Federico Jiménez Losantos El Mundo publica el 25 de enro de 2013 un artículo de Federico Jiménez Losantos titulado Es la política, estúpidos. La columna trata sobre la reacción de Mariano Rajoy ante la declaración soberanista del Parlamento catalán.
Arranca recordando una anécdota de la política estadounidense:
Suele atribuirse a una frase de Clinton en su campaña presidencial contra Bush padre, la del anuncio «es la economía, estúpido (o estúpidos)», la inesperada victoria electoral del simpático caradura de Arkansas. Desde luego, por una sola frase ni se gana ni se pierde una campaña electoral, pero la de Clinton muestra el estilo descarado de quien no tiene nada que perder frente al que tiene el Poder y todos los recursos para conservarlo.
Clinton se presentó ante la opinión pública como un Rocky o un Cinderella man, dispuesto a golpear con su cara los guantes del campeón hasta agotarlo y vencerlo. Y eso fue lo que pasó.
A esto último, añade:
Cinderella y Rocky no son dos genios. Cinderella es bueno pero torpe y Rocky un discapacitado intelectual, pero ambos luchan con lo que tienen: la capacidad de resistir y la voluntad de ganar. Ninguno de ellos es un modelo para Rajoy, por eso ganará el separatismo catalán.
Concluye:
Responder a la solemne proclamación de soberanía catalana por 85 a 41 votos, más de dos tercios de la cámara, diciendo, como ayer Rajoy en Perú, que «eso no sirve para nada» y que «sigue apostando por el diálogo» es un acto de cobardía repugnante y un suicidio institucional. Y siguen con el latiguillo de que un acto político así no tiene «efectos jurídicos». ¿Cómo no va a tener efectos jurídicos proclamarse en rebeldía contra las leyes, empezando por la Constitución y la base de toda legalidad, que es la soberanía del pueblo español? Dan ganas de decirle a Rajoy: «¡Es la política, estúpido!». Pero él no es estúpido. Es algo muchísimo peor.