El dedo en el ojo lo ha metido el periodista Hermann Tertsch en su perfil de Twitter:
Con los centenares de millones que debe Prisa al banco estatal Bankia es como si pagáramos todos un poco los 14 millones del sueldo de Cebrián.
Así es, el consejero-delegado del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, se embolsó nada más y nada menos que 13, 6 millones de euros en 2011, de los cuales 7,9 millones de euros provenían del ‘pelotazo’ que le supuso al ex director de El País la entrada de Liberty, tal y como publicó este medio–La entrada de Liberty en el capital de Prisa fue un negocio redondo para Cebrián: se embolsó 7,9 millones de euros por el éxito de la operación–. El sueldo total del CEO del grupo mediático le sitúan como el segundo ejecutivo mejor pagado del pasado año, tan sólo por detrás de su homólogo en Inditex, Pablo Isla.
La única ‘diferencia’ entre uno y otro es que mientras esta última está capeando bien la crisis, evitando las caídas en el Ibex durante 2012 y expandiéndose en los mercados emergentes, la primera tiene una deuda superior a 3.500 millones de euros y tras ejecutar un ERE que eliminó más de 2.500 puestos de trabajo–Liberty ordena un brutal recorte en Prisa: 2500 trabajadores a la calle–no descarta aumentar los despidos–Los trabajadores de El País increpan a su comité de empresa: «¿Vosotros estáis con nosotros o con Comisiones Obreras?»—
Para colmo, se da la paradoja que, de esa deuda monstruosa que arrastra Prisa, uno de los principales acreedores es Bankia, ese ejemplo de mala gestión a la que se le ha tenido que inyectar 23.000 millones de euros–La izquierda caviar de El Pais pide inyectar dinero en Bankia siempre que manden los suyos–.
Cuando los españoles aún no se habían recuperado de la noticia que supuso la indemnización que va a trincar el tal Aurelio Izquierdo–Un tiburón financiero de Bankia tiene derecho a 13,8 millones de euros de pensión–ahora se encuentran con otro caso -el de Cebrián- que, aunque legítimo, no puede dejar a nadie indiferente si nos atenemos a la mala gestión realizada por el susodicho al frente de Prisa.