En el mismo día, el 12 de diciembre de 2012, el diario El País ha tenido que publicar dos notas de rectificación de dos personajes que jugaron papeles destacados en la política: la ex ministra con el PP y ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y el ex ministro del PSOE y ex concejal madrileño, José Barrionuevo, que han remitido sendas notas a Javier Moreno.
AGUIRRE NIEGA HABERSE IDO DE CAZA CON DÍAZ FERRÁN
Miguel Ángel Noceda, uno de los principales periodistas especializados en la actualidad empresarial española, publicaba una nota el pasado domingo 9 de diciembre de 2012 que venía a ser un nuevo perfil de Gerardo Díaz Ferrán, que se sumaba a los que Noceda había publicado desde el mismo día de su encarcelamiento. En su nota, –Los sablazos de Díaz Ferrán a sus amigos en El Tártaro– Noceda aseguró que Esperanza Aguirre había estado en casa de Díaz Ferrán.
En su replica Esperanza Aguirre niega la mayor en su carta:
El redactor de su periódico Miguel Ángel Noceda, en una crónica que publicó en su edición del domingo 9 de diciembre, afirma que ‘Esperanza Aguirre alguna vez asistió a cacerías en una finca de Gerardo Díaz Ferrán’.
Desconozco cuál es su fuente de información pero puedo asegurarle que jamás, en mi vida, he estado en ninguna casa del señor Díaz Ferrán, ni en esa finca ni en su domicilio de Madrid. Y que conste que no me parece ningún delito ni presunción de delito haber estado, pero la verdad es la que es.
Si la réplica de Esperanza Aguirre es de una claridad cristalina, la de José Barrionuevo entra en un tema más complejo.
UN INDULTO EN EL QUE SÍ ESTABA DE ACUERDO EL TRIBUNAL SENTENCIADOR
Este es un fragmento de lo que decía el editorial de El País del mismo día 9 de diciembre, en el que criticaban los indultos a los delincuentes y decían, entre otras cosas:
Una anacrónica ley de 1870 -parcialmente modificada tras la Constitución de 1978- ampara la concesión de indultos. Ejecutivos de distinto signo político la han usado para perdonar a un expresidente autonómico como Juan Hormaechea (…) o (solo en parte) a los ex altos cargos socialistas José Barrionuevo y Rafael Vera. (…) No es admisible que el Gobierno pueda indultar a cualquier condenado sin argumentar las razones de su decisión (…) hay que poner coto a la costumbre de perdonar (…) corresponde a las Cortes elaborar una ley que vincule más el indulto a la opinión del tribunal sentenciador.
Al ex ministro de Interior y de Transportes no le ha hecho ninguna gracia que le incluyan en la lista de delincuentes indultados y, menos aún, que, lo hagan para defender que los indultos deben vincularse con la opinión del tribunal sentenciador. Y no le puede hacer gracia por la sencilla razón de que su indulto (diciembre de 1998) se hizo, precisamente con el visto bueno del tribunal sentenciador.
Esto decía la carta de Barrionuevo:
El domingo 9 de diciembre publicaron un editorial titulado Basta de arbitrariedad. ‘Hay que poner coto al margen de discreción del Gobierno para indultar a los delincuentes’. En su texto se me citaba para ilustrar su tesis, reflejada en el título. (…)
Pues bien, nuestro caso, el del señor Vera y mío, más bien debería haber ilustrado la forma de hacer bien las cosas, según su propia doctrina. Nosotros fuimos condenados, por mayoría, por un Tribunal de 11 miembros. Cuatro de ellos, uno el Presidente, votaron en contra de la condena, considerando que eramos inocentes. Unos meses después, todo el tribunal sentenciador, los 11 miembros por unanimidad informaron favorablemente nuestro indulto (…).
Ya estoy habituado a que su periódico no sea muy ecuánime para con nosotros. Me gustaría, no obstante, que en esta ocasión no tuviera efecto la regla de no dejes que la realidad te arruine un editorial. Y ya que estamos cerca, les deseo felices pascuas.
Barrionuevo fue condenado por la mayoría del Supremo (encabezada por el juez Joaquín Delgado) aunque, como él mismo indique siempre que puede, hubo cuatro magistrados en contra (García Ancos, Bacigalupo y Villarejo), pero luego todos los magistrados fueron unánimes en un informe favorable al indulto.
«ESTOY HABITUADO A QUE EL PAÍS NO SEA ECUÁNIME…»
Mucho se podría escribir de las malas relaciones del diario El País y PRISA tanto con José Barrionuevo como con Esperanza Aguirre. En el caso de Aguirre, dentro de que los dirigentes del PP nunca han sido especialmente amigos de PRISA, Aguirre fue siempre ‘su bestia negra’. Tras haberla bombardeado acusándola de ‘trama inmobiliaria’ (2003) o del caso de las Sedaciones (2007), su mayor campaña de ataques fue durante el año 2009, cuando le dedicaron más de 40 personas vinculándola con corrupción o espionaje, pero no lograron su objetivo de hacerla dimitir.
En el caso de Barrionuevo, a pesar de que El País ha sido siempre el medio ‘amigo’ de Felipe González, ya hubo una pésima relación entre el ministro Barrionuevo y PRISA en su etapa como ministro de Interior, hasta el punto de que el político llevó ante los tribunales civiles al entonces director del periódico.
Durante el juicio de los GAL, El País moderó su actitud y dio una cobertura más favorable que el resto de medios de Madrid. Uno de los que más defendió a Barrionuevo y Vera fue el columnista Javier Pérez Royo. No obstante, la conversión de El País del ‘felipismo’ al ‘garzonismo’ causó nuevamente un distanciamiento y que el periódico volviera a cargar contra Barrionuevo y Vera para usarlos como ejemplo de la supuesta ecuanimidad de Garzón, hasta el punto de que la última sentencia de Estrasburgo sobre ‘el caso Marey’ (6.01.2010) que venía a tumbar la instrucción de Garzón sobre los GAL (aunque corroboró la instrucción del juez Moner) fue ignorada en las páginas de El País.