Cataluña ya gana en algo a Madrid: en mezquitas
En El País dedican un editorial a la sentencia de Estrasburgo sobre la condena a la etarra Inés del Río, que puede suponer que haya que ponerla en la calle, y su satisfacción es inocultable. Impónganse los principios de la progresía y húndase el mundo. El periódico da palos a todo bicho viviente: al Código Penal del franquismo, al Tribunal Supremo, al Tribunal Constitucional (sí, sí), al PP…. Así califica la ‘doctrina Parot’: «el disparate jurídico que suponía la doctrina Parot».
En El Mundo, el enfado de algunos columnistas es mayúsculo. Por ejemplo Jiménez Losantos, que culpa a la sociedad española:
«Pero no se han cambiado las leyes y cuando se ha hecho con la Ley de Partidos, ni se cumplen ni se permite que lo hagan jueces independientes. En Estrasburgo no faltan al trabajo como en el Congreso, al que no fue nadie para examinar a los cuatro miembros de ese Tribunal AntiConstitucional que por dos veces y de forma ilegal, ha enmendado sentencias del Supremo para legalizar a los asesinos de Miguel Ángel Blanco. Malditos sean los legalizados, los legalizadores y sus amos políticos. Y maldita sea esta sociedad de borregos, base sólida de esta infamia que acaba de cumplir quince años.»
La columna de Santiago González mezcla reflexión y humor. En ella trata de explicar la sentencia de Estrasburgo por el ejemplo dado por el Tribunal Constitucional español.
«Se debe comprender a los miembros del citado Tribunal de Derechos Humanos, aunque uno de sus miembros sea español. Pongámonos en su lugar: el 30 de junio de 2009 ratificaron por unanimidad la ilegalización de Batasuna dictada por el Tribunal Supremo el 27 de marzo de 2003, para ver poco después que la reconstitución del partido ilegalizado recibía el aprobado del Tribunal Constitucional español, enmendándole la plana al Supremo de su país. Por otra parte, ¿cómo se sentiría usted si fuera miembro del único tribunal de Europa que no ha desautorizado al Supremo de España?»
Si a los españoles no les importa que Bildu/Sortu/Amaiur se pueda presentar elecciones, ¿por qué les va a importar a los jueces de Estrasburgo?
Victoria Prego insiste en la omisión de los parlamentarios españoles:
«España se ha pasado 22 largos años sin modificar ni una coma de una política criminal que databa de los tiempos del franquismo, cuando el terrorismo era una amenaza del todo inimaginable para el régimen y cuando los castigos estaban pensados para los delitos políticos o los delitos sociales.»
En ABC los columnistas se dedican a comentar la llegada de los mineros a Madrid. Ignacio Camacho titula su columna ‘El PER minero’:
«Sucede que alrededor de los mineros hay una mística revolucionaria que excita la melancolía de cierta ‘gauche divine’ capaz de exigir al mismo tiempo la subvención de los molinos eólicos y de los negros pozos carboníferos.»
Y Antonio Burgos se pregunta qué sería de la industria si el Estado hubiera que mantener actividades ya superadas por la tecnología:
«Mantener una minería no rentable y obsoleta es como si en los campos de mi Andalucía, junto a las cosechadoras y a los tractores, se tuvieran que mantener obligatoriamente con subvenciones del Gobierno los arados romanos y las yuntas de mulas.»
En El País hay un artículo sensato, de Antoni Zabalza, ex secretario de Estado de Hacienda, contra el pacto fiscal que exige CiU y a favor de que el Gobierno declare que no aceptará.
«¿Por qué razón debería aceptar al gobierno catalán como mi intermediario ante el gobierno central? (…) Las comunidades autónomas están en el punto de mira de los mercados. La prensa internacional habla de la necesidad de controlar el ‘despilfarro’ de los gobiernos regionales españoles. En este contexto, la intención de desmantelar la administración tributaria del Estado no contribuye precisamente a fortalecer la imagen económica de España. Si el gobierno catalán no cede en su peculiar idea de pacto fiscal, el central debería emitir una señal inequívoca a la comunidad internacional de que ésta no es una propuesta admisible.»
CATALUÑA GANA A MADRID… EN MEZQUITAS
Pilar Rahola se sorprende en La Vanguardia del crecimiento de la población musulmana en Cataluña.
«¿No es extraño, por ejemplo, que en un solo año se hayan abierto en Cataluña 28 mezquitas nuevas, según los datos del Observatorio Religioso del Ministerio? Y ello a pesar de la moratoria de algunos municipios ¿Y no lo es que Cataluña tenga 242 mezquitas, mientras que Andalucía tiene 180 o Madrid 106?»
Bueno, es lo que han querido los gobernantes nacionalistas, que preferían estos inmigrantes a los ecuatorianos y colombianos porque creían que les iban a enseñar catalán. Perdonadme la grosería: ¡ajo y agua!
A El Mundo ha regresado Carmen Rigalt, y su columna de es una oración fúnebre por los progres de TVE, mejor escrita que las de su marido Antonio Casado:
«Se cierra un paréntesis de felicidad. Ha recogido sus bártulos Fran Llorente, el impecable jefe de Informativos, y con él Pepa Bueno, otra magnífica. Se supone que a Ana Pastor le queda poco. Pastor es roja pero «cañera». Que se lo digan a los propios ministros del pesoe. Ellos hubieran preferido en su lugar a un pánfilo de derechas.»
Tranquila, Carmen, que seguro que te invitan de algún programa de TVE, que eres progre.