El nombre Fernando Orgambides está ligado a la historia del periodismo español y, más concretamente, andaluz, del que es uno de los primeros espada. Nació en Cádiz en 1954 y comenzó a ejercer en 1972, trabajando 40 años en el gremio.
En ese tiempo empezó en La Hoja del Lunes de Cádiz y después pasó al histórico periódico vespertino Informaciones, de que fue uno de sus periodistas clave en los tiempos de Transición bajo la batuta de Jesús de la Serna. Tras el hundimiento de aquel medio en 1980, Orgambides se pasó al medio en el que trabajaría durante sus siguientes 30 años: el Grupo PRISA.
Fue redactor de El País, encargado de temas policiales y enviado especial en países conflictivos (teniendo que soportar sanciones y expulsiones en varios de ellos). También fue directivo de la Cadena SER y director de periódicos regionales de PRISA como El Correo de Andalucía. Así como tertuliano radiofónico en programas como ‘La Brújula’ cuando la dirigía Concha García Campoy.
Como enviado especial y corresponsal internacional ha cubierto en primera línea acontecimientos de gran impacto informativo, como la guerra del Sahara, la crisis de los rehenes en Irán, el ataque aéreo de Israel al cuartel general de la OLP en Túnez, el bombardeo de Estados Unidos a Libia, la guerra de El Salvador, la muerte de Pablo Escobar en Colombia, el magnicidio de Colosio en México, la insurrección guerrillera en Chiapas y los primeros brotes de oposición política dentro de Cuba, lo que acarreó su expulsión de la isla en 1991 por el régimen de Fidel Castro.
Es socio fundador de la sección española de la Asociación de Periodistas Europeos (APE), directivo del Club Internacional de Prensa y miembro del Ateneo de Cádiz. Está en posesión del premio Agustín Merello de Periodismo, que le otorgó la Asociación de la Prensa de Cádiz en su primera edición (1991), y de la Encomienda al Mérito Civil, que le concedió el Gobierno español en 2006. En la actualidad es profesor universitario en España y México, consultor de comunicación y editor del blog literario El Planeta de las astas montantes.
El veterano profesional ha querido recordar con Periodista Digital parte de su trayectoria.
Actualmente tiene en proyecto la publicación de una serie de libros.
Soy periodista, en este momento retirado pero sigo siendo periodista con una intención que tuve toda mi vida: introducirme en la literatura. Escribo crónicas semanalmente en mi blog que coinciden con mis viajes por el mundo, por las ciudades, con mis encuentros con las personas, las nostalgias que me vienen a la mente y acabo de empezar esta colección que se llama Crónicas consulares. El primer volumen, que es Viento de Palabras, que es un conjunto de 25 crónicas donde voy contando los pasos que voy dando en esta vida después de 30 años de profesión.
Uno de los últimos post del periodista
Le titulé Olor a tinta porque fueron mis comienzos con apenas 18 años. Lo recuerdo ahora con emoción porque coincidí con una serie de periodistas veteranos que arrastraban prácticamente toda la historia del siglo XIX. Tuve un director octogenario que en su momento estuvo con Primo de Rivera, con Azaña, con Franco, no llegó a la Democracia, y era además en sus tiempos redactor de la Sociedad Exprés, de La Vanguardia y cubrió para ellos los Sucesos de Casas Viejas.
- COMIENZOS EN LA HOJA DEL LUNES DE CÁDIZ
- EN INFORMACIONES
- PERIODISTA DURANTE LA SEMANA TRÁGICA
- EL FINAL DE INFORMACIONES
- ENTRADA EN EL DIARIO EL PAÍS
- REPORTERO DE EL PAÍS A LAS PUERTAS DEL CONGRESO EL 23-F
- ENVIADO ESPECIAL DE EL PAÍS
- Amigo del asesinado Luis Donaldo Colosio
- EVOLUCIÓN DE LA PRENSA, CEBRIÁN, RAMÍREZ
- LOS PRESIDENTES Y LA LIBERTAD DE PRENSA
COMIENZOS EN LA HOJA DEL LUNES DE CÁDIZ
Con 18 años, con un seiscientos, con 500 pesetas que me daban de paga, yo me movía en la ciudad fenomenal, discutíamos con los responsables municipales, pero terminabas en el mostrador del bar de turno y nos dábamos un abrazo.
Orgambides recuerda que conoció a un jovencísimo José Francisco Joly, antes de la creación del imperio mediático andaluz, Grupo Joly.
José Francisco Joly Palomino es mi amigo desde hace muchos años, casi desde el pantalón corto, y me acompañaba en aquellos momentos. Acumulaba una historia en su familia importantísima desde 1867 que fue el año en que se fundó el Diario de Cádiz, lo fundó un antepasado suyo.
EN INFORMACIONES
Orgambides se trasladó a Madrid al diario de la tarde Informaciones, donde coincidiría con destacados periodistas como Juan Luis Cebrián o Jesús Ceberio. Los principales accionistas del periódico eran los bancos que, en aquel momento, apostaban por la apertura.
Informaciones ha sido el gran periódico y sobre todo el gran referente de los primeros años de la Transición y sobre todo del Tardofranquismo. De aquella redacción de Informaciones se nutrió luego El País.
Tenía un director con una personalidad tremenda y mi gran querido director Jesús de la Serna y Juan Luis Cebrián estaba en el diario Informaciones como número dos. Victor de la Serna, el hermano, tenía un cargo honorífico en el periódico porque era un referente porque era muy importante que estuviera ese apellido en el periodismo.
Los bancos estaban en esos periódicos pero no eran intervencionistas dejaban. Gracias al diario informaciones hubo por primera vez un cuaderno político y había una redacción muy solvente con profesionales.
PERIODISTA DURANTE LA SEMANA TRÁGICA
Entre las informaciones de las que se encargó Orgambides fue de la relativa a ‘la Semana Trágica’, los secuestros de Oriol y Villaescusa y la Matanza de Atocha.
«Viví eso muy directamente. Los GRAPO mandaban los mensajes a las redacciones de los periódicos mediante carta a El País y a Informaciones. La dejaban en bares o lugares escondidos, avisaban a la redacción y teníamos que ir allí. Me tocó más de una vez ir a recoger mensajes de los Grapo, protegido totalmente por compañeros porque en ocasiones estaba allí la policía esperándonos y nos podía confundir. Fui de los primeros en llegar a cubrir la matanza de Atocha porque un compañero vivía cerca y nos avisó.
EL FINAL DE INFORMACIONES
En 1979 se produjo un cambio de propiedad del periódico que forzó un cambio en la dirección.
Fue una pena la salida de Jesús de la Serna porque en el periódico no solamente mantenía un equilibrio o era un referente sino que era en ese momento la personalidad que estaba al frente del periódico y había hecho un trabajo enorme con todo ese equipo para llegar a la Transición con este modelo magnífico de prensa porque estuvimos contando la parte más hermosa de la Transición que fueron sus comienzos, con dificultades claro.
Sebastián Auger tenía periódicos en Barcelona y se hizo con el periódico para conseguir en Madrid su cuota, su cuña de poder, para tener influencia en Madrid. En todo periódico cuando hay influencias superiores esos intereses que proponen esas influencias llegan a la redacción pero en conjunto seguimos manteniendo ese espíritu que nos llevó Jesús de la Serna y con el que estuvimos trabajando unos años después. Evidentemente había cuñas que colocaban los nuevos propietarios que había que referencia porque no había más remedio, era la propiedad
En 1980 el decano de los periódicos de la tarde dejó de salir, aunque su agonía duraría tres años.
Fue un cierre patronal triste. Cuando dijeron que el periódico se cerraba, los propietarios desaparecieron prácticamente. Auger huyó del país. Quedamos unos pocos y nos hicimos una foto en la redacción que yo guardo como tesoro.
Hicimos un grupo de protesta, con Manolo Talao, otro gran periodista. Pero eso duró dos o tres semanas, el periódico había fallecido, lo habían asesinado.
Informaciones se condenó el mismo día que entró Sebastián Auger para crear una cuña de su influencia en Madrid, eso era absurdo. Además los periódicos de la tarde fueron muriendo por la evolución de la sociedad misma.
ENTRADA EN EL DIARIO EL PAÍS
Mi padre era un gran amigo de José Ortega Spottorno y el nacimiento de El País lo viví en mi propia casa porque le pidió a mi padre que le reclutara en Cádiz personas con sensibilidad que pudieran formar parte del accionariado de El País. Mi padre era un hombre moderado y eligió a las personas adecuadas.
Mi padre me dijo que cuando quisiera llamaba a Ortega y me buscaba un puesto de becario allí. Pero yo quise entrar por la vía profesional. Llamé a la puerta, me dijeron que si. Me iban a colocar en Barajas para hacer información de exiliados pero no se pudo completar la redacción y me quedé fuera.
Después me llamó Delkader, me incorporé como suplente primero y luego me llamó Cebrián y me incorporé a la redacción.
REPORTERO DE EL PAÍS A LAS PUERTAS DEL CONGRESO EL 23-F
Ese día yo libraba. Iba por la tarde por la puerta del Sol y cuando me enteré me fui rápidamente hacia allí, ya estaban los primeros cordones. Desde un teléfono de una cafetería cercana llamé a Soledad Álvarez Coto, mi jefa de Nacional, me dijo una cosa muy clara con un temple tremendo: vamos a salir con un periódico que diga ‘El País con la Constitución’, intenta colocarte en algún sitio porque tenemos gente dentro pero hay que cubrir gente fuera.
Me fui al Hotel Palace, pedí una habitación y monté un cuartee general toda la noche. Las primeras horas se podía cruzar desde el Palace hasta el Bar Manolo, porque los cordones de Guardia Civil eran todavía mínimos, los que habían venido en autobuses con Tejero, pero luego empezaron a llegar cordones, contra-cordones, y nos quedamos acotados allí controlando lo que era el exterior.
En la cadena SER montaron la estación en una unidad móvil y estuvieron retransmitiendo lo que estaba pasando en los exteriores.
Una pregunta de aquella noche es, cómo consiguieron, si el congreso estaba acordonado, que a última hora pudieran entrar tropas procedentes del DAC a sumarse al golpe.
Hay que entender el ambiente: imagínate Guardias Civiles y Policías, todo lo que había allí, ante un oficial con uniforme, en este caso un comandante, es que pasaban perfectamente, como pasábamos los periodista al principio.
Y además allí había una gran confusión porque no se sabía quién era de un lado y de otro. Allí en el Hotel Palace aquella noche había de todo.
Fernando Orgambides recuerda varios incidentes que tuvo como redactor de El País, entre ellos con el abogado Emilio José Rodríguez Menéndez vinculado en aquel momento con sectores policiales.
ENVIADO ESPECIAL DE EL PAÍS
Orgambides viajó por multitud de países como enviado especial de El País, como por ejemplo en la Nigeria bajo la dictadura del general Buhari.
Fui por el proceso del capitán Pecina. Coincidí ahí con Alfonso Rojo, yo era de El País y él de Diario16, y teníamos que competir por el único teléfono internacional que había, que encima había que viajar en avión para llegar hasta él.
En Argelia lo peor eran los servicios secretos del FLN. Un embajador llegó a decirme que me había salvado la vida porque me iban a apresar. Lo que temía no era que me mataran, sino que me secuestraran y torturaran, porque lo hicieron con otros colegas.
Como enviado especial me expulsaron de Cuba, de Irán y de Libia. Estoy condenado por los tres países. Pero la más directa fue la de Cuba, porque estaba en contacto con la oposición al castrismo dentro de la isla. Primero expulsaron a Joaquín Ibars, después a mí y luego al de Le Monde. Pero fueron educados al decirme que tenía que abandonar el país. Creo que la dictadura aguantará mientras Castro esté vivo y exista y aparezca con chandal o como sea. Pero está asfixiado. Aunque ahora no hay una gran beligerancia contra ellos como antes, ahora el protagonismo está en Venezuela.
Amigo del asesinado Luis Donaldo Colosio
Colosio era el inminente presidente de México como candidato del PRI cuando fue repentinamente asesinado. Orgambides era el enviado especial de El País en México en aquel momento.
Eramos amigos. Cuando era ministro me llamaba cada vez que pasaba algo relevante en México, para contármelo.
A Colosio lo asesinó el sistema. Nunca se ha sabido quién fue el autor intelectual, pero estaba en el viejo aparato del PRI.
EVOLUCIÓN DE LA PRENSA, CEBRIÁN, RAMÍREZ
Preguntado sobre la percepción que, en ocasiones, se puede tener de los dos grandes líderes de la prensa en España, Juan Luis Cebrián y Pedro Jota Ramírez – ‘uno más que otro, aclara Orgambides – de que son más empresarios que periodistas, el gaditano hace la siguiente valoración:
Sobre Juan Luis Cebrián me detengo en lo magnífico director que fue de la Transición. No voy a formar parte del pelotón de ejecución que hay sobre Juan Luis Cebrián por los sucesos recientes. Fue un gran director. Cada uno toma sus propias decisiones y él decidió ponerse al frente de la empresa. Es amigo mío. Lo pasamos muy bien cuando fue nombrado porque era importante que un periodista liderara a la empresa del periódico.
Los viejos editores no eran gente que pensara en ganar dinero. Los márgenes de ganancia eran mínimos, se hacía todo muy hermoso, muy bello, con vocación de servicio público. La globalización mediática cambio todo eso y nos encontramos con lo que estamos viviendo ahora.
También hay un desorden intelectual de la profesión. Tenemos que salir de él. El periodista es el que da fe de la noticia, dejemos en otro lado a los showman y todos los personajes que han invadido los medios de comunicación. Me parece muy bien que el Sr. Boris Izaguirre haga sus gracias en medios, pero no es periodista, el periodismo es más serio.
LOS PRESIDENTES Y LA LIBERTAD DE PRENSA
Felipe González fue un excelente presidente de este país, pero nunca fue un gran amigo de la prensa, salvo durante la transición.
Adolfo Suárez fue amable con el pueblo español y amable con la prensa.
De José María Aznar tengo que reconocer que me pilló en México de enviado especial de El País, y cada vez que Aznar iba al México, antes de ver a las propias autoridades mejicanas, se tomaba un café conmigo para que le contara como estaban las cosas por ahí. Un detalle que le agradezco.
A Mariano Rajoy no le conozco, pero la impresión que me da… creo que es ‘gallego’.
Al acabar la entrevista, Fernando Orgambides manda un mensaje a los jóvenes periodistas: «Seguir peleando, que esto no se acaba».