Lea a El Trasgo en La Gaceta:
No puedo evitar que mi primer ‘Paseo por la izquierda’ después de esta larga siesta me recuerde a esas redacciones sobre lo que uno ha hecho en vacaciones con las que los profesores de mi infancia amortiguaban los primeros días de la vuelta al colegio. Y es que lo suyo es que El Trasgo inaugurara la temporada 2012-13 con una suerte de Especial Verano.
Pero va a ser que no, y ustedes me entenderán. El Trasgo sólo ha paseado por la Sierra -y tampoco para matarse- y se ha mantenido tan alejado de la noticia como es posible en esta era hiperinformativa. También he pensado que, por mucho que la izquierda siga siendo un caramelito para la crítica periodística, la derecha -o, por mejor decir, los paniaguados del poder- no le va en absoluto a la zaga, con lo que me permitirán algunos quiebros en ese sentido.
Y empezamos. Todavía tengo las maletas sin deshacer y ya percibo que he vuelto a casa con las palabras del coordinador de Izquierda Unida, según el cual «España necesita un banquero en la cárcel». Así, en general: estoy seguro de que el señor Lara no se pondría demasiado tiquismiquis sobre si es mejor enchironar a este o a aquel: no, tráiganle un banquero, cualquier banquero, con el traje a rayas y entre rejas y nuestro proletario terrateniente ya se queda contento.
En general, la izquierda tiene mucho de eso, de ganas de ver a gente afortunada en la trena, si no se llega al expediente más satisfactorio y progresista de decapitarlos, que la guillotina se ha llevado mucho esta primavera pasada y, estoy seguro, será la sensación de la temporada otoño-invierno entre nuestros alegres amigos de la zurda.
A ver, que si hay que dejar a un puñado de ellos a la sombra, pues eso, que los señores del crédito caen bien a poca gente en tiempos de bonanza y a nadie cuando pintan bastos, y hay para pensar que más de uno y de dos algo tendrá que decir de la que tenemos montada. «No puede ser que se marchen de rositas», dice Lara, los responsables de «arruinar» a entidades bancarias y de hacer «una sangría de los recursos públicos».
Ya, Cayo, hijo, pero es que si es por eso, los que van a acabar a la sombra son tus colegas, los de la casta, que las ‘entidades bancarias’ que más rescates, fusiones y fusilamientos al amanecer han necesitado no han sido bancos, sino Cajas, es decir, lo más parecido a la Banca pública que hemos tenido en España. Cuando usted quiera, don Cayo, empezamos…
Imperialismos
La estupidez no se toma vacaciones. O las acorta. Ahí tienen, de gratis (en el ‘Bluffington Post‘ hispano, ya saben) a un Ignacio Oliveras y su columna «Imperialistas y arquitectos«, donde se descuelga con esta profunda reflexión histórica: «[E]l imperialismo inglés fue menos bestia en general que el español». Uno entiende que la Historia es una disciplina y que no todo el mundo tiene que empollarse las Leyes de Indias, como a mí no hay quien me haga comprender el bosón de Higgs. Pero es que sólo hay que abrir un periódico, Oliveras, y fijarse en los rasgos de los políticos de Estados Unidos y Canadá, por una parte, y de Venezuela y Bolivia, por otro, para apreciar lo ‘bestias’ que llegaron a ser los ingleses. Pero al menos estos advirtieron que el modo más eficaz de que no te critiquen los pueblos oprimidos es no dejar pueblos oprimidos que hagan la crítica.
Para ‘El País‘, en su versión digital, la primera noticia del día era anteayer: «El líder del PP vasco: «Nos importan un bledo los presos de ETA enfermos«. Uno no se atreve a aventurar el nivel de preocupación que hay en las redacciones del grupo Prisa, aunque sí nos consta que hay millones de muertos que nunca les han quitado el sueño.
La necesidad de expresar emociones que no se sienten y que no sentiría ningún ser humano normal es una de las maldiciones de la política en estos tiempos dominados por la hipocresía sentimental. «Siento vuestro dolor» se convirtió en la marca de fábrica de esa quintaesencia de político moderno, Bill Clinton, y que lo compre quien lo quiera.
Pero el PP del País Vasco no es una tribu innúmera, se conocen entre ellos, y han vivido muchos tiros en la nuca de los suyos. Que los sinentrañas capaces de pegarle fríamente un tiro de gracia a un compañero acaben en la cárcel y tu máxima preocupación no sea si están malitos quizá sea censurable en San Francisco de Asís, pero en un mortal pecador y del montón es lo esperable. Si la preocupación de Basagoiti por los enfermos presos de ETA superara el grado de «bledo», pensaría sencillamente que miente. Y que no lo haga no es lo menos extraordinario que se puede esperar de un político.
Portadas que alegran
‘La Razón‘ ha cambiado la tradición periodística, que ellos en verano, en vez de serpiente, tiene un lindo gatito. Sus portadas son la alegría de los noctámbulos de las redes sociales, al punto de que es imposible diferenciarlas de sus parodias. En la del domingo podía verse a los leones de Las Cortes aprisionados y a punto de ser aplastados bajo el titular genérico «Acoso al Estado«. Por «el Estado» los chicos de Marhuenda se refieren al Gobierno del PP, en cuyo caso un titular más adecuado a la actualidad, con la reciente subida del IVA como guinda de un nauseabundo pastel, «Acoso DEL Estado». ¿No les parece?