La cabeza de Alfredo Pérez Rubalcaba empieza a tambalearse en su cuello. Las encuestas que muestran que el PSOE sigue perdiendo votos son el cuchillo que le amenaza.
Ya se oyen los rumores y los frufrús de las capas de los conspiradores. Felipe González acaba de ‘aconsejar’ en una entrevista en televisión a Rubalcaba que atice al Gobierno. Y entonces Carlos Herrera acude en su rescate desde ABC por miedo a que «la izquierda de la izquierda crezca».
«Que piensen los sensatos y desapasionados analistas de la vida política española lo que significaría en estos momentos un Partido Socialista repleto de luchas intestinas y dogmáticas.»
Así que Rubalcaba es una versión calva de la frase clásica: o él o el caos.
Federico Jiménez Losantos recuerda cuándo conoció al ministro Miguel Arias Cañete, venido a Madrid con Antonio Hernández Mancha, y le reprocha que haya cambiado sus deseos de entonces de purificar la vida política a cuenta de su defensa de Rato:
«Como Miguel Arias pertenece a la generación de Aznar y Mancha que he visto hacerse como pavo al horno -unos, más bien pavo; otros, más bien horno-, pues me cae bien. Tiene además un pronto declarativo brillante y estrepitoso, listo a defender sin temor a las consecuencias lo que cree cierto y como esa es virtud rara en el PP actual, leí con mucha atención sus declaraciones sobre Bankia.»
«¿Por qué rechazaron PP y PSOE una comisión parlamentaria para investigar las ruinosas peculiaridades de la salida a bolsa de Bankia? O al Congreso o al juzgado. ¿Y qué habría dicho sobre todas las ‘bankias’ el Arias Cañete de 1987?»
Fernando Ónega da un testimonio de compadreo entre los periodistas y los políticos que, repetimos, es una de las causas del desprestigio de la prensa. Comienza su columna en La Voz de Galicia así:
«Lo siento por Rodrigo Rato, a quien aprecio y de cuya integridad no tengo dudas. Lo siento también por Ángel Acebes, que se sentaba en el consejo de Bankia, quizá sin más preocupación que cobrar el dinero correspondiente, sin darse cuenta de sus responsabilidades. (…) Los imputados pueden ser inocentes y seguramente lo son.»
¿Y si se equivoca? También dijo Antonio Casado que él se negaba a creer que unos policías hubiesen dado el chivatazo del bar Faisán. ¿Cuándo aprenderán estos opinadores que llevan más de 30 años opinando que sus opiniones no nos interesan, sino sus análisis y sus revelaciones?
Enric Juliana, tan imaginativo en conspiraciones como Luis María Ansón en la fe del conde Barcelona en la democracia, da una lista de las medidas que va a anunciar Mariano Rajoy en el Congreso el 11 de julio. Si no acierta, se lo recordaremos; y si acierta, le aplaudiremos, como escribía el ya citado Ansón:
«He aquí una lista de las medidas, necesariamente provisional, porque está siendo objeto de viva discusión en el sanedrín de Rajoy (la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, Luis De Guindos, Cristóbal Montoro y el jefe de la Oficina Económica, Álvaro Nadal). Recorte y endurecimiento del seguro de paro; cómputo de toda la vida laboral para cobrar la jubilación; subida del IVA; recargo fiscal en los combustibles; eliminación de la desgravación por la vivienda; recorte de gastos de personal en la Administración central (complementos y fondos de pensiones de los funcionarios); aplicación de la reforma laboral en la Administración (posibilidad de ERE en los ayuntamientos); control estatal del gasto sanitario de las autonomías; replanteamiento de la privatización de AENA y Loterías; peajes en la red de autovías…, y una guinda.»
LA CANALLADA, EL CHISTE Y LA TONTERÍA
La canallada del día, causada por un juez que manda a un etarra de Cádiz a Vizcaya para practicarle unas pruebas de fertilidad, es el tema de la columna de Santiago González:
«¿Por qué atravesar España con el fin de hacer unas pruebas para las que basta un tubo de ensayo, una revista porno y el laboratorio más cercano, en Jerez o Cádiz, un suponer, para que le hagan un seminograma?»
La carcajada del día la causa la columna de Fernando Vallespín, que ha escrito una columna indignada en El País por la filtración de datos sobre el ERE que va a aplicar el PSOE en su plantilla por parte del gabinete de la ministra de Trabajo a La Razón:
«Decir que es poco ético parece demasiado suave. ¡Es indecente!»
Y esto aparece en el periódico que publicó conversaciones telefónicas grabadas ilegalmente a Jesús Cacho y fotos de invitados desnudos en una de las casas de Berlusconi.
La tontería del día para Antonio Lucas, columnista de El Mundo:
«Con lo de Higgs vamos a abrir un inédito melón de carretera. Ya verás qué zumba va a caer como la partícula dé positivo. Dos milenios de guerras religiosas para nada. La Biblia, el Corán y la Torá a los anaqueles de ficción…»
Lo malo de hablar de ciencia en los periódicos es que luego cualquier columnista se cree físico y teólogo. Éste es de los que dice que el Big-bang prueba la inexistencia de Dios… cuando lo descubrió un sacerdote católico. Una sugerencia para Lucas y para ustedes, queridos lectores: la columna de Javier Neira en La Nueva España:
«La ciencia es la religión de nuestro tiempo. Justifica cualquier sacrificio… de dinero ajeno. ¿Más aún? Sí, todavía: dicen que el bosón de Higgs da masa a la materia. Ni el obispo Berkeley, campeón mundial de la metafísica, llegó a tanto en el siglo XVIII.