Hermann Tertsch firma hoy 27 de julio la mejor columna que leo. Primero, nos da el que considero un buen consejo.
«No son tiempos para discutir por nada con desconocidos. Si le quitan el sitio para aparcar, como si le hace cualquier otra faena un conductor, no se enfade mucho, no se exceda con los gestos ofensivos y tráguese o al menos no grite, murmulle los insultos. Que estamos todos muy nerviosos. No se imagina nadie cuánta gente hay suelta por la calle dispuesta a sacar el gato del portamaletas»
Y concluye con una de las instigadoras al linchamiento y el escupitajo:
«Rahola señala a los catalanes contrarios a su mala película independentista como cómplices de un enemigo, ergo traidores. No sólo revela su peor catadura de chivata. Pone en el punto de mira de las posibles iras y violencias futuras a quienes allí creen en España. También a sus parlamentarios. Es absolutamente despreciable.»
Precisamente, la mentada Rahola sigue en el bando de los histéricos con su columna de este 27 de julio de 2012 en La Vanguardia, titulada ‘La muerte del PSC’.
«En algún momento de su azaroso recorrido, una de las almas del PSC desapareció abducida por la hermana mayor, y el PSC dejó de ser un partido catalán para ser la sucursal catalana de un partido español. Nunca han conseguido tener ni voz propia, ni votación propia, ni ninguna señal que permita creer que aquel viejo sueño de los Reventós sigue vivo.»
Yo creía que el PSC se había muerto al entregarse al catalanismo, como prueban los últimos resultados electorales…
En El Mundo, Federico Jiménez Losantos recuerda la historia reciente de Cataluña en ‘Catalunya ens roba’. No apta para partidarios del consenso y la equidistancia.
«Desde hace un siglo largo, sobre todo desde el arancel Cambó, la industria política catalana ha hecho comprar a toda España productos peores y más caros que los de fuera. Rara conquista ésta, en favor de los conquistados.»
Mayte Alcaraz, en ABC, asegura que la economía española sólo necesita el empujón del BCE para ponerse en marcha otra vez.
«La prueba del nueve de que la economía española no está para descambiarla es cómo ha reaccionado nuestra Bolsa y la prima de riesgo al mensaje de esperanza de un Banco Central Europeo que se le olvidó que uno de sus fundamentos era mantener la fortaleza del euro y blindarle ante los especuladores. Ha hecho falta ver que la recesión se come ya los tobillos de Europa para que los altos burócratas de Fráncfort reaccionen.»
Pero los economistas no están tan seguros de la fortaleza de la economía española. Emilio J. González, en Libertad Digital, insiste en que el Gobierno reducir el gasto del Estado, sobre todo el de las comunidades autónomas.
«Las acciones que pueda acometer el Banco Central Europeo para aliviar la presión de la prima de riesgo no son un sustitutivo de las reformas que debemos llevar a cabo, sobre todo porque, a medio plazo, si no se aplican esas reformas, llegará un momento en que el BCE ni podrá ni querrá hacer nada.»
Y David Taguas, otro de los servidores de Zapatero que se borra ese ‘mérito’ de su currículo, escribe en El País una tribuna en la que sostiene que el endeudamiento privado (familias y empresas no financieras) es el lastre de la economía española. Por eso critica la subida de todos los impuestos decidida por el Gobierno de Rajoy.
«Resulta muy difícil explicar la preocupación por el consumo y por la imposición sobre el mismo. Y más difícil aún explicar la política fiscal desde el inicio de la crisis. Subidas de los tipos marginales del IRPF que llegan a suponer 13 puntos, subida de 12 puntos en los tipos sobre el ahorro y recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio que grava precisamente el ahorro de las familias. Conjuntamente son medidas inauditas en la actual situación.»
LOS FINANCIEROS EN EL CONGRESO
A Martín Ferrand, la comparecencia de Rato le sirve para alabar a Aznar por haber preferido a Rajoy. ¡Lanzazos como éstos sólo los daba El Cid los días de fiesta!
«Para muchos españoles, el que fue vicepresidente del Gobierno de José María Aznar debió ser, mejor que Mariano Rajoy, su heredero político, pero se ve, por su confusa y zigzagueante peripecia biográfica, que Aznar tenía razón.»
¿Y a quién elogia hoy Luis María Ansón en ElImparcial.com? ¡A Rato! Y eso que dice que no entendió su discurso. No me diga usted que no es formidable.
«La verdad es que me ha gustado la intervención de Rodrigo Rato en el Congreso de los Diputados. Ha hecho una exposición serena, ha estado convincente, ha aportado datos y cifras concluyentes. A pesar de eso, no sé si tiene razón o no en lo que ha dicho porque la información sobre Bankia y las Cajas se mueve siempre entre cortinas de humo.»
Victoria Prego es menos ‘pelota’ que el mencionado ‘maestro de periodistas’ y juzga así todas las comparecencias:
«Conclusión general: se hizo lo que se pudo y se hizo bien aunque reconocemos que salió mal. Las circunstancias no nos ayudaron. Qué le vamos a hacer. Así es la vida.»
Enric Sopena da papilla intelectual a los progres.
«Ideológicamente viene a ser Draghi un neoliberal, vinculado durante años al norteamericano Goldam Sachs, el cuarto banco de inversión del mundo.»
Así que un neoliberal usa el dinero público para comprar deuda soberana de países derrochadores. Pues mis amigos liberales llaman a Draghi intervencionista y socialista. ¿Queréis poneros de acuerdo?