Las fiestas navideñas han hecho estragos en las páginas de opinión de la prensa de papel española. Ni tan siquiera el discurso de Navidad del Rey o la toma de posesion de Artur Mas como presidente de la Generalitat han logrado inspirar a la mayor parte de los articulistas que ven sus textos publicados este 26 de diciembre de 2012.
Eso en lo que respecta a Madrid, en cuanto a Barcelona, los dos principales periódicos de la cuidad no han publicado en esta jornada –descanso que los del resto de España, se habían tomado un día antes–, aunque tampoco el 25 de diciembre destacaron por la calidad de sus artículos, de los que citaremos uno en concreto.
En El Mundo David Gistau escribe en tono jocoso sobre el discurso del Rey en Lucecita de Zarzuela, artículo en el que mete varias bromas desde el primer párrafo:
En la noche, sólo el despacho irradiaba, como aquella insomne lucecita de El Pardo. La permanente custodia, a la que no distraen elefantes. Oculta fuera, la cámara primero acechó al personaje a través de los cristales de la ventana. Una toma a la que sólo le faltó la respiración pesada de las películas de psicópatas con máscara de hockey. «¡Bloody Face se ha colado en Zarzuela!». «¡Está ahí fuera la República, con su sierra mecánica!».
Resume así la intervención del Rey:
Sólo la Política y la Economía. La compasión, expresada de un modo entrañable, por aquellos que ya han sido arrollados por la época. Sólo el intento de insuflar espíritu en la escombrera nacional, cuando parece acabar todo lo que empezó con él, desde el concepto de nación hasta el prestigio de las instituciones, cuya decadencia también afecta a la Corona.
Concluye con otra broma:
Estaba en pie. Pero la inmovilidad de las piernas nos hizo imaginar unas tomas falsas en las que empleados acudían justo a tiempo de evitar que se estrellara contra el suelo al escorar.
Por su parte, Santiago González publica Dos discursos, para referirse a los de Juan Calos I y Artur Mas. De del Juan Carlos I dice:
El asunto está en las reacciones: al PP y al PSOE les parece bien, IU prefiere la República, aunque sea la Segunda, y el PNV, que cuando manda en ETB no lo da nunca, abre siempre en Navidad su Teleberri con las reacciones a un hecho que se negó a emitir en directo unas horas antes.
La réplica más vistosa este año era el discurso de Artur Mas por la mañana, durante su toma de posesión. Hubo en lenguaje no verbal abucheos a Montoro, sentado en la fila de los niños, veladura de la foto del Rey con lienzo oscuro, como se hace en las iglesias con los santos en Semana Santa; ¿qué es el nacionalismo, después de todo, sino un eterno Viernes Santo?
Critica el error en una metáfora utilizada por Mas:
Mas no distingue las metáforas náuticas de las ferroviarias, por eso confunde el rumbo de colisión con el choque de trenes. La confusión de los contextos en metáforas moribundas (© Orwell) lleva a vistosos disparates, como el suyo o el que profería la hermosa y descerebrada María en La hoguera de las vanidades: «¡Ojalá te cuelguen en la silla eléctrica!».
Me va a perdonar, president, pero usted, con el debido respeto, no tiene ni puta idea de cinemática ni de navegación, se lo dice un profesional.
Concluye:
Todo ocurrió el día de la toma de posesión del presidente Mas, que hacía el número 129 entre los presidentes de la Generalitat.
Lástima que no figure entre los 128 más inteligentes. Pero es lo que hay. Quien escribe discursos reales tan ecuánimes como el último, debería saberlo.
Saltemos ahora a Barcelona, para ver lo que publicaba Manel Fuentes en autodenominado ‘diario de la Catalunya real’ el 25 de diciembre. En De mulas, bueyes y vacas trata de ser ingenioso hablando de la presencia o no del buey y la mula en el Belén o de un supuesto origen andaluz de los Reyes Magos:
El Papa, no contento con que a partir de ahora miremos con recelo al buey y la mula, con la ruina consiguiente para los vendedores de figuritas de Santa Llúcia, además nos cuenta que los reyes magos, más que de oriente, venían de Andalucía. Hombre, siendo Ratzinger alemán, y estando las cosas como están con esto del euro, no deja de ser feo que diga ahora que los que llegaron varios días tarde al nacimiento montados en camellos eran españoles.
De todos modos, eso no es lo más llamativo. Fuentes se mete a teólogo y a experto en la figura histórica de Jesús. Por supuesto, él se pone en plan teólogo de la liberación –ya sabe usted, querido lector, esa lectura marxista de los Evangelios que en su versión más sangrienta apoyó todo tipo de grupos terroristas y en la más ñoña se dedicó a llenar iglesias con póster que decía que «Jesús fue el primer socialista»–:
Lo que nadie nos cuenta es cómo un líder revolucionario puede haberse convertido hoy en el icono de una institución tan tradicional. Y tampoco se entiende cómo una cierta izquierda ha dejado de reivindicar como suya esta figura y su historia cuando podría ser un gran estilete para intentar cambiar muchos comportamientos. Será que sigue habiendo demasiados mercaderes en el templo. Será que la revolución sigue siendo tan temida por el poder como lo fue Jesús en la época, y así acabó. Feliz Navidad.
Seguramente Fuentes se considere a sí mismo como muy moderno, pero a este humilde lector de columnas le resulta sumamente rancio con su discurso propio de quienes trataron de poner la religión al servicio de los intereses estratégicos de la URSS hace ya unas cuantas décadas. Aunque, para ser justos, posiblemente ni él se de cuenta de que ese era el objetivo de mostrar a Jesús como una especie de proto-comunista en la Judea del siglo I.
Volvamos ahora a Madrid y a las columnas del 26. En El País Elvira Lindo tiene una Revelación. Presume de haber denunciado hace tiempo que se creaban demasiados empleos públicos a la sombra del poder político:
Durante estos años pasados, cuando nuestros dirigentes no parecían dispuestos a dar por terminada la fiesta, algunos columnistas, entre los que me encontraba, denunciábamos el sinsentido de todos los servicios que generaban las instituciones públicas.
No salva ni a las televisiones públicas. Bueno sí, a una sí la salva, TVE:
Incluso las televisiones locales, que en principio se prometían destinadas a informar al pueblo de su realidad más cercana, se convirtieron, a menudo burdamente, sin ningún tipo de sutileza, en voceras del partido que en ese momento ostentara el poder. Viajabas a un lado u otro de España y en cada canal autonómico descubrías lo mismo que veías en tu propia comunidad: que los noticieros se dedicaban a informar de los aburridísimos pasos de sus representantes locales y a exaltar los orgullos de la patria chica.
Es sí, ahora le parece mal que disminuya la plantilla de esos servicios públicos sobredimensionados:
Ahora que estamos pagando los destrozos de la fiesta, son los mismos políticos que se sirvieron generosamente de un mercado laboral creado a su antojo los que imponen recortes y despidos. Habiendo sido incapaces de crear otro tipo de sistema productivo tienen que deshacerse de servicios que desde el principio fueron exagerados. Lo perverso es que no serán aquellos que se inventaron necesidades a su medida los que hoy engrosan las cifras del paro, sino los trabajadores que las sirvieron. Justos por pecadores. Y esto se me ha presentado de pronto como una revelación, por ser yo una de las denunciaba ese dichoso clientelismo.
El diario del Grupo Prisa nos regala el ladrillo del día. En esta ocasión es un tostón firmado de forma conjunta por los líderes de los dos mayores sindicatos españoles. Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez son los supuestos autores de Pensiones públicas dignas y seguras. Si usted, querido lector, quiere leerlo, allá usted. A este humilde lector de columnas se le ocurren cosas mucho más interesantes que hacer.
Tas sólo le diremos algo, Toxo y Méndez quiere que usted, si no está en el paro o jubilado, vea reducida la cantidad de dinero que recibe cada mes a cambio de su trabajo. Proponen ni más ni menos, que le suban las cotizaciones sociales que se le retiran de su nómina, además de que se eleve lo que la empresa paga directamente a la Seguridad Social:
Las cuotas sociales en relación con el PIB en España son inferiores en 2,5 puntos del PIB a la media de la zona euro. Hay margen de subida que puede ser utilizado en la cuota de contingencias comunes con una distribución en la que los trabajadores también participen en un porcentaje suficiente.
Dicho de otro modo. Lo que quieren los dirigente de UGT y CCOO es que los trabajadores cobren menos cada mes al tiempo de que su coste para las empresas aumenta. ¿Sabe usted lo que significa esto? Justo lo que está pensando, que cualquiera que quiera contratar a un nuevo empleado se lo piense todavía más que ahora. Pero claro, como ni Méndez y Toxo recuerdan lo que es estar en el paro, si alguna vez lo han estado, no parece importarles demasiado.
Terminamos este ‘Afilando columnas’ en el ABC, donde Melchor Miralles le amarga las fiestas al registrador de la propiedad metido a gobernante. Y lo hace desde el mismo título de su artículo: Rajoy, decepción. Reconoce que la herencia de Zapatero fue nefasta y que la situación a la que se enfrenta el presidente del Gobierno es realmente mala por distintos motivos, aunque después añade:
Pero la capacidad de triturar, masacrar su programa electoral y sus promesas de tantos meses en asuntos políticos de primera magnitud contamina todo lo demás. Ha incumplido, y por lo tanto ha engañado a todos en materia fiscal de modo insoportable. Ha superado líneas rojas como las pensiones. No tendría espacio para enumerar en esta columna todos sus incumplimientos. En materia de regeneración democrática no ha dado casi ninguno de los pasos que se esperaban. Nos ha impuesto sacrificios máximos a los ciudadanos y sigue pendiente reformar lo suyo, la Administración.
Critica con dureza que se mantenga la politización de Justicia, para volver al Gobierno en general:
¿Cómo vamos a creer nada de lo que nos digan Rajoy y sus secuaces? ¿Cómo vamos a otorgarles ya ni el beneficio de la duda? Van a lo suyo, que casi nunca es lo nuestro. Ya era insoportable asistir a la amnistía fiscal mientras Montoro masacra a los que pagamos. O los indultos a los colegas corruptos y hasta a los polis catalanes torturadores.
Las últimas frases son de una dureza extrema:
Es una infamia. Son infames. No se pueden incumplir más compromisos en menos tiempo. Ha quedado claro. Poder tienen. Mucho. Palabra, ninguna. Decencia, poca. Una decepción. Y las que nos quedan.