El director de "El Mundo" ha iniciado el nuevo curso con un duro artículo dominical en el que recuerda lo señalado por un antiguo hombre de confianza del presidente del Gobierno
No aprende. Para ser más exactos, habría que decir que no se corrige.
Hace unos daños, cuando la cosa pintaba negra para Mariano Rajoy, lo dio por muerto y pidió, a gritos desde la radio donde mandaba Federico Jiménez Losantos, que el PP lo echase y colocase a otro en su lugar.
Este 2 de septiembre de 2012, cabreado sin duda al comprobar que el inquilino de La Moncloa ha dado su primera entrevista en prensa a ‘ABC‘ y no a ‘El Mundo‘, como solían hacer Zapatero y Aznar, carga a muerte contra el presidente del Gobierno.
Y para hacerlo, Pedrojotavuelve a traer a la palestra el polémica artículo publicado en El Mundo por Gabriel Elorriaga el 26 de mayo de 2008, titulado «Así no es posible».
En su hmilia dominical, el variopinto y dicahrachero director empieza fuerte. Se pregunta retoricamente:
«¿Y si Gabriel Elorriaga tenía razón?».
Todo, para recordar un párrafo de aquél artículo:
«Lo que ahora se necesita es liderazgo renovado, sólido e integrador, y eso es algo que, aunque me pese, Mariano Rajoy no está en condiciones de ofrecer».
A partir de ahí, Ramírez habla de la «profunda decepción» que está causando Rajoy a la vista de las encuestas.
«Como González en el 82, Rajoy ocupó una ciudad abandonada por sus defensores».
Y subraya:
«Camino ya del primer aniversario de la gran victoria popular, España está peor que entonces, con más paro, más deuda, menos consumo y en recesión, hasta el punto de que acabaremos pidiendo un rescate que supondrá todo lo que la mayoría absoluta otorgada a Rajoy pretendía evitar».
«Nunca nadie, ni siquiera Calvo-Sotelo, había sido capaz de concitar menos empatía e ilusión desde la cima del poder ejecutivo», continúa la requisitoria, en la que acusa al presidente de hacer gala de «fatalismo y resignación» y de una «tendencia innata a la componenda y al enjuague».
Entre las críticas de Ramírez se encuentra la «clamorosa ausencia de un vicepresidente económico o el del nombramiento como ministro del Interior de un amigo personal nada idóneo para el cargo».
«Rajoy no habla con los empresarios. Tampoco hay intelectuales o periodistas de prestigio en el entorno de Rajoy».
Y lanza un dardo cargado de sarcasmo:
«Que nadie busque hoy la tabla redonda de Camelot en La Moncloa; sólo encontrará una mesa camilla con brasero y un ama de llaves con toquilla haciendo calceta».