La noticia del fin de semana es que el ABC se ha vuelto monárquico. Gran hallazgo. El diario que dirige Bieito Rubido desvelaba este sábado las gestiones del Rey “para propiciar acuerdos”: “El Rey se reúne con todos los presidentes del Gobierno para mejorar el clima político” –SIGA LEYENDO ‘ASÍ ESTÁ EL PATIO’ EN LA GACETA-.
Y el domingo celebraba su propia exclusiva del sábado con otra portada dedicada a Don Juan Carlos, o al ABC, según se mire: “PP y PSOE aplauden las reuniones del Rey con los presidentes”. No queda claro si lo que pretende el diario de Vocento es ser doblemente monárquico -por si a alguien le había surgido alguna duda en estos meses tan confusos-, o si no había nada más interesante de lo que hablar.
Y lo tenían cerca, porque la entrevista de Luis Ventoso a mi paisano Francisco Vázquez tiene perlas interesante. “Se han reabierto las grandes cuestiones que generaron confrontación en España, la territorial y la religiosa”, dice el ex alcalde de La Coruña en ABC. Por mucho menos, Zapatero lo mandó al Vaticano, o él mismo se exilió a Italia; que nunca sabremos con seguridad si fue antes el huevo o la gallina.
La sanidad pública se ha convertido en el gran tema del domingo. Todo porque dos periódicos, El Mundo y LA GACETA, lo llevaban a su portada, denunciando lo mismo, y sin haberse puesto de acuerdo previamente. “Lo que resulta insostenible es mantener un déficit anual que se aproxima a los 8.000 millones de euros”, escribe el editorialista de El Mundo, “y que pone de relieve que hay que definir un nuevo modelo que sea sostenible”. LA GACETA, demostrando una extraordinaria capacidad de síntesis, resume en dos frases de portada lo que El Mundo plantea en un largo editorial: “Una sanidad pública insostenible” y “la solución, el concierto con la privada”.
En plena semana del buen rollito, Pedrojota frena el optimismo del Rajoy: “si el pesimismo está en retirada, como dijo ayer Rajoy, nadie más que él se ha dado todavía cuenta”. Espero que valoren el esfuerzo de traerles esta cita del director de El Mundo por dos razones: primero, porque me ha costado un mundo -reparen en el juego de conceptos- llegar al párrafo once de su Carta a la hora de la siesta, y segundo, porque he tenido que sobrevivir a la palabra “perentorio”. No sé ustedes, pero yo cuando leo la palabra “perentorio” me desmayo al instante.
Este fin de semana Xavier Horcajo ha publicado en LA GACETA interesantes análisis sobre la sospechosa suavidad con la que El Pais trata al Gobierno últimamente. Hasta Cebrián ha recibido a Rajoy con amor. Algo se está cociendo. Algo quizá relacionado con el proceso de refinanciación de la deuda del diario -”unos 3.000 millones”, apunta Horcajo-.
El idilio ha llegado a tal extremo que el editorial de El Pais de este domingo -“Avanzar en los ERE”- exige responsabilidades por la corrupción socialista de Andalucía. Sorprende la contundencia al denunciar “el fraude de los ERE subvencionados por la Junta de Andalucía”, o al mencionar que en el sumario se “acumulan detalles cada vez más chuscos sobre los montajes llevados a cabo para desviar dinero”. Chuscos, dicen en El País. Interesante. La cuota progre la reservan para la tercera lectura. La palabra “socialista” no figura en el texto, tampoco aparecen “Griñán” o “Cháves”, y obvian un calificativo muy español que habría adornado el editorial: “panda de chorizos”.
Y El País continúa con su sección diaria dedicada a Beatriz, la joven salvadoreña cuya petición de aborto fue rechazada por el Constitucional. El lobby abortista cuenta con entusiastas terminales mediáticas, y en España El País es su mejor altavoz. Todo lo que ha rodeado este caso es la historia de una gran manipulación.
“Embarazo inviable”, sentencian en Prisa. Y se quedan tan panchos. Nadie en su diario se ha molestado en profundizar, ni ha planteado un análisis riguroso. No. ¿Saben por qué? Porque Beatriz es sólo la bandera sentimental, el pretexto para lanzar las soflamas abortistas de siempre, sin importarles lo más mínimo el derecho a la vida de los bebés que aún no han nacido. El objetivo es otro. Beatriz es la excusa.
El País titula con un entrecomillado de dudoso origen: “Estás detenida por matar a tu hijo”. En un extraño lapsus confiesan la verdadera tragedia que tratan de ocultar: que el aborto es un asesinato. Me gusta pensar bien. Supongo que están apurando ahora un nuevo tema de portada para mañana, detallando cómo habría sido el aborto de Beatriz que con alegría defendían. Que había dos alternativas, según los médicos: trocear al niño en el vientre de Beatriz o envenenarlo con una inyección salina que lo quemaría vivo hasta su muerte, después de revolverse y agonizar durante aproximadamente una hora. Conviene explicarlo todo.
Felicito desde aquí a Nacho Escolar y eldiario.es por el reportaje “Entidades religiosas reparten entre sus miembros comida del Banco de Alimentos”. Encontrar alrededor de la encomiable labor asistencial de la Iglesia Católica un presunto pufo tan estúpido e insostenible, adobarlo al gusto del progresismo menos exigente, e intentar trasladar a sus lectores una crítica soterrada a los miles de religiosos y voluntarios católicos que atienden en España a los más necesitados, no está al alcance de un sectario cualquiera. Y disculpen, ¿he escrito la palabra “soterrada”? Oh, no. Lo sabía. Esto me pasa por leer a Pedrojota.