.es, como noticia de portada: «El despido gratuito estará permitido hasta que el paro baje del 15%». La indignación de la versión online del nuevo magnate inmobiliario suena bastante impostada, por decirlo suave, en alguien que ha empleado los peores tejemanejes capitalistas para deshacerse de un negocio ruinoso y recuperarlo saneado. Cito a Thilo Schäfer, del colectivo (MásPúblico), en declaraciones a El Mundo: «La gente que llevó a la quiebra a Público, que despidió al 85% de la plantilla para llevarlos a Fogasa [Fondo de Garantía Salarial] porque no tenía recursos, ahora pone sobre la mesa medio millón sin inmutarse. Es legal, pero no moral». Ni bonito, Thilo.
«El PP tumba en el Congreso la iniciativa para poner fin a los privilegios económicos de la Iglesia católica» es la primera noticia de La Tercera Información (que también es optimista el nombre: ni la quinta).
Ya sé que voy a ponerme en contra de buena parte -¿casi todos?- de nuestros lectores, pero por una parte estoy deseando que cumplan todas sus amenazas y corten el grifo. La Iglesia pasó sus tres primeros siglos de historia en las catacumbas y hoy es la confesión más perseguida en el mundo (ahí están las estadísticas, a su servicio), y nunca le ha ido mal en lo que importa.
LA OTRA SEGURIDAD SOCIAL
Pero si el PSOE, no precisamente famoso por su piadoso respeto por la Iglesia, ha dejado las cosas como están -los gruñidos contra el concordato, mire usted, sólo suenan en la oposición, como los suspiros provida del PP- porque sabe lo que les vendría encima si cambia el status quo. En primer lugar, tendrían enfrente a una Iglesia totalmente libre para decir las verdades del barquero; en segundo lugar, las colas en los comedores de Cáritas o los sintecho acogidos gratuitamente se transformarían en una multiplicación de los problemas sociales. Y lo saben. Así que, menos lobos…
Pero tampoco debe extrañar mucho en un diario online cuya segunda noticia del día es: «Se constituye la Federación Estatal de Transexuales (FET)«, algo que con cinco millones largos de parados y el país al borde del rescate, es lo que de verdad importa a los españoles. A veces da la sensación de que cierta izquierda es un hobby para gente con la vida resuelta y mucho tiempo libre…