Federico Jiménez Losantos publica este 15 de febrero de 2013 en El Mundo un artículo sobre el caso del espionaje político en Cataluña titulado Salonkitty.cat:
Al parecer, el restaurante del Método Zaragoza era frecuentado por políticos de todas las tendencias, que en Cataluña son dos: nacionalistas y asociados (PPC), porque no creo que Rivera pueda permitirse comer donde almuerza Mas.
Comenta la actitud de los dos grandes periódicos catalanes ante el caso del espionaje:
Que, con esta salvedad, todos los políticos catalanes creen que han sido espiados como Sánchez Camacho, lo proclamaba ayer en portada La Vanguardia, que tras defender ardorosa y sucesivamente el Tripartito de Montilla y la deriva separatista de Artur Mas, ahora juega a parecer un periódico y hasta da noticias de corrupción y todo. Incluso El Periódico, perito en elusiones y difamaciones, ha dado dos o tres noticias.
Añade:
Y ayer uno de estos diarios que rompen a informar como los bebés a llorar, decía que hay otro local -no otro restaurante- «muy conocido», en el que también se ha grabado a políticos catalanes de todos los partidos. Si es un puticlub con servicios anejos, la cosa promete.
Concluye:
El PP responsabiliza al Rubalcaba de Madrid del espionaje del Rubalcaba catalán. Lógico: cuando el Faisán moraba en Interior -ahora sólo manda- presumía de saberlo «todo de todos». Pero espiar intimidades es propio de los despotismos. Su modelo es el famoso Salón Kitty, donde bellas nazis lograban información íntimísima para el III Reich, por ejemplo, sobre la cúpula homosexual de las SA, que acabó en el asesinato de Röhm y sus chicos.