Las dos rubias, y no nos referimos a cervezas, han dejado de reinar en los espacios de opinión de la prensa de papel Española el 28 de febrero de 2013. Corinna parece no dar mucho más de sí que lo que de ella se escribió una jornada antes en esos mismos diarios. Carme Chacón ha sido desplazada por Rubalcaba como personaje central en el culebrón del divorcio, o no, a cámara lenta del PSOE y el PSC. Los resultados electorales italianos tienen también su hueco, pero menor.
Las elecciones en el país transalpino aparentan ser el tema central de la columna de Ramón Pérez-Maura, adjunto al director de ABC, titulada Italia y los líos. Sin embargo, tras leerla entera a uno se le queda la impresión de que esos comicios son la excusa perfecta para criticar a las cadenas de Mediaset España, entre las que destacan Telecinco y Cuatro:
Me conmueve ver a tantos analistas políticos españoles criticando a Silvio Berlusconi. Yo creo, ciertamente, que Italia padece una tragedia política teniendo como jefe de uno de los dos grandes bloques políticos a un personaje de su calaña. Y me parece inverosímil que haya logrado un resultado electoral tan notable. Pero lamento mucho que los periodistas que tanto le descalifican a él prefieran no hacerlo desde los programas televisivos de gran audiencia que Berlusconi tiene en España. Programas en los que esos mismos colegas no dudan en despellejar por hechos mucho menos relevantes que los que conciernen a Berlusconi a buena parte de la clase política española de uno y otro signo. Heroicidades, las justas. A otro ese lío.
También en el diario madrileño de Vocento, Ignacio Camacho publica El escaparate andaluz, que viene a colación por ser el 28 de febrero el Día de Andalucía, fiesta oficial de dicha comunidad autónoma.
En estas condiciones de precariedad socioeconómica, la coalición socialcomunista de la Junta ha consagrado la efemérides del 28 de febrero -aniversario del referéndum que cambió el modelo territorial español- a una reivindicación victimista contra el Gobierno de Rajoy, que lleva poco más de un año en ejercicio. En ese mismo tiempo Andalucía ha generado una media de 400 parados al día, uno de cada tres nuevos en España.
Analiza:
La autonomía reclamada por los ciudadanos en aquel lejano 1980 ha naufragado en todos sus objetivos para convertirse en una gigantesca maquinaria semioligárquica que reproduce, corrupción incluida, los vicios dominantes del viejo Estado centralista.
Concluye:
El escándalo de los ERE trucados es el verdadero escaparate de un sistema enrocado sobre el clientelismo. El señalamiento de culpables ajenos no representa más que un truco rancio que malcubre las vergüenzas acumuladas en el patio trasero.
José Luis Alvite, objeto de admiración del oteador de portadas en Periodista Digital, Juan Velarde, escribe en La Razón sobre uno de los temas recurrentes en lo que va de 2013, sobre todo a partir de la renuncia de Benedicto XVI. Nos referimos, por supuesto, a la famosa Abdicación –en España abdicación sólo hay una, y no es otra que la que pudiera protagonizar Juan Carlos I–:
Ahora se habla mucho de la abdicación del Rey y se hace en un tono como de conveniencia, pensando tal vez en que su renuncia al trono serviría para reponer el prestigio supuestamente perdido por La Corona, una institución que parece haber entrado en sus horas más bajas.
Duda de las intenciones de muchos de los que defienden la abdicación del Rey:
La Corona ha perdido prestigio, pero muchos de quienes sugieren la abdicación de Su Majestad no lo hacen pensando en que le suceda el Príncipe de Asturias, sino contando con la posibilidad de que cualquier carambola circunstancial permita que a Don Juan Carlos le continúe en el trono el presidente de la III República.
Concluye:
Personalmente me gustaría ver como rey a Don Felipe, sobre todo pensando en que por su edad no conviene esperar demasiado, por si ocurriese que se le echasen los años encima y por culpa de su avanzada edad fuese coronado el mismo día de su abdicación. A mí es que Don Felipe y Doña Letizia me caen bien. Y me gustaría verlos en La Zarzuela antes de que a alguien se le pase por la cabeza que Don Juan Carlos abdique en Jaime Peñafiel.
También en el periódico de la ‘disciPPlina’, Martín Prieto firma Rebelión en la granja. Tan orwelliano título se lo dedica a la situación interna de los socialistas:
Es común entre representantes socialistas referirse al PSOE como «la empresa», no por afán emprendedor, sino porque en ella tienen residenciadas sus nóminas. Como en política la decadencia es agropecuaria, mis amigos socialistas han terminado en su declive instalando una granja con los pollos ingobernables y alborotados. Alfredo Pérez Rubalcaba estará hoy pensando en aquello que decía don Santiago Rusiñol: «La vida es como el palo de un gallinero; larga pero llena de mierda».
Después que el secretario del PSC sugiriera la abdicación del Rey, la votación en las Cortes del socialismo catalán por el derecho regional «a decidir» prueba que Rubalcaba y Pere Navarro no se hablan y que el partido hermano es más bien una prima de riesgo o verso suelto.
De Carme Chacón dice:
Carmen Chacón, ex ministra de Defensa de España, ha decidido no votar que «sí» ni que «no», ni abstenerse, sino todo lo contrario, por no poner piedras en su ambición matrimonial de llegar a ser la primera presidenta de España. Con poca gallardía se ha puesto de perfil.
Concluye:
Virtualmente lo que le pasa a Rubalcaba con el PSC es que ha perdido 14 escaños de su minoría y el carácter nacional del que antaño pudo presumir. Alfredo ha dado de sí, para lo bueno y lo malo, todo lo que podía y sólo está retrasando patéticamente su marcha al Aventino. Le perdonamos hasta su gusto por los faisanes si ahora que tendrá tiempo decide renunciar y deja de pedir («¡el perillán!») la dimisión del presidente Rajoy por las extrañas andanzas de un villano.
El líder, o quien utiliza el título de tal, del PSOE es el protagonista de dos columnas de La Gaceta. A este humilde lector de columnas le ha llamado la atención un detalle de la que firma Ana Samboal, titulada No hay relevo. La presentadora de informativo nocturno de Madrid no nombra ni una sola vez el nombre de Alfredo Pérez Rubalcaba ni el del PSOE. Sin embargo, se refiere a ellos:
Han sido los suyos, pero son sobre todo sus más fieros críticos y adversarios los que han alargado su figura hasta hacerla casi mítica: el habilísimo muñidor de pactos y conjuras en la sombra, el gran hombre que controlaba todos los resortes y movía todos los hilos, el Fouché español… Quizá lo fuera… Quizá como número dos de los primeros espadas… Hoy, obligado por el cargo que ocupa al primer plano, su figura ha perdido mucho de ese supuesto brillo que ostentaba en el pasado.
De quienes se oponen a Rubalcaba dentro de las filas socialistas, dice:
Los hay que, fieles a sus principios, no entienden su forma de entender la realidad y de ejercer la política. Son los menos. Y los hay, son la mayoría, catalanes o jóvenes cachorros ambiciosos, que sólo aspiran a tocar poder.
Concluye:
El problema es que su drama, el del hombre cuya imagen política se ha empequeñecido, es el de España. Nuestro sistema se sostiene sobre dos grandes partidos, la alternancia de ambos es la garantía de la democracia. Y hoy la izquierda se ha convertido en una amalgama de voces y discursos en la que la pelea por el liderazgo puede llevarse por delante consensos básicos que han sustentado durante años la convivencia de todos los ciudadanos. Evitarlo es su responsabilidad. ¿Dará la talla?
Ramón Cendoya, en El enterrador enterrado sí da nombres:
El voto del PSC en contra del PSOE entierra políticamente a Rubalcaba. Rubalcaba, el enterrador, ha sido enterrado. Alfredo, en otro acto de cobardía suprema, intenta mantener la ficción de continuar con el PSC como si nada hubiera ocurrido. Es un líder sin liderazgo.
Sostiene que el secretario general socialista se miente a sí mismo:
Rubalcaba se creyó la mentira de que era el más listo, el más guapo y el más preparado. Todo lo bueno que pasaba en el PSOE se lo apuntaba él. Todo lo malo siempre era culpa de los demás. Pero al final lo peor que le ha pasado al PSOE es él. Por eso en las encuestas está como está. Por eso Mariano Rajoy no quiere que dimita.
Añade que no tiene un posible recambio:
Chacón, en una cuestión tan clara como la que se planteó el martes, no supo qué votar. O es tan simple que, ante el golpe independentista más duro que ha sufrido España, su criterio no llega ni para un sencillo sí, no o abstención. O es que es una cobarde.
Concluye:
Y los que con Guerra alzan su voz no tienen credibilidad ni dignidad. Alfonso, como todo el PSOE, voto sí a la reforma del Estatut después de haber escrito todo lo que escribió al respecto. Por eso el PSC está como está. Porque los pusilánimes aprietabotones, como Alfonso Guerra, al final siempre responden a la consigna del que hace las listas y no al interés de los ciudadanos. Alfredo RIP con R de Rubalcaba.
Este humilde lector de columnas no puede dejar de terminar su ‘Afilando columnas’ del día sin ofrecer una recomendación sincera. No es sobre una columnas y, por una vez, es sobre un texto de esta misma casa, Periodista Digital. Querido lector, si quiere disfrutar con una lectura amena que además le enseñará mucho sobre el lamentable funcionamiento del Parlamento español, no deje de leer la excelente crónica de Roberto Marbán que lleva por título González-Echenique enseña los dientes al PSOE: «Ustedes me preguntan por Bárcenas pero el ‘caso Faisán’ nunca fue tratado en Informe Semanal».