Ramón Lobo: 'No quiero que muera El País, donde he trabajado tanto tiempo y tan a gusto'
Este lunes 12 de noviembre de 2012 ha sido duro para los trabajadores despedidos en El País. Era el día en el que han tenido que recoger sus pertenencias de la que ha sido la casa de muchos durante tantísimos años. Es el caso de Javier Valenzuela, un hombre que lo ha sido casi todo en el diario de Prisa tras 30 años de servicio: corresponsal permanente en Líbano, Marruecos, Francia y Estados Unidos y director adjunto de la redacción de Madrid entre 1993 y 1995.
Valenzuela ha tenido la deferencia de atender a Periodista Digital cuando regresaba de recoger su carta de despido. En la conversación con este medio, no le han dolido prendas para asegurar que:
El País es víctima del aventurerismo empresarial a crédito de Juan Luis Cebrián que se lanzó a una campaña de expansión del grupo Prisa megalomaniaca, como bien dice Enric González.
Valenzuela, que seguía gozando de la categoría de director adjunto en El País, considera que, teniendo en cuenta la buena marcha de las cuentas del rotativo durante muchos años atrás, es criticable la falta de previsión de los gestores para cuando llegaran épocas de crisis:
Si pensamos que El País ha tenido 800 millones de beneficios en los últimos diez años, yo me pregunto, ¿por qué ningún director, administrador, consejero…dedicó un 5 o un 10% de esos beneficios a ponerlos a una cuenta a plazo o en un fondo seguro para cuando llegaran los tiempos duros? Todos los beneficios fueron destinados a financiar la expansión megalomaniaca a crédito.
Curtido en mil batallas, nuestro interlocutor reconoce el innegable mérito periodístico de Juan Luis Cebrián en su etapa de director de El País, algo que no oculta su desastrosa gestión empresarial como consejero delegado de Prisa:
Aprendí mucho de él. Le debo mucho profesionalmente, me ha dado la oportunidad de ser corresponsal en cuatro continentes pero hace mucho tiempo que dejó de ser periodista para convertirse en un tiburón financiero
Valenzuela no tiene dudas que los lectores tradicionales del periódico «pasarán factura» al mismo tanto por la pérdida de firmas con credibilidad como por entrar en contradicción al aplicar ellos mismos las reformas criticadas desde sus editoriales:
No hay mas que ver en las redes sociales la cantidad de lectores de El País que se declaran escandalizados por este ERE y por la forma con la que se ha hecho. Esto marca el fin de la luna de miel entre El País y sus lectores progresistas. El País que saldrá de todo esto será otra cosa, no solo por la pérdida de profesionales de gran valor sino por la pérdida de credibilidad entre su audiencia
El criticado director Javier Moreno ha quedado muy tocado en esta crisis, tal y como se desprende de estas palabras:
Fui admirador de las direcciones de Cebrián, Estefanía y Ceberio. Fueron, en sus respectivas etapas, profesionales con capacidad de liderazgo. Moreno ha carecido de liderazgo profesional e intelectual. Además, su política ha sido errática y ha sido incapaz de utilizar los buenísimos recursos periodísticos que había en la casa. Independientemente de el ERE, El País llevaba unos cuantos años deteriorándose. Es sin duda el peor de los directores de El País
RAMÓN LOBO: «SIENTO VÉRTIGO; LOS MENSAJES DE APOYO NO SE HAN TRADUCIDO EN OFERTAS DE TRABAJO»
Otro de los veteranos que también se ha visto obligado a hacer las maletas es Ramón Lobo. Y al igual que Javier Valenzuela, también le ha tocado pasar por el trance de recoger este lunes 12 de noviembre de 2012 su carta de despido. En un post subido a su página web–El día del adiós–, comenta:
Aunque tengo proyectos, que ya iré desgranando, siento vértigo. Los muchos mensajes de apoyo no se han traducido, de momento, en ofertas de trabajo.
Leo los tuits y los mensajes en Facebook y percibo un incendio descomunal que la empresa parece no ver. No quiero que muera El País, donde he trabajado tanto tiempo y tan a gusto y en el que siguen decenas de amigos. Por eso, y por costumbre, seguiré comprándolo.