Ser generoso con el dinero ajeno es mucho más cómodo y uno se siente igual de santo.
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A ver si lo entiendo. Tenemos un grave problema de deuda. Estamos de deudas hasta las cejas, somos verdaderos yonquis de la deuda, los intereses se comen el presupuesto público y cada vez hay menos para todo lo demás. Y por eso tenemos que estar muy contentos de que nos vayan a facilitar un mayor acceso a la deuda. Me lo expliquen. Lea El Trasgo en La Gaceta.
Nadie sale de la deuda con más deuda, salvo que sus condiciones de futuro sean esplendorosas, que no es el caso. Pero nuestros colegas de ‘derechas’, que han hecho buenos a los diarios del régimen en tiempos del nefasto Zapatero en cuanto a servilismo informativo, echan las campanas al vuelo en sus primeras como si el BCE nos estuviera regalando algo por la bondad de su corazón en lugar de condenar a varias generaciones de españoles a pagar una deuda que no han contraído.
¡MÁS DEUDA, ES LA GUERRA!
Así, ‘ABC‘ titula «Optimismo ante la posible compra ilimitada de deuda por el BCE». ¡Yupi, nos dejan endeudarnos! O ‘La Razón‘: «El día Decisivo» y «Draghi estudia una compra ilimitada de bonos españoles bajo condiciones». ¿Por qué, mientras leo estos exultantes titulares, resuena en mi memoria esa estrofa de
Los yanquis han venido,
olé salero, con mil regalos,
y a las niñas bonitas
van a obsequiarlas con aeroplanos,
con aeroplanos de chorro libre
que corta el aire,
y también rascacielos,
bien conservaos en frigidaire.
Es algo, por otra parte, en lo que coinciden fraternalmente con nuestra izquierda caviar, alias Prisa. ‘El País‘ dedica una cantidad desmesurada de papel a cruzar los dedos y pedir por favor, por favor, que abran la bolsa.
«Rajoy busca el apoyo de Merkel para un rescate suave a España» es su discreto titular de primera, pero no se dejen engañar: eso es sólo para disuadir la lectura como corresponde al diario global en español. Hay abundante información en páginas interiores, una plúmbea tribuna a página entera («Las advertencias de la canciller«) y la Cuarta Página (que es la 29, a todo esto), «Buenos días, señora Merkel«, cuya entradilla no tiene desperdicio: «La economía española depende más de las decisiones del Gobierno alemán que del nuestro y sería bueno que la canciller animara a Rajoy a pedir apoyo financiero. No es momento de preocuparse del que dirán». Desde luego, a ‘El País’, órgano de la Banca, no parece importarle en absoluto el qué dirán los izquierdistas de verdad sobre su sorprendente viraje en este y otros asuntos del dinero.
En la izquierda más ‘borroka’ –o, simplemente, en la izquierda– las cosas se ven algo distintas, como parece desprenderse del titular de la columna de Arturo González, ese rojo radical al servicio del magnate inmobiliario Roures: «Merkel y el IV Reich«. Es claro desde el primer párrafo, algo muy de agradecer: «Con arreglo a las normas económico-financieras que rigen el mundo occidental, España al día de hoy no tiene remedio. Ello es muy fácil de explicar: porque no puede pagar la deuda que arrastra. Es imposible pagar un billón de euros. Es imposible pagar mil millones de euros diariamente». Lástima que no agote el argumento…
Y hablando de la deuda y de lo que decíamos ayer, la obsesión de la izquierda de salir de nuestra endiablada situación protestando, encuentro esto en el diario ‘online’ de los que protestan contra todo menos contra su patrón, que puso a los trabajadores de ‘Público‘ en la calle, para que pagase su indemnización el Fogasa, antes de recomprar la cabecera limpia de polvo y paja: «Invitamos a los ciudadanos a desobedecer la reforma sanitaria por injusta, ineficaz y xenófoba».
QUE PAGUE OTRO
Igual que el multimillonario catalán quería –y logró– que a sus redactores despedidos los pagáramos todos, no él, un grupo de médicos de la sanidad pública juega a ser muy solidario con el dinero de todos, con lo fácil que les resultaría atender a todos los inmigrantes en sus horas libres –o de consulta privada– y a su cargo.
Pero, admitámoslo, ser generoso con el dinero ajeno es mucho más cómodo y uno se siente igual de santo. Nuestro sistema no va a dejar que nadie se muera en la calle por falta de nacionalidad y hay abundantes excepciones, y la izquierda lo sabe. También sabría, a poco que alarguen el razonamiento de que cualquiera de cualquier lugar del mundo tiene derecho a ser atendido gratis por nuestro sistema sanitario, que con tales planteamientos no hay razón alguna para que el mozambiqueño que no reside en nuestro país tenga idéntico derecho. Si no es así, explíquennos según qué criterio racional y objetivo se discrimina al no emigrante. Creo que estos no fueron a clase el día que explicaron aquello de ‘cañones y mantequillas’ y la necesidad de elegir con un presupuesto limitado.